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Artritis reumatoide

La artritis reumatoide causa inflamación, dolor e hinchazón de las articulaciones. Una inflamación persistente en el tiempo puede dañar las articulaciones afectadas.

La gravedad puede variar de leve a grave. Los tratamientos incluyen medicamentos modificadores de la enfermedad para suprimir la inflamación, que pueden prevenir o retrasar la progresión de la enfermedad, y medicación para aliviar el dolor.

Cuanto antes se inicie el tratamiento, menos probabilidades habrá de que se produzcan daños articulares. En algunos casos es necesaria la cirugía si una articulación está muy dañada.

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¿Qué es la artritis reumatoide?

Artritis significa inflamación de las articulaciones. La artritis reumatoide (AR) es una forma bastante común de artritis. (Existen otras causas de artritis y la AR es sólo una de ellas.) Aproximadamente 1 de cada 100 personas desarrolla AR en algún momento de su vida.

Le puede pasar a cualquiera. No suele ser hereditaria. Puede desarrollarse a cualquier edad, pero lo más frecuente es que comience entre los 30 y los 50 años. Puede aparecer en niños y adolescentes, pero es muy poco frecuente. Consulte el folleto sobre Artritis Idiopática Juvenil.

La AR es unas tres veces más frecuente en mujeres que en hombres.

Comprender las articulaciones

Articulación normal

Articulación normal

El lugar donde se unen dos huesos se llama articulación. Las articulaciones permiten el movimiento y la flexibilidad de varias partes del cuerpo. El movimiento de los huesos lo provocan los músculos, que tiran de los tendones que están unidos al hueso.

El cartílago recubre el extremo de los huesos. Entre el cartílago de dos huesos que forman una articulación hay una pequeña cantidad de líquido espeso llamado líquido sinovial. Éste lubrica la articulación, lo que permite un movimiento suave entre los huesos.

La membrana sinovial es el tejido que rodea una articulación. Las células de la membrana sinovial producen líquido sinovial. La parte externa de la membrana sinovial se denomina cápsula. Es resistente, da estabilidad a la articulación e impide que los huesos se salgan de la articulación. Los ligamentos y músculos circundantes también ayudan a dar soporte y estabilidad a las articulaciones.

¿Cuáles son las causas de la artritis reumatoide?

Se cree que la AR es una enfermedad autoinmune: el propio sistema inmunitario, que normalmente combate los gérmenes, ataca accidentalmente al organismo. No está claro por qué ocurre esto. Algunas personas tienen tendencia a desarrollar enfermedades autoinmunes. En estas personas, algo puede desencadenar que el sistema inmunitario ataque a los tejidos del propio organismo. Se desconoce el desencadenante.

En las personas con artritis reumatoide, se forman anticuerpos contra el tejido que rodea cada articulación (la membrana sinovial). Esto provoca inflamación en las articulaciones afectadas y alrededor de ellas. Con el tiempo, la inflamación puede dañar la articulación, el cartílago y partes del hueso próximas a la articulación.

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¿Qué articulaciones se ven afectadas en la artritis reumatoide?

Las articulaciones más comúnmente afectadas son las pequeñas articulaciones de los dedos, pulgares, muñecas, pies y tobillos. Sin embargo, cualquier articulación puede verse afectada. Las rodillas son las más afectadas. Con menos frecuencia se ven afectadas las caderas, los hombros, los codos y el cuello.

A menudo es simétrica. Así, por ejemplo, si una articulación está afectada en un brazo derecho, también suele estarlo la misma articulación en el brazo izquierdo. En algunas personas, sólo están afectadas unas pocas articulaciones. En otras, se ven afectadas muchas articulaciones.

Síntomas de la artritis reumatoide

Síntomas articulares

Los principales síntomas habituales son el dolor y la rigidez de las articulaciones afectadas. La rigidez suele empeorar a primera hora de la mañana o después de haber estado descansando. La inflamación provoca hinchazón alrededor de las articulaciones afectadas.

Otros síntomas

Son los llamados síntomas extraarticulares de la AR (es decir, fuera de las articulaciones). Pueden presentarse diversos síntomas. La causa de algunos de ellos no se conoce por completo:

  • En aproximadamente 1 de cada 4 casos aparecen pequeños bultos indoloros (nódulos). Suelen aparecer en la piel de codos y antebrazos, pero no suelen causar daños.

  • Puede producirse inflamación alrededor de los tendones. Esto se debe a que el tejido que recubre los tendones es similar a la membrana sinovial que rodea las articulaciones.

  • La anemia y el cansancio son frecuentes.

  • A veces se produce fiebre, malestar, pérdida de peso y dolores musculares.

  • En unos pocos casos, la inflamación se desarrolla en otras partes del cuerpo, como los pulmones, el corazón, los vasos sanguíneos o los ojos. Esto es poco frecuente pero, si se produce, puede causar diversos síntomas y problemas que a veces son graves.

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¿Cómo se desarrolla y progresa la artritis reumatoide?

En la mayoría de los casos, los síntomas se desarrollan gradualmente, a lo largo de varias semanas. Por lo general, por la mañana aparece rigidez en las manos, las muñecas o las plantas de los pies, que desaparece al mediodía.

Esto puede ir y venir durante un tiempo, pero luego se convierte en algo habitual. A continuación, puede notar dolor e hinchazón en las mismas articulaciones. También pueden verse afectadas otras articulaciones, como las rodillas.

En un pequeño número de casos, se observan patrones menos comunes. Por ejemplo:

  • En algunos casos, el dolor y la hinchazón se desarrollan rápidamente en muchas articulaciones, en unos pocos días.

  • Algunas personas tienen brotes de síntomas que afectan a varias articulaciones. Cada brote dura unos días y luego desaparece. Pueden producirse varios brotes antes de que aparezcan síntomas persistentes.

  • En algunas personas, generalmente mujeres jóvenes, la enfermedad afecta al principio sólo a una o dos articulaciones, a menudo las rodillas.

  • Los síntomas no articulares, como dolores musculares, anemia, pérdida de peso y temperatura alta (fiebre), son a veces más evidentes al principio, antes de que aparezcan los síntomas articulares.

La gravedad de la AR puede variar mucho de una persona a otra. Suele ser una enfermedad crónica recidivante. Crónica significa que es persistente. Recaída significa que a veces la enfermedad se dispara (recae) y otras veces se calma. No suele haber ninguna razón aparente por la que la inflamación se dispare durante un tiempo y luego se calme.

Si no se trata, la mayoría de las personas con AR presentan este patrón de brotes seguidos de periodos de mejoría. En algunos casos, pueden pasar meses o incluso años entre una crisis y otra. Las articulaciones afectadas pueden sufrir algún daño durante cada reagudización.

El grado de discapacidad que se desarrolla suele depender del daño que se produzca con el tiempo en las articulaciones afectadas. En una minoría de casos, la enfermedad es constantemente progresiva, y el daño articular grave y la discapacidad pueden desarrollarse con bastante rapidez.

Daños articulares

La inflamación puede dañar el cartílago, que puede erosionarse o desgastarse. El hueso subyacente puede adelgazar. También pueden dañarse la cápsula articular y los ligamentos y tejidos cercanos que rodean la articulación.

El daño articular se desarrolla gradualmente, pero la velocidad a la que lo hace varía de una persona a otra. Con el tiempo, el daño articular puede provocar deformidades. Puede resultar difícil utilizar las articulaciones afectadas. Por ejemplo, los dedos y las muñecas suelen verse afectados, por lo que puede resultar difícil agarrar bien y realizar otras tareas con las manos.

La mayoría de las personas con AR desarrollan algún daño en las articulaciones afectadas. El grado de daño puede variar de leve a grave. Al principio de la enfermedad es difícil predecir la gravedad de la progresión. Sin embargo, los tratamientos modernos a menudo pueden limitar o incluso detener la progresión de la enfermedad y limitar el daño articular (véase más adelante).

¿Cómo se diagnostica la artritis reumatoide?

Al principio, cuando aparecen dolores articulares, puede resultar difícil para un médico afirmar que padece AR. Esto se debe a que hay muchas otras causas de dolores articulares.

No existe ninguna prueba que permita diagnosticar la AR precoz con un 100% de certeza. Sin embargo, un médico puede diagnosticarla con seguridad basándose en la siguiente combinación de factores:

  • Síntomas típicos: los descritos anteriormente.

  • Un análisis de sangre. La prueba más habitual consiste en detectar una proteína en la sangre denominada factor reumatoide. Está presente en aproximadamente 2 de cada 3 personas con AR. Sin embargo, aproximadamente 1 de cada 20 personas de la población normal tiene factor reumatoide. Además, algunas personas con AR no tienen factor reumatoide, por lo que un factor reumatoide positivo es indicativo de AR, pero no concluyente. Una prueba desarrollada más recientemente detecta la presencia de un anticuerpo contra una sustancia denominada péptido cíclico citrulinado (PCC) en una muestra de sangre. Se ha demostrado que este anticuerpo es más específico que el factor reumatoide en el diagnóstico de la AR. Es posible que este análisis de sangre se realice con mayor frecuencia para ayudar a diagnosticar la AR.

  • Pueden realizarse radiografías de las manos o los pies. Éstas pueden mostrar el daño temprano característico de las articulaciones, típico de la AR.

También es posible que le recomienden otros análisis de sangre para descartar otras causas de dolores articulares.

Otras enfermedades asociadas y posibles complicaciones

Condiciones asociadas

El riesgo de desarrollar otras afecciones es superior a la media en las personas con artritis reumatoide. Entre ellas se incluyen:

No está claro por qué las personas con AR tienen una probabilidad superior a la media de desarrollar estas enfermedades. Una posible razón es que, en promedio, las personas con AR tienden a tener más factores de riesgo para desarrollar algunas de estas afecciones. Por ejemplo:

  • La falta de ejercicio y la hipertensión son factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Las personas con AR pueden no ser capaces de hacer ejercicio con mucha facilidad y algunos de los medicamentos utilizados para tratar la AR pueden aumentar la tensión arterial.

  • Algunos de los medicamentos utilizados para tratar la AR suprimen el sistema inmunitario. Esto puede ser un factor de aumento del riesgo de desarrollar infecciones.

  • La escasa movilidad y la toma de medicamentos esteroideos aumentan el riesgo de desarrollar osteoporosis.

Otras complicaciones

Otras complicaciones que pueden desarrollarse son:

  • Síndrome del túnel carpiano. Es relativamente frecuente. Provoca presión en el nervio principal que va a la mano. Puede causar dolor, hormigueo y entumecimiento en algunas partes de la mano. Para más información, consulte el folleto sobre el síndrome del túnel carpiano.

  • A veces se produce la rotura de tendones (sobre todo los tendones del dorso de los dedos).

  • Presión sobre la médula espinal en el cuello (mielopatía cervical). Se trata de una complicación poco frecuente pero grave de la AR grave de larga duración. Está causada por una luxación de las articulaciones de la parte superior de la columna vertebral.

La importancia del diagnóstico y el tratamiento precoces

Si su médico sospecha que padece AR, normalmente le remitirá a un especialista en articulaciones (reumatólogo). El objetivo es confirmar el diagnóstico y aconsejarle sobre el tratamiento.

Es muy importante iniciar el tratamiento lo antes posible tras el inicio de los síntomas. Esto se debe a que cualquier daño articular causado por la enfermedad es permanente. Por lo tanto, es vital iniciar el tratamiento lo antes posible para minimizar o incluso prevenir cualquier daño articular permanente.

Tratamiento de la artritis reumatoide

Niveles de atención que puede esperar

El National Institute for Health and Care Excellence (NICE) ha publicado normas de calidad sobre el nivel de atención que debe ofrecerse a todo adulto mayor de 16 años que padezca AR. En ellas se establece:

  1. Si presenta síntomas sugestivos de AR, su médico de cabecera debe remitirle a un especialista hospitalario en un plazo de tres días laborables.

  2. Si padece AR activa, debe iniciar un tratamiento modificador de la enfermedad en las seis semanas siguientes a su remisión, y se le realizará un seguimiento mensual hasta alcanzar el objetivo terapéutico.

  3. Debe tener la oportunidad de participar regularmente en actividades que le ayuden a controlar su enfermedad.

  4. Si sus síntomas se agravan o tiene efectos secundarios relacionados con su tratamiento, debería poder obtener asesoramiento de su especialista en el plazo de un día laborable.

  5. Su especialista debe organizar y coordinar una revisión anual de su enfermedad.

La artritis reumatoide no tiene cura. Sin embargo, los tratamientos pueden ayudar a reducir los síntomas y mejorar el pronóstico. Los principales objetivos del tratamiento son:

  • Disminuir la actividad de la enfermedad en la medida de lo posible para prevenir al máximo el daño articular.

  • Reducir al máximo el dolor y la rigidez de las articulaciones afectadas.

  • Para minimizar cualquier discapacidad causada por dolor, daño articular o deformidad.

  • Para tratar otros síntomas de la enfermedad si aparecen.

  • Para reducir el riesgo de desarrollar afecciones asociadas como enfermedades cardiovasculares o "adelgazamiento" de los huesos (osteoporosis).

Objetivo del tratamiento 1: reducir la actividad de la enfermedad y prevenir el daño articular

Medicamentos modificadores de la enfermedad
Hay una serie de medicamentos denominados fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME). Consulte el prospecto independiente titulado Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME). Se trata de medicamentos que alivian los síntomas y reducen los efectos nocivos de la enfermedad sobre las articulaciones.

Actúan bloqueando la forma en que se desarrolla la inflamación en las articulaciones. Para ello, bloquean determinadas sustancias químicas que intervienen en el proceso inflamatorio. Entre los DMARD se encuentran el metotrexato, la sulfasalazina, la leflunomida y la hidroxicloroquina. Son estos medicamentos los que han mejorado el pronóstico en los últimos años para muchas personas con AR.

Es habitual iniciar un FAME lo antes posible tras el diagnóstico de AR. También es habitual utilizar una combinación de dos o más FAME. Por lo general, se trata de metotrexato más al menos otro FAME. En general, cuanto antes se empiecen a tomar los FAME, más eficaces serán.

Los DMARD no tienen un efecto inmediato sobre los dolores o la inflamación. Pueden pasar varias semanas, y a veces varios meses, antes de notar algún efecto. Por lo tanto, es importante seguir tomando los FAME según lo prescrito, aunque al principio no parezcan surtir efecto.

Durante el tratamiento, es probable que de vez en cuando le hagan un análisis de sangre denominado proteína C reactiva (PCR). Este análisis detecta la inflamación del organismo. A medida que se reduce la actividad de la enfermedad, también debería hacerlo el nivel de PCR en sangre.

La prueba de la PCR, junto con la evaluación de sus síntomas, es una buena forma de controlar la actividad de la enfermedad y el efecto del tratamiento en el control de la enfermedad. Si los DMARD funcionan bien, es habitual tomar uno o más DMARD indefinidamente. Sin embargo, cuando se ha alcanzado un nivel satisfactorio de control de la enfermedad, el médico puede aconsejar una reducción prudente de las dosis, pero no a una dosis inferior a la necesaria para seguir manteniendo el control de la enfermedad.

Cada DMARD tiene diferentes efectos secundarios posibles. Si uno no es adecuado, puede serlo otro. Algunas personas prueban varios FAME antes de encontrar uno o más que les convenga. Algunos efectos secundarios pueden ser graves. Son poco frecuentes y pueden dañar el hígado y las células productoras de sangre. Por lo tanto, es habitual someterse a pruebas periódicas, normalmente análisis de sangre, mientras se toman los DMARD. Estos análisis permiten detectar posibles efectos secundarios antes de que se agraven.

Medicamentos biológicos
Los medicamentos biológicos se han introducido más recientemente y también tienen un efecto modificador de la enfermedad contra la AR. Véase el folleto independiente titulado Medicamentos biológicos para la artritis reumatoide.

Se recomienda el tratamiento con un inhibidor del factor de necrosis tumoral (TNF) alfa (adalimumab, certolizumab pegol, etanercept, golimumab o infliximab), otro FAME biológico (abatacept, sarilumab o tocilizumab) o un FAME sintético dirigido (baricitinib, filgotinib, tofacitinib o upadacitinib) si no se ha obtenido una respuesta adecuada al tratamiento combinado con FAME convencionales (como en el caso anterior).

Se denominan medicamentos biológicos porque imitan sustancias producidas por el cuerpo humano, como los anticuerpos. Además, los fabrican organismos vivos, como glóbulos blancos humanos clonados. A diferencia de la mayoría de los medicamentos, que se fabrican mediante procesos químicos.

Los medicamentos biológicos actúan bloqueando las sustancias químicas implicadas en la inflamación. Por ejemplo, algunos de estos medicamentos biológicos bloquean una sustancia química llamada TNF-alfa, que desempeña un papel importante en la inflamación de las articulaciones en la AR.

Uno de los problemas de los medicamentos biológicos es que deben inyectarse. Además, son caros. Las directrices establecen que, antes de recomendar uno de estos nuevos fármacos biológicos, deben fracasar dos ensayos de seis meses de tratamiento con FAME tradicionales (al menos uno de ellos con metotrexato) para controlar los síntomas o evitar la progresión de la enfermedad. Los medicamentos biológicos también pueden utilizarse en combinación con el metotrexato (un FAME).

Mantener una buena higiene bucal puede ayudar
Parece existir una relación entre la enfermedad de las encías y la actividad de la AR. (La enfermedad de las encías es muy común.) Un ensayo de investigación reciente analizó a 40 personas con AR que también tenían enfermedad de las encías.

El ensayo comparó a 20 personas que recibieron tratamiento para la enfermedad de las encías con 20 que no lo recibieron. Se observó que la actividad de la AR parecía disminuir cuando se trataba la enfermedad de las encías. El tratamiento de la enfermedad de las encías consistió en raspado/alisado radicular e instrucciones de higiene bucal. Es decir, básicamente, un buen cuidado dental e higiene bucal, como cepillarse los dientes y usar hilo dental.

La enfermedad de las encías provoca una inflamación continua en las encías. La teoría es que esta inflamación puede sumarse de algún modo a los mecanismos inmunitarios implicados en la inflamación de la AR.

Se necesitan más investigaciones para confirmar esta asociación. Pero, mientras tanto, parece sensato asegurarse de que la higiene bucal es buena, ya que puede tener un efecto beneficioso. Para más información, consulte el folleto Placa dental y enfermedad de las encías.

Objetivo del tratamiento 2: reducir el dolor y la rigidez

Los DMARD y los medicamentos biológicos mencionados anteriormente controlan la actividad de la enfermedad y aliviarán los síntomas cuando hagan efecto. Sin embargo, mientras espera a que hagan efecto, o si no funcionan tan bien, puede necesitar tratamiento para tratar los síntomas.

Durante un brote de inflamación, descansar la articulación o articulaciones afectadas ayuda a aliviar el dolor. También pueden ayudar las férulas especiales para la muñeca, el calzado, los masajes suaves o la aplicación de calor. La medicación también es útil.

Entre los medicamentos que puede aconsejarle su médico para aliviar el dolor y la rigidez se incluyen los siguientes:

Antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
A veces se denominan simplemente antiinflamatorios y son buenos para aliviar el dolor y la rigidez, y también ayudan a reducir la inflamación. Sin embargo, deben utilizarse a la dosis efectiva más baja durante el menor tiempo posible para reducir el riesgo de efectos secundarios.

Existen muchos tipos y marcas. Cada una es ligeramente distinta de las demás y los efectos secundarios pueden variar de una marca a otra. Para decidir cuál es la marca adecuada, el médico debe sopesar la potencia del efecto con los posibles efectos secundarios y otros factores. Por lo general, se puede encontrar una que convenga. Sin embargo, no es raro probar dos o más marcas antes de encontrar la más adecuada.

El prospecto que acompaña a los comprimidos contiene una lista completa de los posibles efectos secundarios. El efecto secundario más frecuente es el dolor de estómago (dispepsia). Un efecto secundario poco frecuente pero grave es la hemorragia estomacal. Por lo tanto, su médico le recetará otro medicamento para proteger el estómago de estos posibles problemas. Deje de tomar los comprimidos y acuda urgentemente al médico si:

  • Desarrollar dolores de estómago (abdominales).

  • Expulsar sangre o heces negras.

  • Vomitar sangre mientras se toma un antiinflamatorio.

Tras iniciar un tratamiento antiinflamatorio no esteroideo (DMARD), muchas personas toman un comprimido antiinflamatorio durante varias semanas hasta que el DMARD empieza a funcionar. Una vez que se comprueba que un FAME ayuda, la dosis del comprimido antiinflamatorio puede reducirse o incluso suspenderse.

Analgésicos
El paracetamol suele ser útil. No tiene acción antiinflamatoria, pero puede ser útil para aliviar el dolor si no puede tomar un comprimido antiinflamatorio. La codeína es otro analgésico más fuerte que a veces se utiliza.

Nota: Los AINE y los analgésicos alivian los síntomas de la AR. Sin embargo, no alteran la progresión de la enfermedad ni previenen el daño articular. No es necesario tomarlos si los síntomas remiten con el uso de medicamentos modificadores de la enfermedad.

Esteroides
Los esteroidesson buenos para reducir la inflamación. Es una práctica habitual aconsejar un tratamiento breve con corticoides para amortiguar una reagudización de los síntomas que no ha mejorado mucho con un AINE. Además, cuando se diagnostica la AR por primera vez, se suele utilizar un tratamiento breve con corticoides para controlar los síntomas mientras se espera a que los DMARD hagan efecto.

A veces se utiliza un corticoide durante un periodo de tiempo más largo, pero sólo si se han probado otros tratamientos (DMARD y medicamentos biológicos) y no han resultado totalmente eficaces o no se han tolerado debido a sus efectos secundarios.

A veces se inyectan esteroides directamente en una articulación para tratar un brote grave en una articulación concreta.

Los principales efectos secundarios de los esteroides se producen cuando se utilizan durante más de unas pocas semanas. Cuanto mayor es la dosis, más probable es que los efectos secundarios se conviertan en un problema. Entre los efectos secundarios graves que pueden producirse si se toman corticoides durante más de unas semanas o si se aplican inyecciones con frecuencia, se incluyen:

Objetivo 3 del tratamiento: minimizar al máximo la discapacidad

  • En la medida de lo posible, intenta mantenerte activo. Los músculos que rodean las articulaciones se debilitarán si no se utilizan. El ejercicio regular también puede ayudar a reducir el dolor y mejorar el funcionamiento de las articulaciones. La natación es una buena forma de ejercitar muchos músculos sin forzar demasiado las articulaciones. Un fisioterapeuta puede aconsejarle ejercicios para mantener los músculos que rodean las articulaciones lo más móviles y fuertes posible. También puede aconsejar férulas para ayudar a descansar una articulación si es necesario.

  • Si se deteriora el agarre o la movilidad, un terapeuta ocupacional puede aconsejar adaptaciones en el hogar para facilitar las tareas cotidianas.

  • Si desarrolla una deformidad articular, la cirugía para corregirla puede ser una opción. Si se produce un daño grave en una articulación, se puede optar por operaciones como prótesis de rodilla o cadera.

Objetivo del tratamiento 4 - tratar cualquier otro síntoma de la enfermedad

Como ya se ha mencionado, a veces las personas con AR desarrollan inflamación en otras partes del cuerpo, como los pulmones, el corazón, los vasos sanguíneos o los ojos. También puede aparecer anemia. Si se presentan estos problemas, pueden ser necesarios diversos tratamientos.

Objetivo del tratamiento 5: reducir el riesgo de desarrollar otras enfermedades

Como ya se ha mencionado, si padece AR tiene un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (por ejemplo, angina de pecho, infarto de miocardio e ictus), osteoporosis e infecciones. Por lo tanto, deberías plantearte hacer lo posible por reducir el riesgo de padecer estas afecciones por otros medios.

Por ejemplo, si es posible:

Para más información, véanse los prospectos separados Enfermedades cardiovasculares (ateroma) y Osteoporosis.

Vacunas
Para prevenir ciertas infecciones, debe vacunarse:

  • Una vacuna anual contra la gripe si tiene más de 65 años, toma medicamentos inmunosupresores o toma corticoides equivalentes a 20 mg o más de prednisolona al día durante más de un mes.

  • Una vacunación antineumocócica única si tiene más de 65 años, toma medicamentos inmunosupresores o toma corticoides equivalentes a 20 mg o más de prednisolona al día durante más de un mes.

Otros tratamientos

Algunas personas prueban terapias complementarias como dietas especiales, brazaletes, acupuntura, etc. Hay pocos estudios que demuestren la eficacia de estos tratamientos para la AR. En particular, hay que tener cuidado con pagar mucho dinero a personas que hacen afirmaciones extravagantes sobre su éxito. Para saber si un tratamiento es eficaz, lo mejor es consultar a un médico.

¿Cuál es el pronóstico de la artritis reumatoide?

Las perspectivas (pronóstico) en relación con el daño articular han mejorado mucho con la mejora de los tratamientos, en particular el uso precoz de los DMARD y los medicamentos biológicos.

Otro factor a tener en cuenta es el mayor riesgo de desarrollar enfermedades asociadas, como las cardiovasculares (véase más arriba). Por ello, la esperanza media de vida de las personas con AR es un poco menor que la de la población general. Por eso es importante abordar todos los factores que pueda modificar, como el tabaquismo, la dieta, el peso, etc.

Lecturas complementarias y referencias

Historia del artículo

La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.

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