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Cómo dejar de procrastinar

La procrastinación puede ser un obstáculo para el éxito: desde esforzarse por cumplir los propósitos de Año Nuevo hasta retrasar la revisión de los exámenes. Aunque es perfectamente normal procrastinar de vez en cuando, a veces puede convertirse en un problema que afecte a tu salud y a tus logros. Si identificas los factores que bloquean tu motivación, podrás tomar medidas para acabar con ese hábito.

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¿Por qué procrastinamos?

Perder el tiempo procrastinando es algo de lo que todos somos culpables de vez en cuando. Al fin y al cabo, todos tenemos los mismos mecanismos psicológicos.

"En pocas palabras, la procrastinación consiste en retrasar hasta más tarde lo que sabemos que sería mejor hacer o empezar a hacer ahora", afirma el profesor Stephen Palmer, psicólogo colegiado y miembro de la British Psychological Society (BPS).

Palmer explica que el comportamiento procrastinador es producto de dos problemas psicológicos principales:

1. La procrastinación relacionada con el ego: poner nuestro ego en juego y el miedo al fracaso. Por ejemplo, "Si fracaso en esta tarea, soy un fracasado".
2. 2. Baja tolerancia a la frustración: baja tolerancia a realizar tareas aburridas, frustrantes o poco emocionantes. Por ejemplo: "No soporto hacer tareas aburridas".

Estos factores abarcan una amplia gama de cosas que pueden frenarnos, y pueden actuar como importantes obstáculos para el autocontrol y la motivación necesarios para llevar a cabo las tareas. Sin embargo, cuando nos planteamos cómo dejar de procrastinar, rara vez abordamos los factores específicos que nos lo impiden.

"A menudo la gente espera a sentirse bien o a que surja la motivación antes de empezar cualquier tarea. Pero sólo cuando se empieza una tarea aumenta realmente la motivación", añade Palmer.

Si le cuesta poner en marcha sus propósitos de Año Nuevo, puede que todo esto le suene demasiado familiar. Según Palmer, los propósitos de Año Nuevo suelen desencadenar comportamientos de procrastinación poco saludables, ya sea esperar ese impulso para empezar tu nueva rutina de ejercicios o esperar a que dejar de beber entre semana te parezca el paso adecuado. "Por supuesto, rara vez se siente justo el momento de empezar algo que va a suponer un esfuerzo".

Factores de riesgo de la procrastinación

Superar la procrastinación requiere que identifiquemos qué nos lleva a posponer algo innecesariamente antes de empezar a abordarlo. Hay muchos factores que pueden contribuir a esta brecha entre cómo sabemos que deberíamos comportarnos y cómo actuamos en realidad.

Entre ellas figuran las siguientes:

  • Estrés y ansiedad: muchos estudios muestran una fuerte correlación entre la procrastinación y la ansiedad, sobre todo en el caso de los estudiantes y la ansiedad ante los exámenes.

  • Miedo al fracaso y a la retroalimentación negativa: son desmotivadores habituales que también están relacionados con la baja autoestima.

  • Perfeccionismo: también vinculado al miedo a rendir por debajo de lo esperado, el perfeccionismo puede dar lugar en ocasiones, aunque no siempre, a un comportamiento de procrastinación.

  • Bajo estado de ánimo y depresión: sentirse deprimido, tanto si está diagnosticado clínicamente como si no, agota la energía y reduce nuestra sensación de autoestima, lo que afecta negativamente a la motivación.

  • Impulsividad: la decisión de procrastinar suele ser impulsiva, ya que puede implicar no planificar con antelación y no tener en cuenta las consecuencias a largo plazo.

  • Distractibilidad: podemos distraernos fácilmente durante una tarea, mirando las redes sociales y quizás demostrando un uso problemático del teléfono móvil.

  • Pereza: la falta de voluntad para realizar el esfuerzo necesario para alcanzar un objetivo es un factor común; sin embargo, muchas personas que se consideran perezosas pueden no ser conscientes de que hay otros factores en juego.

  • Impaciencia por las recompensas: tendemos a devaluar las recompensas cuando transcurre mucho tiempo entre la finalización de una tarea y la obtención de los beneficios. La psicología que subyace a dar prioridad a las recompensas a corto plazo, como no trabajar, se conoce como"sesgo del presente".

  • Falta de energía: sentirse cansado físicamente también puede disuadirnos de empezar algo que requiere esfuerzo.

La procrastinación es también un síntoma ampliamente conocido del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Sin embargo, la organización benéfica CHADD subraya que esta forma de procrastinación es más extrema y no puede superarse de la misma manera.

Cómo dejar de procrastinar

Puedes aprender a dejar de procrastinar adquiriendo los siguientes buenos hábitos.

Puedes hacer que la tarea que tienes entre manos te parezca más manejable:

  • Decidir un objetivo claramente definido y posible de alcanzar.

  • Dividir una tarea grande en partes más pequeñas, si es posible.

  • Fijar plazos realistas.

  • Empezar con una tarea pequeña y el paso más pequeño posible para ello, para que empezar sea menos desalentador.

Después, lo que elijas hacer dependerá también de los factores desmotivadores que creas que se aplican más a ti.

He aquí algunos ejemplos:

Para los que se distraen fácilmente

Elimina cualquier distracción del entorno que te rodea, aunque aún no estés listo para empezar. Si estás rodeado de otras personas pero necesitas trabajar solo, considera la posibilidad de avisarles con un poco de antelación y preguntarles amablemente si hay algún momento en el que estén contentos y puedan estar más tranquilos mientras trabajas.

Para la recompensa

Puede que quieras organizar algún tipo de recompensa inmediata que puedas tener si consigues empezar. Puede ser algo pequeño y asequible, como una chocolatina o un episodio de tu serie favorita. Lo importante es que la recibirás en un futuro próximo.

Para los perfeccionistas

Antes de emprender tu objetivo, dite a ti mismo que no pasa nada por no ser el mejor o por cometer errores, aunque al final no tengas oportunidad de enmendarlos. Cuanto más tiempo dediques a un proyecto, más hábil te volverás.

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¿Cuándo se convierte la procrastinación en un problema?

Dejar las cosas para más tarde de vez en cuando no es necesariamente perjudicial. Sin embargo, la procrastinación crónica -cuando este comportamiento se convierte en un patrón en tu día a día- es un hábito poco saludable que puede afectar negativamente a tu salud mental.

Salud física y mental

La relación entre procrastinación y ansiedad puede volverse cíclica y difícil de romper; mientras que la ansiedad y el estrés pueden llevarte a procrastinar, la procrastinación crónica puede aumentar los niveles de estrés.

Lo mismo ocurre con otras emociones negativas, como la baja autoestima. Por ejemplo, procrastinar porque temes ser incapaz puede acabar alimentando ese miedo y el problema subyacente de baja autoestima, en lugar de resolverlo.

Las investigaciones también han vinculado la procrastinación con una mala salud física en personas con hipertensión y enfermedades cardiovasculares. La procrastinación puede convertirse en un comportamiento desadaptativo que impida a las personas afrontar sus enfermedades de forma saludable. Esto puede elevar los niveles de estrés, lo que a su vez puede afectar físicamente al organismo. En última instancia, esto podría hacer a la persona más vulnerable a su enfermedad.

Palmer añade también que las personas que procrastinan pueden aplazar la adopción de decisiones y medidas importantes relacionadas con la salud: "Su médico de cabecera o enfermera de consulta puede haberles explicado los problemas que plantean el consumo elevado de alcohol, la hipertensión, la mala alimentación o el tabaquismo, pero la persona sigue retrasando la adopción de medidas saludables".

Capacidades y logros

Se ha demostrado que procrastinar afecta negativamente a los resultados de los exámenes. También hay pruebas que relacionan la procrastinación con la mala conducta académica. Esto incluye excusas fraudulentas, plagio y copiar de otros para los deberes y en los exámenes.

Estos resultados negativos también existen en el lugar de trabajo. Un estudio descubrió una fuerte relación entre el comportamiento procrastinador y la obtención de salarios más bajos. Si retrasas constantemente tareas importantes, puedes estar obstaculizando oportunidades de empleo y promoción.

Cómo dejar de procrastinar

La buena noticia es que hay cambios que puedes hacer para abandonar el hábito.

En primer lugar, puedes hacer que la tarea te parezca más manejable:

  • Decidir un objetivo claramente definido y posible de alcanzar.

  • Dividir la tarea en trozos más pequeños, si es posible.

  • Fijar plazos realistas.

  • Empezar por el paso más pequeño posible, para que empezar sea menos desalentador.

Después, lo que elijas hacer dependerá también de los factores desmotivadores que creas que se aplican más a ti.

He aquí algunos ejemplos:

Para los que se distraen fácilmente

Elimina cualquier distracción del entorno que te rodea, aunque aún no estés listo para empezar. Si estás rodeado de otras personas pero necesitas trabajar solo, considera la posibilidad de avisarles con un poco de antelación y preguntarles amablemente si hay algún momento en el que estén contentos y puedan estar más tranquilos mientras trabajas.

Para la recompensa

Puede que quieras organizar algún tipo de recompensa inmediata que puedas tener si consigues empezar. Puede ser algo pequeño y asequible, como una chocolatina o un episodio de tu serie favorita. Lo importante es que la recibirás en un futuro próximo.

Para los perfeccionistas

Antes de emprender tu objetivo, dite a ti mismo que no pasa nada por no ser el mejor o por cometer errores, aunque al final no tengas oportunidad de enmendarlos. Cuanto más tiempo dediques a un proyecto, más hábil te volverás.

Historia del artículo

La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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