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¿Pueden los cambios en el estilo de vida reducir el riesgo de COVID-19?

¿Pueden los cambios en el estilo de vida reducir el riesgo de COVID-19?

Durante la pandemia de COVID-19, todos estamos poniendo de nuestra parte para mantener nuestra seguridad y la de los demás. Seguir las directrices, llevar mascarillas cuando se aconseja y practicar el distanciamiento social puede ayudar a reducir la propagación del virus. Pero, ¿hay algo que podamos hacer para reducir nuestro riesgo personal de contraer el virus o el riesgo de contraer una enfermedad grave si nos infectamos?

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Dieta sana

Sabemos que una dieta equilibrada con abundantes frutas y verduras frescas es importante para mantenerse sano.

Pero, ¿mejorar nuestra dieta nos ayudaría a protegernos contra el COVID-19?

"No existen alimentos ni dietas milagrosas que puedan prevenir o curar el virus. Aun así, seguir una dieta sana y equilibrada repleta de varios nutrientes (cobre, folato, hierro, selenio, zinc y vitaminas A, B6, B12, C y D), te asegurará obtener todo lo esencial para mantener altos tu sistema inmunitario y tus niveles de energía".

"Puedes obtener vitamina C de frutas y verduras, algo de vitamina D de la leche baja en grasa, alternativas lácteas enriquecidas y marisco, y zinc de la carne magra, el marisco, las legumbres, los frutos secos y las semillas", aconseja el Dr. Rüdiger Heicappell, Director Médico de Qunomedical, que ha estado trabajando en la primera línea de COVID-19 en Alemania.

Vitaminas y complementos

Es posible que, en el futuro, se descubra que determinadas vitaminas y suplementos evitan o reducen el impacto del COVID-19. Sin embargo, en estos momentos relativamente tempranos, las pruebas son limitadas. Algunos datos han sugerido que las personas con deficiencias de vitamina D tienen más probabilidades de que se les diagnostique COVID-19 o de sufrir enfermedades respiratorias si se infectan, pero se necesitan más pruebas. Las directrices del NICE recomiendan que las personas en el Reino Unido sigan las directrices del gobierno sobre la administración de suplementos de vitamina D para su salud general, pero aconsejan que el público no utilice la vitamina D únicamente para prevenir o tratar la COVID-19.

Aun así, tomar medidas para asegurarnos de que no tenemos carencias vitamínicas es sin duda una buena idea para nuestra salud en general.

"Simplemente, hay pocos datos de experimentos científicamente rigurosos que den confianza a la hora de recomendar vitaminas o suplementos específicos. No obstante, las investigaciones están demostrando que las personas con carencias de vitamina D tienen más probabilidades de dar positivo en las pruebas del virus. Así pues, podemos especular que tomar suplementos de vitamina D puede ser una buena medida", afirma el Dr. Heicappell.

Vitamina D y COVID-19 - la ciencia

Como todo en la vida, cualquier decisión tiene que ver con los riesgos y los beneficios. Es importante recordar que hay una diferencia entre dos cosas que están "asociadas" (por ejemplo, a menor vitamina D, mayor riesgo de infección por COVID-19) y una que realmente conduce a la otra. Puede haber muchos "factores de confusión" que sugieran una relación causal que no existe.

Por ejemplo, las personas de origen BAME tienen más probabilidades de tener niveles bajos de vitamina D y más probabilidades de sufrir complicaciones graves de COVID-19. Pero las personas de origen BAME también tienen más probabilidades de tener trabajos de cara al público, lo que les expone a una alta carga viral, y más probabilidades de tener enfermedades como la diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón, que aumentan significativamente el riesgo de resultados adversos en COVID-19. Podría ser esto, en lugar de los bajos niveles de vitamina D, lo que aumenta su riesgo. Puede que sean éstas, y no los bajos niveles de vitamina D, las que aumenten su riesgo.

Aunque varios estudios han sugerido una posible conexión entre un nivel bajo de vitamina D y una COVID-19 más grave, los estudios realizados con suplementos no han sido de gran calidad. Un estudio reciente presentado a la revista The Lancet, que sugería que la vitamina D administrada a pacientes hospitalizados por COVID-19 reduce la mortalidad en un 60%, fue rechazado por dicha revista debido a dudas sobre la calidad de los datos.

Sin embargo, los riesgos de la suplementación con vitamina D, al menos hasta 100 microgramos al día (diez veces las recomendaciones de las directrices de 10 microgramos, o 400 UI, al día) son mínimos. Y eso significa que el perfil beneficio/riesgo se decanta decididamente hacia el beneficio.

Reducir el consumo de alcohol

Muchos de nosotros disfrutamos de una copa de vino o dos por la noche, pero ¿sabías que el consumo de alcohol puede debilitar el sistema inmunitario? Teniendo esto en cuenta, reducir el consumo de alcohol podría hacernos menos susceptibles a las enfermedades, incluida la COVID-19. "En general, el consumo de alcohol tiene un efecto nocivo sobre el sistema inmunitario, haciéndolo más susceptible a las enfermedades infecciosas. El consumo excesivo de alcohol también aumenta el riesgo de síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), que es una de las complicaciones más graves del virus", explica el Dr. Heicappell.

Además, el alcohol puede aumentar nuestra conducta de riesgo o afectar a nuestro cumplimiento de las medidas de distracción social. "En términos más generales, el alcohol altera la capacidad de tomar decisiones y el comportamiento, por lo que es menos probable que se recuerden las pautas de distracción social y otras precauciones. Dicho esto, tiene sentido darle un respiro al alcohol o beber con moderación", coincide el Dr. Heicappell.

Estilo de vida saludable

Muchos de nosotros nos hemos acostumbrado a dar un paseo diario o a hacer footing durante el encierro, y además de mejorar nuestra forma física general y asegurarnos de que aprovechamos el tiempo con luz natural -importante para la producción de vitamina D-, el ejercicio puede ayudarnos a mantener en buena forma nuestro sistema inmunitario.

"Hacer ejercicio con regularidad mejora la capacidad de regular el sistema inmunitario, lo que ayuda a evitar los síntomas más graves del virus, como el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Otra ventaja de mantenerse activo es que ayuda a los mecanismos de defensa del organismo reduciendo la inflamación, reforzando las células inmunitarias innatas y mejorando la salud intestinal", explica el Dr. Heicappell.

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Peso saludable

Ya sabemos que las personas con sobrepeso u obesas corren un mayor riesgo de padecer ciertas afecciones como hipertensión(tensión arterial alta) y diabetes de tipo 2. Pero varios estudios sugieren que las personas con exceso de peso también corren un mayor riesgo de padecer enfermedades graves o morir a causa de COVID-19.

Cuanto mayor sea su índice de masa corporal (IMC, es decir, su peso en relación con su estatura), mayor será el riesgo. Para la mayoría de los adultos, un IMC de 18,5-24,9 es "ideal", de 25-29,9 es sobrepeso, de 30-39,9 es obesidad y más de 40 es obesidad grave. Según un estudio de Public Health England, un IMC de 35 a 40 podría aumentar en un 40% las probabilidades de morir por COVID-19. Un IMC superior a 40 podría casi duplicar las posibilidades de morir por COVID-19, aumentando el riesgo en un 90%.

Para saber si tiene un peso saludable para su estatura, utilice nuestra calculadora de IMC para medir su IMC. Si descubres que estás en un rango poco saludable, debes proponerte reducir el exceso de peso con dieta y ejercicio.

Si no estás seguro de cómo hacerlo de forma segura, quieres perder mucho peso o tienes otros problemas de salud, vale la pena pedir consejo a tu médico de cabecera o a un farmacéutico antes de empezar. Trabajar para conseguir un peso más saludable te ayudará a reducir el riesgo de complicaciones graves derivadas de COVID-19, así como a mejorar tu salud y bienestar general.

Mente sana

Además de mantener nuestro cuerpo lo más sano posible, es importante tener en cuenta nuestra salud mental. Vivir durante una pandemia puede pasar factura a la constitución más fuerte. Sentirse decaído no sólo puede tener un efecto negativo en nuestra salud general, sino que también puede disminuir nuestra motivación a la hora de tomar decisiones saludables.

Quienes estén preocupados por su salud mental o la de un amigo o familiar, deben hablar con su médico de cabecera o llamar al 111 para obtener asesoramiento y acceder al apoyo adecuado en materia de salud mental.

Aunque nos sintamos bien en este momento, en una época en la que las noticias a veces pueden parecer sombrías, es buena idea estar atentos a nuestra salud mental. "La salud mental es tan importante como la física. Por ello, hay que establecer una buena rutina, alejarse de los canales de noticias y de las redes sociales para evitar la ansiedad, y reservar un tiempo al día para uno mismo y para los seres queridos", dice el Dr. Heicappell.

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Actitud saludable

Cuando se trata de reducir el riesgo de contraer COVID-19, no hay nada mejor que el distanciamiento social, el uso de mascarilla cuando proceda y seguir cuidadosamente las directrices. Ahora que el despliegue de la vacuna está en pleno apogeo, asegúrate de reservar si cumples los requisitos y acude a tu cita si te llaman para una.

Cuidarnos también juega un papel importante. "Suena muy básico, pero comer bien, dormir lo suficiente y hacer ejercicio nos mantendrá lo más sanos posible y ayudará a que nuestro sistema inmunitario se mantenga fuerte".

Historia del artículo

La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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