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7 formas de proteger el cerebro de la demencia

Según Dementia UK, más de un millón de personas en el Reino Unido padecerán demencia en 2025: 1 de cada 11 personas mayores de 65 años vive actualmente con demencia. A medida que vivimos más años, aumentan las probabilidades de padecer esta enfermedad. Sin embargo, los ajustes en el estilo de vida y una vida sana pueden ayudar a minimizar su impacto.

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¿Qué es la demencia?

Demencia es un término genérico que engloba una serie de afecciones progresivas que debilitan determinadas funciones cerebrales relacionadas con la memoria, el habla, el pensamiento, el movimiento y la comunicación.

Los tipos más comunes de demencia incluyen:

¿Quién puede padecer demencia?

Es un error común pensar que la demencia sólo afecta a las personas mayores de 65 años. Aunque las probabilidades de desarrollar demencia aumentan al llegar a esta edad, también puede afectar a personas más jóvenes, lo que se conoce como demencia de aparición temprana.

La probabilidad de heredar la demencia de un familiar es pequeña. Sin embargo, tiene más probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer si tiene antecedentes familiares. Se cree que la genética interviene en alrededor del 10% de los casos de demencia de aparición temprana.

En la demencia también pueden influir otros factores de salud.

Natalie Mackenzie, experta en lesiones cerebrales y terapeuta de rehabilitación cognitiva de Londres (Reino Unido), afirma que entre ellas pueden figurar afecciones como la diabetes, la hipertensión, la obesidad, la depresión y la pérdida de audición.

"Afecciones a largo plazo como la esclerosis múltiple, el VIH, la artritis reumatoide y la enfermedad renal crónica también pueden aumentar las probabilidades de padecer demencia", añade. "Aun así, participar en ciertas actividades y prácticas puede seguir siendo bueno para el cerebro".

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¿Se puede prevenir la demencia?

No hay ninguna forma garantizada de prevenir la demencia. Sin embargo, un estilo de vida que incluya una dieta equilibrada, mucho ejercicio y actividades que estimulen el cerebro es la mejor manera de preservar la salud general.

1. Estimule su mente

La salud de su cerebro es tan importante como su bienestar físico. Mantener una mente aguda y activa puede ayudar a mantener el cerebro estimulado. Participar en actividades que supongan un reto mental es crucial para proteger la salud del cerebro.

El Dr. Emer MacSweeney, Director General y Neurorradiólogo Consultor de Re:Cognition Health, Gran Londres, Reino Unido, afirma. "El cerebro, al igual que un músculo, se beneficia del ejercicio regular. Las actividades que ponen a trabajar la mente ayudan a crear una reserva cognitiva. Esto puede retrasar la aparición de los síntomas de la demencia al dar a su cerebro las herramientas para compensar cualquier daño."

MacSweeney afirma que las actividades dirigidas a la memoria, la resolución de problemas y la atención son las más beneficiosas. Entre ellas están:

  • Crucigramas.

  • Sudoku.

  • Juegos de memoria.

Aprender nuevas habilidades activa la capacidad del cerebro para adaptarse al cambio y ralentiza el proceso de envejecimiento.

Mackenzie afirma: "Las regiones cerebrales responsables del aprendizaje y la memoria también se ocupan de la neurogénesis -la generación de nuevas células nerviosas- y el nacimiento celular. Aprender algo nuevo, ya sea estudiar japonés o tocar un nuevo instrumento, estimula estos procesos y potencia la salud cognitiva."

2. Conectar con los demás

Mantener relaciones significativas es vital para su bienestar mental y emocional.

MacSweeney afirma que las interacciones sociales y las actividades en común estimulan la actividad cerebral al fomentar la comunicación, la resolución de problemas y la regulación emocional.

"Las relaciones sólidas también pueden proporcionar apoyo emocional, reducir el estrés y fomentar un sentido de propósito", añade. "Todo ello podría ayudar a proteger la salud cerebral y a defenderse del deterioro cognitivo".

Mackenzie afirma que a los seres humanos nos encanta socializar, pero a medida que envejecemos nos aislamos más, lo que nos lleva a una falta de compromiso mental.

"La socialización en grupo es importante para el bienestar emocional y cognitivo", explica. "Estar rodeados de gente que nos hace sentir bien refuerza nuestra confianza y mantiene afiladas nuestras habilidades de comunicación, memoria y aprendizaje".

MacSweeney sugiere algunas formas de mantenerse en contacto con los demás:

  • Únete a un grupo comunitario o a una organización de voluntariado.

  • Únete a un equipo deportivo o a un club de aficiones.

  • Manténgase en contacto regular con sus seres queridos: mediante llamadas telefónicas, videoconferencias o reuniones en persona.

  • Asista a actos locales.

  • Charla con tus vecinos.

3. Sigue moviéndote

La actividad física, como el ejercicio regular, no sólo mejora la salud general, sino que también es buena para el cerebro.

Mackenzie afirma que mover el cuerpo libera hormonas y neuroquímicos que mejoran el estado de ánimo y la productividad, y mantienen fuertes las vías neuronales.

"El ejercicio despeja la mente y mejora las capacidades de resolución de problemas, memoria y atención", afirma. "El ejercicio en grupo es especialmente beneficioso para el aprendizaje y la memoria, ya que te mantiene tanto activo como socialmente conectado. Las personas que se mantienen activas suelen tener cerebros más sanos que las más sedentarias."

MacSweeney recomienda las siguientes actividades para ayudar a que la sangre fluya saludablemente hacia el cerebro:

  • Ejercicios aeróbicos.

  • Caminando.

  • Natación.

  • Ciclismo.

"La hipertensión y la diabetes se han relacionado con el deterioro cognitivo", afirma. "Por eso es importante mantener el corazón sano controlando la tensión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en sangre".

4. Dieta

Una dieta equilibrada y rica en nutrientes es esencial para sentirnos y funcionar lo mejor posible. Las dietas DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) y MIND (Mediterranean-DASH Diet Intervention for Neurodegenerative Delay) son especialmente beneficiosas para la salud cerebral.

MacSweeney afirma que una mezcla de estas dos dietas -repleta de verduras de hoja verde, bayas, frutos secos, cereales integrales y proteínas magras que limiten la ingesta de carne roja, mantequilla y dulces- puede minimizar la probabilidad de sufrir deterioro cognitivo.

"Los estudios sugieren que la dieta MIND puede reducir las probabilidades de desarrollar Alzheimer hasta en un 53% si se sigue estrictamente y en torno a un 35% con un cumplimiento moderado", añade. "La dieta DASH es buena para reducir la hipertensión, lo que indirectamente favorece la salud cerebral".

Mackenzie afirma que los ácidos grasos omega-3 de buena calidad, las vitaminas B12 y D -junto con los suplementos de zinc- pueden ayudar a la salud cognitiva.

5. Dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol

Fumar y beber demasiado alcohol son perjudiciales para la salud. Dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol son dos de los cambios de estilo de vida más eficaces que puedes hacer para mantener sanos tu cuerpo y tu mente.

"Fumar contribuye al estrechamiento de los vasos sanguíneos, incluidos los del cerebro", afirma MacSweeney. "Mientras que beber demasiado alcohol puede provocar daños cerebrales con el tiempo".

6. Menos estrés, más sueño

La vida moderna conlleva un torbellino de exigencias constantes que pueden dejarle poco espacio para las prácticas de autocuidado. Aunque puedan parecer un lujo, son una inversión necesaria para la salud de tu cerebro.

Mackenzie afirma: "El cerebro no soporta bien el estrés a largo plazo. Sí, le gusta el estrés óptimo -un nivel saludable que aumenta la motivación y el rendimiento-, pero una vez que ese equilibrio se rompe, los impactos a largo plazo de los altos niveles de cortisol y otros neuroquímicos pueden causar un daño significativo a tu salud cognitiva y a tus células cerebrales."

Recomienda dedicar tiempo a actividades relajantes y de recarga para reducir el estrés, como yoga, ejercicios de atención plena y actividades que aumenten la energía.

El sueño también es un factor importante para mantener un cerebro sano.

"Dormir entre 6 y 8 horas por noche es vital", afirma MacSweeney. "La mala calidad del sueño está asociada a la acumulación de placas amiloides -depósitos anormales de proteínas en el cerebro-, una característica clave de la enfermedad de Alzheimer".

7. Cuídate

Algunas enfermedades, como las cardiopatías, la depresión y la ansiedad, aumentan las probabilidades de desarrollar demencia. Controlar estas afecciones mediante revisiones periódicas, tratamiento médico y cambios en el estilo de vida puede reducir estas probabilidades.

MacSweeney afirma que la pérdida de audición no tratada puede contribuir a la demencia, ya que puede provocar aislamiento social y, a su vez, deterioro cerebral.

"Utilizar audífonos y controlar regularmente la audición puede ayudar a mantener la función cerebral", explica. "Una mala visión también puede reducir tu aportación sensorial y aumentar aún más el aislamiento social".

Mackenzie menciona que los traumatismos craneoencefálicos repetitivos y las conmociones cerebrales pueden contribuir a la demencia de aparición temprana. Además, la exposición a sustancias químicas nocivas y agentes patógenos -organismos causantes de enfermedades- también puede afectar negativamente a la salud cerebral. Protegerse de los peligros cotidianos es importante para salvaguardar el cerebro.

¿Existen signos precoces de demencia?

La detección precoz de la demencia es crucial para controlar la enfermedad y ralentizar su progresión. Los primeros signos de demencia pueden pasarse por alto fácilmente y confundirse con los signos típicos del envejecimiento.

MacSweeney afirma que las personas con demencia suelen mostrar estos primeros síntomas:

  • Pérdida de memoria.

  • Dificultad para encontrar las palabras adecuadas.

  • Lucha con tareas familiares.

  • Cambios de humor o comportamiento.

  • Evitar situaciones sociales.

  • Confusión sobre el tiempo y pérdida de la noción de las fechas.

  • Olvidar dónde estás.

  • Falta de juicio: tomar decisiones inadecuadas.

  • Descuidar el cuidado personal.

Mackenzie afirma: "Suelen ser los familiares o amigos quienes primero se percatan de estos signos. Los cambios de comportamiento de un ser querido pueden deberse a muchas razones, pero es importante hablar con un profesional médico lo antes posible. La intervención precoz es crucial para ayudar a controlar la enfermedad".

Llevar un estilo de vida sano, participar en actividades sociales, dormir lo suficiente y controlar los niveles de estrés pueden ayudar a que el cerebro y el cuerpo funcionen de forma óptima. Evitar hábitos nocivos como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, junto con las revisiones periódicas con el médico, pueden contribuir aún más a la salud cerebral y a prevenir la aparición del deterioro cognitivo.

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La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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