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pies sanos

Cómo mantener los pies sin problemas

Están lo más lejos posible de tus ojos y siguen formando parte de tu cuerpo, pero eso no es motivo para ignorar tus pies. Trabajan duro cada día, soportando todo tu peso, y un poco de cariño puede hacer mucho.

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Libera tus dedos

Pies fúngicos

Una vez desaparecido el verano, empiezan los meses oscuros para los pies, envueltos en gruesos calcetines de invierno y calzado resistente. Y así es como les gusta a los hongos. Los hongos prosperan en cualquier lugar cálido y húmedo, y los hongos microscópicos que causan infecciones son los mismos. El pie de atleta es una infección fúngica frecuente en personas que llevan zapatillas deportivas sudadas, pero no se limita a los deportistas. El uso compartido de duchas o toallas con otras personas permite la proliferación de esporas microscópicas que provocan picor, descamación y grietas dolorosas. Suele empezar en la piel que hay entre los dedos de los pies (a menudo primero en los meñiques).

El primer paso es tratar la infección con una crema antifúngica de tu farmacéutico. Tendrás que seguir durante varios días después de que la infección haya desaparecido con algunas cremas. Pero también tendrás que tomar medidas para evitar que reaparezca, y eso pasa por mantener los pies frescos y secos. Utiliza una toalla limpia y seca para secarte los pies; cambia a diario los calcetines de algodón; usa sandalias abiertas siempre que sea posible y chanclas en las duchas comunes.

Y hongos en las uñas

Puede que no causen daños graves, pero las infecciones por hongos en las uñas pueden mermar tu entusiasmo por las sandalias de verano. La infección puede propagarse desde el pie de atleta a la piel de los pies. Las uñas (sobre todo las de los pies) se vuelven más gruesas, quebradizas y descoloridas. Hasta 1 de cada 12 personas contrae esta infección en algún momento, y es más frecuente en personas mayores de 60 años o en personas que no se encuentran bien o padecen otras enfermedades crónicas, como la diabetes.

Para hacer un diagnóstico definitivo, hay que tomar una muestra de la uña y cultivarla en un laboratorio. No siempre es necesario un tratamiento para las infecciones leves, pero las opciones incluyen comprimidos diarios o laca de uñas pintada a diario. El tratamiento puede durar hasta seis meses.

¡Ay!

Los juanetes -una excrecencia ósea en la base del dedo gordo- tampoco son bonitos, y además pueden ser muy dolorosos. La articulación que conecta el dedo gordo con el resto del pie se deforma, lo que puede provocar rozaduras, dolor e inflamación de la piel que recubre la articulación. Los juanetes pueden ser hereditarios, y los problemas articulares, como la artrosis, también suponen un riesgo.

Para los juanetes leves, puede bastar con llevar zapatos más planos y amplios que no presionen la articulación ni fuercen el pie hacia delante. Si los síntomas son graves, existen varios tipos de cirugía, que van desde el recorte de la articulación hasta la rotura y realineación de los huesos o incluso la fusión completa de la articulación. Es posible que le operen con anestesia local sin necesidad de pasar la noche en el hospital.

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Pon un resorte en tu paso para detener el dolor

La fascitis plantar es otra causa frecuente de dolor, esta vez en el talón. La dura banda de tejido conjuntivo (que se extiende bajo la planta del pie para sostener el arco) se inflama en la zona que está unida al hueso del talón. El dolor suele empeorar al levantarse de la cama, y es posible que al presionar la parte inferior del talón aparezca un punto sensible muy concreto. Se cree que se debe a pequeños traumatismos repetidos, a menudo si de repente empiezas a hacer más ejercicio o cambias a un calzado que no ofrece mucha amortiguación.

No es de extrañar que el sobrepeso ejerza más presión sobre los talones, por lo que adelgazar ayudará. Lo mismo puede decirse del reposo y el uso de plantillas acolchadas en el calzado, junto con analgésicos o comprimidos antiinflamatorios. Si esto no funciona, acude a un podólogo para que te recete plantillas especializadas y ejercicios para estirar el tejido conjuntivo que rodea el talón. Puede tardar varios meses en asentarse por completo.

Diversión y juegos

El neuroma de Morton puede causar un dolor punzante en la planta del pie, normalmente detrás de la base del tercer y cuarto dedos. Se cree que es el resultado de un aplastamiento prolongado del nervio que discurre entre las cabezas de los huesos del antepié (los metatarsianos), y que tanto el calzado apretado como la artritis del pie pueden empeorarlo. Si los síntomas son leves, el cambio de calzado o el uso de plantillas pueden ser suficientes. De lo contrario, un podólogo puede ayudarle y ofrecerle una inyección de esteroides para reducir la inflamación o extirparla.

El neuroma de Morton no es la única causa de dolor en esta zona. La metatarsalgia, o dolor que afecta a la zona situada bajo la cabeza de los huesos metatarsianos, puede deberse a daños o inflamación de los huesos. Los golpes repetidos en las cabezas de los metatarsianos al correr, sobre todo con calzado sin la amortiguación adecuada, son una causa frecuente. De hecho, en el pasado, los soldados recién reclutados que se veían obligados a marchar largas distancias con botas militares mal ajustadas sufrían tan a menudo esta dolencia que se denominó "metatarsalgia de marcha". El reposo, la fisioterapia y un calzado adecuado pueden contribuir a la recuperación.

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Los zapatos lo tienen

Por eso, si tengo un consejo para que tus pies no tengan problemas, es que pienses en su salud cuando decidas qué ponerte. Los tacones altos pueden aumentar la presión en las plantas de los pies, lo que puede provocar neuroma de Morton y metatarsalgia. Llevarlos todo el tiempo también puede acortar el tendón de Aquiles, aumentando las probabilidades de padecer fascitis plantar.Los zapatos apretados pueden ponerte en riesgo de padecer neuroma de Morton y juanetes.

Por otra parte, llevar zapatillas deportivas todo el tiempo aumenta la probabilidad de padecer pie de atleta, y las chanclas y los zapatos de tacón no ofrecen ningún apoyo para los arcos, por lo que puedes acabar con dolor de pies por hundimiento de los arcos o dedos en garra. Lo mejor que puedes hacer es variar de calzado: alterna tacones altos y bajos, y también tacones de aguja. Si eres hombre, quizá prefieras ignorar este consejo y cambiar de zapatillas con regularidad, ¿o es que estoy chapada a la antigua?

Gracias a "My Weekly", donde se publicó originalmente este artículo.

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La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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