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¿Puede el consumo consciente de alcohol mejorar su salud mental?

Es una sensación que muchos de nosotros hemos experimentado después de haber bebido demasiado la noche anterior: ansiedad que revuelve el estómago, teñida de arrepentimiento y desesperación. Sentirse ansioso o decaído es un efecto secundario habitual de la resaca, por no hablar de los dolores de cabeza, el cansancio y los problemas digestivos.

Sin embargo, muchos jóvenes prefieren no beber alcohol, y campañas como Dry January refuerzan aún más esta idea. Más de una cuarta parte de los jóvenes de 16 a 24 años no beben, frente a una quinta parte de la población adulta en general, en parte debido a preocupaciones por su salud y su economía.

Y ahora, algunas personas están practicando un nuevo concepto llamado "mindful drinking".

La idea que subyace tras el consumo consciente de alcohol es cambiar tu relación con el alcohol y aprender a beber lo que quieres, en lugar de lo que crees que es socialmente aceptable. Por ejemplo, puede que pidas un tinto grande después de un día estresante, pero sería mejor que te tomaras uno pequeño o que dejaras el alcohol por completo.

Muchos practicantes del consumo consciente de alcohol atribuyen a este concepto el haberles ayudado a mantener su salud mental bajo control.

Helen Morris, de 32 años, empezó a beber de forma consciente hace un par de años, cuando se dio cuenta de que el alcohol no la hacía feliz y decidió replantearse su relación con él.

"Llevaba muchos años bebiendo de forma regular y social, pero últimamente sufría depresión, ansiedad y ataques de pánico", explica. "Relacioné el deterioro de mi salud mental con la bebida y decidí dejar de beber para ver si cambiaba algo".

"Empecé limitándome a dos copas cuando salía, y a beber sólo los fines de semana, para acabar haciéndolo sólo en ocasiones especiales", añade.

Tras varios intentos y errores, Helen acabó dejando de beber alcohol por completo, lo que, según afirma, ha mejorado drásticamente su salud mental. "Ya no tengo ataques de pánico, cambios de humor ni ansiedad prolongada y, en general, me siento mucho mejor preparada para afrontar la vida cotidiana".

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Alcohol y salud mental

Aunque el alcohol puede hacernos sentir relajados a corto plazo, puede contribuir a los sentimientos de depresión y ansiedad. Esto se debe a que el consumo regular de alcohol a largo plazo interfiere con los neurotransmisores del cerebro, necesarios para una buena salud mental.

"Para ponernos un poco científicos: la razón por la que te sientes bien después de una o dos copas es porque el alcohol suprime la actividad del córtex prefrontal, la parte del cerebro que controla la inhibición", dice Rosamund Dean, autora de Mindful Drinking: How Cutting Down Can Change Your Life.

"Sin embargo, el córtex prefrontal también controla aspectos como la resolución de problemas, la toma de decisiones y el comportamiento social.

"La dopamina es el neurotransmisor responsable de los antojos. Cuando tomamos una bebida alcohólica (o cualquier sustancia adictiva; las drogas funcionan igual), la dopamina que se libera nos hace sentir relajados. Pero se trata de una estimulación artificial del "centro de recompensa", en lugar de una auténtica explosión de alegría, como una carcajada con un buen amigo o un abrazo con un ser querido.

"Y, por desgracia, se ha demostrado que el consumo excesivo de alcohol reduce los niveles de dopamina hasta el punto de que el bebedor necesita cada vez más alcohol para sentir el mismo subidón. El agotamiento de la dopamina se asocia con cansancio, falta de concentración, olvidos, ansiedad, insomnio, baja motivación y depresión total".

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Aproximadamente uno de cada cuatro de nosotros bebe más alcohol del máximo recomendado de 14 unidades a la semana, lo que equivale a unas seis pintas de cerveza normal o seis vasos de vino.

Según el profesor Sir Ian Gilmore, presidente de la Alcohol Health Alliance, hay muchas señales que pueden llevar a la gente a pensar en reducir el consumo.

"Si cree que su consumo de alcohol está teniendo un impacto negativo en sus relaciones o en su capacidad para trabajar, o que podría estar exacerbando algún problema de salud existente, tal vez desee pensar en reducir la cantidad que bebe", afirma.

"Además, si bebes todos los días y te resulta difícil abstenerte, esto también podría ser una señal de que deberías pensar en reducir el consumo".

Dejar de beber de golpe no es necesariamente la solución, pero la moderación puede marcar una gran diferencia.

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Cómo beber de forma consciente

Hay varias formas de hacerlo: planifica con antelación y busca bares que sirvan bebidas sin alcohol interesantes, no te dejes llevar por el pánico y tómate tu tiempo para decidir qué quieres beber.

Piénsatelo dos veces y evalúa tu estado de ánimo antes de beber alcohol: si no te sientes bien, quizá sea mejor dejarlo pasar en lugar de añadir una resaca.

No dejes que nadie te obligue a beber: si no te apetece, no bebas.

Hay incluso grupos a los que puedes unirte para beber de forma consciente, como el Club Soda, un "movimiento para beber de forma consciente" con sede en el Reino Unido que ofrece cursos e incluso salidas a bares para beber de forma consciente.

"Para muchos, el mindful drinking consiste en moderar sus hábitos de consumo. Por ejemplo, elegir bebidas con menos alcohol, beber menos copas al día, no beber entre semana, hacer un sprint sobrio más largo o incluso dejar completamente el alcohol", dice Laura Willoughby, cofundadora de Club Soda.

"Recuerda una cosa: beber alcohol nunca es obligatorio. Beber de forma consciente consiste en decidir qué es lo mejor para ti, hoy, en este momento".

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La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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