
COVID-19: cómo afrontar un trastorno alimentario durante el bloqueo por coronavirus
Revisado por la Dra. Sarah Jarvis MBE, FRCGPÚltima actualización por Abi MillarÚltima actualización: 6 de mayo de 2020
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La pandemia de COVID-19 está afectando a la salud mental de muchas personas de formas que quizá no habíamos previsto. Para cualquiera que se enfrente a un trastorno alimentario, el bloqueo por coronavirus plantea algunos retos únicos. Exploramos algunas estrategias que pueden ayudar.
En este artículo:
Utilice la herramienta de comprobación de coronavirus de Patient si tiene algún síntoma de fiebre o una nueva tos. Hasta que haya utilizado la herramienta y le hayan aconsejado qué medidas tomar, permanezca en casa y evite el contacto con otras personas.
Vivir con un trastorno alimentario puede ser complicado en el mejor de los casos. Si eres una de las 1,25 millones de personas en el Reino Unido que se encuentran en esta categoría, o si cuidas a alguien que lo hace, sin duda estás acostumbrado a tomar las cosas día a día y hacer frente a los desafíos que se presentan.
Sin embargo, la pandemia de coronavirus es una situación sin precedentes y con ella vienen dificultades sin precedentes. Para cualquiera que se enfrente a la anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón u otro tipo de trastorno alimentario, las presiones impuestas por el encierro pueden pesarle especialmente.
En primer lugar, todos nos enfrentamos a cambios en nuestra rutina habitual y a muchas incógnitas. Por otra parte, la situación ha planteado muchos problemas relacionados con la alimentación -pensemos en las estanterías vacías de los supermercados y las preocupaciones en torno a la compra de alimentos-, junto con normas sobre el ejercicio y la socialización que pueden exacerbar sus ansiedades.
"Los cambios en la vida cotidiana y la rutina pueden tener un efecto muy real en la gestión de un trastorno alimentario", afirma Katie Bell, profesora de psicología de la Universidad De Montfort. "Por ejemplo, los cambios en la forma de hacer ejercicio, vivir con alguien que hace acopio de comida y resistirse a los impulsos de comer compulsivamente, y no poder acudir a las citas individuales o en grupo con los profesionales de la salud, todo ello podría tener un impacto".
La Dra. Elena Touroni, psicóloga consultora y cofundadora de la Chelsea Psychology Clinic, añade que el encierro nos ha despojado de muchas de nuestras estrategias de afrontamiento saludables. Por eso, es posible que resurjan viejos hábitos.
"Para quienes padecen trastornos alimentarios, es probable que los largos periodos de tiempo que pasan en casa desencadenen ansiedades, síntomas y formas de afrontamiento muy específicas", afirma. "Para los que se han encontrado con estilos de afrontamiento poco saludables que se arrastran, se trata de encontrar otros nuevos más saludables que puedan utilizar durante estas circunstancias actuales".
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Retos específicos a los que puede enfrentarse
La asesora Lynn Crilly, autora de Hope with Eating Disorders (Esperanza con los trastornos alimentarios), señala que hay que tener en cuenta bastantes obstáculos potenciales. Por ejemplo, la planificación de las comidas puede complicarse cuando no se dispone de ciertos alimentos "seguros" o habituales.
"La escasez de comida puede jugar a favor de la forma de pensar de la persona que sufre un trastorno alimentario, haciéndole creer que los demás necesitan la comida más que ella, lo que por supuesto no es cierto", afirma. "Y el hiperenfoque de los medios de comunicación en la imagen corporal y los entrenamientos en casa puede tener un efecto negativo en cómo se sienten consigo mismos, y de nuevo alimentar su mentalidad distorsionada".
Añade que, puesto que la mayoría de los trastornos alimentarios prosperan en secreto, estar encerrado en una casa con otras personas puede hacer que las "reglas" del trastorno alimentario sean difíciles de mantener. Del mismo modo, si vives solo, el aislamiento puede hacer que se afiancen las estrategias de afrontamiento perjudiciales. Además, es más difícil de lo normal estructurar la rutina diaria.
"Muchas personas que sufren trastornos alimentarios quieren sentir que tienen el control", afirma. "Pero con las restricciones a su vida cotidiana regidas ahora por fuerzas externas, pueden sentir que están fuera de control, lo que sin duda les provocará altos niveles de ansiedad".
En algunos casos, alguien que ha sufrido un trastorno alimentario en el pasado puede encontrarse con viejos problemas que reaparecen.
"Las técnicas de tratamiento a largo plazo de la mayoría de los trastornos alimentarios hacen hincapié en la gestión del estilo de vida para reducir el riesgo de recaída. Que te quiten la capacidad de controlar tu estilo de vida puede ser un desencadenante para muchos enfermos", afirma el psicoterapeuta Noel McDermott.
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Estrategias de ayuda
Si usted está lidiando con alguno de estos problemas, lo principal que debe recordar es que sus preocupaciones merecen atención. Aunque la atención de los medios de comunicación se centra, como es comprensible, en el coronavirus, las tristes historias que estamos escuchando no disminuyen las luchas por las que estás pasando.
Crilly señala que a muchas personas les resultará aún más difícil ganar la lucha diaria contra su trastorno alimentario.
"Pero recuerde que se puede ganar y se ganará", dice. "La comunicación es clave. Hablar con alguien de confianza sobre cómo te sientes y elaborar juntos un plan de acción sobre cómo seguir adelante te ayudará".
Es importante mantener la rutina diaria en la medida de lo posible y seguir un plan de alimentación regular que te funcione. Crilly sugiere escribir un plan para cada día la noche anterior, de modo que sepas lo que vas a hacer desde el momento en que te levantes. También puedes hacer un plan de alimentación aproximado para la semana que tienes por delante, para que no te pille desprevenido.
"Mantén un ritmo de sueño regular, limita el tiempo que pasas en las redes sociales e intenta no tener conductas negativas, aunque sé que es más fácil decirlo que hacerlo", afirma. "Escribe una lista de 'razones para seguir en recuperación', que te recuerde por qué haces lo que haces y cómo tienes que seguir por el buen camino. Lleva un diario de cómo te sientes y de los pasos positivos que has dado ese día. Y piensa en la mejor manera de incluir el ejercicio en tu día a día, teniendo en cuenta que las necesidades de cada persona son diferentes".
El Dr. Touroni señala que aprender a tranquilizarse es vital. Esto puede adoptar la forma de un "kit autocalmante" que puede calmar las emociones difíciles que estás tratando de gestionar.
"Utilizar los cinco sentidos puede ser útil: por ejemplo, escuchar música relajante o energizante cuando te sientas provocado", dice. "O para el tacto, poner sábanas limpias en la cama, o para la vista, mirar algo bonito. Escribe una lista de las cosas que te reconfortan y úsala como herramienta para mediar ante cualquier desencadenante".
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Acceso a la ayuda
También es buena idea mantenerse al día con el plan de tratamiento o el terapeuta, aunque sea virtualmente. Muchos terapeutas ofrecen citas por teléfono o vídeo en este momento. También hay líneas telefónicas de ayuda a las que puedes llamar y que, aunque no sustituyen a la terapia, pueden ayudarte en momentos de crisis.
La organización benéfica Beat, dedicada a los trastornos alimentarios, ofrece una amplia gama de servicios de apoyo, como líneas telefónicas de ayuda, grupos de apoyo en línea y chats individuales por Internet. También puedes encontrar recursos útiles en las organizaciones benéficas Mind y Sane. Y ni que decir tiene que si es la primera vez que padeces un trastorno alimentario, es importante que consultes a tu médico de cabecera.
Aunque esta situación es sin duda un reto, no tiene por qué ser "mala" per se. Como señala Crilly, incluso puede servir para hacer introspección y avanzar en la recuperación.
"Tenemos que tener días malos para saber lo que son los días buenos. En los días buenos, celebren los pasos adelante que se han dado, por pequeños que sean", dice. "Por encima de todo, recuerden que la recuperación siempre es posible, no hay una forma correcta o incorrecta de conseguirla, cada persona es diferente y, por tanto, su recuperación es y será única para ella. Nunca te rindas, siempre hay esperanza".
Historia del artículo
La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.
6 de mayo de 2020 | Última versión

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