Parálisis cerebral
Revisado por el Dr Doug McKechnie, MRCGPÚltima actualización por Dr Hayley Willacy, FRCGP Última actualización 20 dic 2023
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La parálisis cerebral es un problema de la función muscular. Está causada por una lesión cerebral o un desarrollo anormal del cerebro que se produce mientras el cerebro del niño aún se está desarrollando. Puede ser antes de que nazca el bebé, durante el parto o poco después del nacimiento.
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¿Qué es la parálisis cerebral?
Parálisis cerebral es el nombre de un grupo de afecciones de por vida que cursan con problemas de función y control muscular. Está causada por una lesión cerebral o un desarrollo anormal del cerebro que se produce mientras el cerebro del niño aún se está desarrollando. Esto puede ocurrir antes de que nazca el bebé, durante el parto o poco después del nacimiento.
La mayoría de la gente piensa que la parálisis cerebral causa graves problemas de movimiento, pero los síntomas y discapacidades van de leves a graves. Algunas personas con parálisis cerebral tienen también otros problemas, como discapacidad intelectual y epilepsia.
Tipos de parálisis cerebral
Parálisis cerebral espástica
Espástico significa que los músculos afectados están más rígidos de lo normal. El grado de rigidez de un brazo o una pierna afectados puede variar mucho de un caso a otro. Los movimientos de un brazo o una pierna afectados son rígidos y espasmódicos. Algunos músculos pueden quedar permanentemente acortados y rígidos. Esto se denomina contractura.
Parálisis cerebral atetoide o discinética
Las personas con este tipo de parálisis cerebral tienen movimientos lentos y retorcidos de manos, brazos, pies o piernas. Algunas personas tienen espasmos musculares repentinos.
Parálisis cerebral atáxica
Las personas con parálisis cerebral atáxica tienen dificultades con el equilibrio y los movimientos finos. Esto puede traducirse en pérdida de equilibrio o inestabilidad al caminar.
Parálisis cerebral mixta
Las personas con parálisis cerebral mixta tienen una combinación de dos o tres de los tipos anteriores. Lo más frecuente es que sea una combinación de parálisis cerebral espástica y atetoide.
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Síntomas de la parálisis cerebral
La parálisis cerebral puede variar en gravedad de leve a grave. Por ejemplo, es probable que una persona con hemiplejía espástica leve sea totalmente móvil, activa e independiente, pero tenga un movimiento ligeramente anormal al andar (marcha). Puede tener alguna dificultad para utilizar una mano y un pie puede caerse o arrastrarse.
En el otro extremo, una persona con tetraplejia grave se verá obligada a ir en silla de ruedas y necesitará ayuda para las tareas cotidianas. Muchas personas se encuentran entre estos dos extremos. Cada persona es diferente y necesita ser evaluada por un equipo especializado.
Dependiendo del tipo de parálisis cerebral y de la zona del cerebro afectada, un niño con parálisis cerebral puede tener dificultades para moverse, hablar, comer o jugar del mismo modo que otros niños. Los síntomas de la parálisis cerebral dependen de la parte exacta del cerebro afectada.
La rigidez de los músculos en la parálisis cerebral espástica puede llevar gradualmente a contracturas fijas permanentes de las articulaciones de brazos y piernas. Algunas articulaciones pueden acabar fijándose en una posición flexionada a medida que el niño se hace mayor. Uno de los principales objetivos del tratamiento de la parálisis cerebral espástica es reducir al mínimo los efectos de la rigidez muscular.
Síntomas de la parálisis cerebral espástica
Este tipo de parálisis cerebral se da en unos 7 de cada 10 casos.
Hay diferentes palabras que se utilizan para describir los tipos de parálisis cerebral espástica. Por ejemplo:
Hemiplejia: significa que la pierna y el brazo de un lado del cuerpo están afectados.
Diplejía: ambas piernas están afectadas. Los brazos no están afectados o lo están de forma leve.
Tetraplejia: significa que tanto los brazos como las piernas están afectados. Los brazos están igual o más afectados que las piernas.
Síntomas de parálisis cerebral atetoide o discinética
Este tipo se da en aproximadamente 2 de cada 10 casos.
Las personas con este tipo de parálisis cerebral tienen movimientos lentos y retorcidos que no pueden controlarse, por lo que son involuntarios. A veces también se ven afectados la lengua o los músculos faciales. La rigidez (tono) de los músculos puede variar de muy alta a muy baja. Como resultado, las personas con parálisis cerebral atetoide tienen dificultades para permanecer en una misma posición. También pueden ser incapaces de utilizar correctamente los brazos o las manos, por ejemplo, para sujetar objetos.
Síntomas de la parálisis cerebral atáxica
Este tipo se da en menos de 1 de cada 10 casos. La parálisis cerebral atáxica se asocia a dificultades con el equilibrio y los movimientos finos. Por ejemplo, pueden perder el equilibrio o andar de forma inestable. También puede dificultar la realización de tareas finas con las manos, como escribir o sujetar cubiertos. Su tono muscular suele estar disminuido. Es decir, no suelen estar rígidos.
Síntomas de parálisis cerebral mixta
Las personas con parálisis cerebral mixta suelen tener una combinación de parálisis cerebral espástica y atetoide, que se traduce en un tono muscular rígido y movimientos involuntarios.
Causas de la parálisis cerebral
Para más de la mitad de las personas con parálisis cerebral, la causa se produce entre las 24 semanas de embarazo y el parto. En este periodo se produce un gran desarrollo del cerebro. Por tanto, el cerebro es especialmente sensible a cualquier daño durante este periodo.
En muchas personas con parálisis cerebral se desconoce la causa del daño cerebral. Los factores genéticos pueden influir. Genético significa que la enfermedad se transmite de padres a hijos a través de unos códigos especiales dentro de las células llamados genes.
Se sabe que muchos otros factores aumentan el riesgo de desarrollar parálisis cerebral. Entre ellos se incluyen:
Factores durante el embarazo (prenatales)
Nacimiento prematuro (bebés prematuros) - en particular, bebés nacidos antes de las 28 semanas de embarazo.
Bebés que forman parte de gemelos, trillizos o más.
Bebés con anomalías (malformaciones congénitas).
Las infecciones de la madre embarazada, como la rubéola, la varicela y la toxoplasmosis, pueden ser una causa en algunos casos.
Existe un mayor riesgo de tener un hijo con parálisis cerebral en las madres que fuman, beben mucho alcohol o consumen drogas callejeras como la cocaína.
Factores en torno al momento del nacimiento (perinatales)
Infección grave en el bebé o la madre.
Daños en el cerebro del bebé en el momento del parto.
Factores posteriores al nacimiento (postnatales)
Infección grave: por ejemplo, sepsis o meningitis.
Ictericia grave en un recién nacido.
Hemorragia cerebral (hemorragia intracraneal).
Lesión (traumatismo).
Se pensaba que los problemas del parto eran la principal causa de parálisis cerebral. Sin embargo, ahora se sabe que esto es incorrecto. Se cree que menos de 1 de cada 10 casos se debe a problemas relacionados con el nacimiento del bebé. Por ejemplo, la falta grave y prolongada de oxígeno durante el parto puede ser una causa en un pequeño número de casos.
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¿Es frecuente la parálisis cerebral?
En el Reino Unido, aproximadamente 1 de cada 1.000 bebés con peso normal al nacer padece parálisis cerebral.
En el caso de los bebés con bajo peso al nacer (menos de 2.500 g), la cifra es de aproximadamente 1 de cada 60.
El número total de casos al año (la incidencia) no ha variado mucho en los últimos 50 años.
Problemas asociados a la parálisis cerebral
A veces, el daño cerebral afecta a otros aspectos de la función cerebral, así como a problemas musculares.
Dificultades de aprendizaje
Aproximadamente la mitad de los niños con parálisis cerebral tienen algún grado de dificultad de aprendizaje. La gravedad puede variar. La otra mitad tendrá una inteligencia normal o superior.
Problemas de habla
Aproximadamente la mitad de los niños tienen algún grado de dificultad para hablar. A veces puede pensarse que un niño con dificultades para hablar tiene una inteligencia baja, cuando en realidad tiene una inteligencia normal o alta.
Epilepsia
Aproximadamente 1 de cada 3 personas con parálisis cerebral tendrá también epilepsia.
Algunos niños también tienen problemas de audición, visión, alimentación y bebida.
¿Cómo se diagnostica la parálisis cerebral?
La parálisis cerebral no suele diagnosticarse al nacer. Los bebés con parálisis cerebral grave pueden presentar signos evidentes al nacer, como una rigidez (tono) muscular muy anormal. Sin embargo, a la mayoría de los niños se les diagnostica entre los 6 meses y los 2 años de edad.
Entre los posibles signos precoces de que un bebé puede tener parálisis cerebral se incluyen:
Movimientos inusuales e inquietos.
Otros movimientos anormales, como moverse poco o mover principalmente un lado del cuerpo.
Tono muscular anormal: por ejemplo, tono reducido o aspecto flácido (hipotonía), aumento del tono o rigidez (espasticidad) o cambio de tono entre flácido y rígido (distonía).
Desarrollo anormal: por ejemplo, control tardío de la cabeza, retraso al darse la vuelta, sentarse, gatear o andar. Pueden caminar de puntillas de forma persistente.
Dificultades de alimentación.
Los hitos motores retrasados más comunes en los niños con parálisis cerebral son:
No sentarse a los 8 meses. En el caso de los bebés prematuros, este tiempo debe corregirse en función de la edad del niño al nacer (edad gestacional); por ejemplo, sería de 10 meses para un bebé nacido dos meses antes.
No caminar a los 18 meses (edad gestacional corregida).
Preferir utilizar una mano en lugar de la otra (preferencia de mano) antes de la edad de 1 año (corregida para la edad gestacional).
Hay variaciones y algunos bebés son normales pero de desarrollo tardío. Sin embargo, un niño que se retrasa en estos hitos del desarrollo debe ser evaluado normalmente para detectar una parálisis cerebral. Por lo general, el diagnóstico puede realizarlo un especialista infantil, a partir de los síntomas, los signos y el retraso en el desarrollo.
El diagnóstico se realiza principalmente mediante una cuidadosa exploración y evaluación del desarrollo. No obstante, pueden realizarse pruebas adicionales, como análisis de sangre o un escáner cerebral, si la causa de la parálisis cerebral no está clara. También pueden ser necesarias otras pruebas si se cree que puede haber otro diagnóstico distinto de la parálisis cerebral.
Tratamiento de la parálisis cerebral
Cada persona con parálisis cerebral es un individuo con síntomas, discapacidades y necesidades específicas. El tratamiento se basa en una evaluación exhaustiva y continua de todos los síntomas y dificultades causados por la parálisis cerebral.
Los niños con parálisis cerebral deben estar bajo el cuidado de un equipo especializado que incluya varios profesionales sanitarios, como médicos, enfermeras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas. El papel del médico de cabecera es coordinar la atención entre los profesionales sanitarios, vigilar los problemas asociados (como trastornos torácicos, intestinales o de la vejiga), apoyar a la persona y a sus cuidadores y derivarla para que reciba apoyo adicional cuando sea necesario.
La parálisis cerebral no tiene cura, pero se puede hacer mucho para limitar el grado de discapacidad que podría haberse producido si no se hubiera administrado el tratamiento.
Fisioterapia y terapia ocupacional
Estos son los pilares del tratamiento. Un objetivo principal de la fisioterapia es (en la medida de lo posible) prevenir o limitar las contracturas y deformidades de las extremidades que pueden producirse con la parálisis cerebral espástica. Los fisioterapeutas también se centran en la amplitud de movimientos, la potencia y la movilidad.
Pueden utilizarse diversas técnicas, como ejercicios, entrenamiento de la movilidad, aparatos ortopédicos, férulas, etc. (órtesis) y otros equipos. Un fisioterapeuta puede enseñar a los padres y cuidadores la posición correcta de las articulaciones y qué ejercicios de estiramiento hay que hacer. Si se aconsejan, deben hacerse con regularidad para minimizar los problemas.
Un terapeuta ocupacional puede mejorar las habilidades de independencia de los niños, como moverse por el suelo, vestirse y alimentarse de forma independiente. Los terapeutas ocupacionales pueden ayudar a recomendar sillas de ruedas y opciones de alojamiento que permitan a la persona vivir al máximo de sus posibilidades.
Cirugía
Según el tipo y el grado de contractura muscular, puede ser útil una operación, por ejemplo para aflojar los músculos tensos o corregir una deformidad articular. El objetivo es dar más flexibilidad y control a las extremidades y articulaciones afectadas. La mayoría de las operaciones se realizan en los músculos que rodean las caderas, las rodillas y los tobillos.
¿Y la medicación?
Los medicamentos suelen tener un papel limitado. Por ejemplo, en algunos casos se utilizan inyecciones de toxina botulínica (junto con fisioterapia) para relajar los músculos espásticos. Los músculos que se inyectan con más frecuencia son los isquiotibiales, los gemelos y los músculos que juntan las caderas (aductores de la cadera). El efecto de una inyección de botulina dura entre 3 y 6 meses.
A veces se utilizan otros relajantes musculares, como el baclofeno. Los niños con epilepsia asociada necesitan medicamentos para prevenir los ataques (convulsiones).
Otros tratamientos y terapias
Otros tratamientos y terapias pueden incluir:
Logopedia.
Ayudas visuales.
Odontología.
Ayudas a las comunicaciones.
Consejos nutricionales.
Promover el deporte.
Tecnología asistencial. Hay toda una gama de dispositivos y aparatos que pueden ayudar en la comunicación, la movilidad y las tareas cotidianas.
¿Cuál es el futuro de las personas con parálisis cerebral?
Dado que la gravedad de la parálisis cerebral puede variar de leve a grave, es difícil predecir el futuro de cada individuo. La lesión cerebral inicial no empeora en la parálisis cerebral, pero el estado del individuo cambia con el tiempo; por ejemplo, la falta de movimiento empeorará la rigidez y pueden aparecer contracturas. Si la discapacidad es relativamente leve, el pronóstico y la calidad de vida de la persona pueden ser similares a los de alguien no afectado por parálisis cerebral. Su equipo de especialistas podrá aconsejarle. Tratamientos como la fisioterapia y la logopedia pueden marcar una gran diferencia en el resultado final.
Lecturas complementarias y referencias
- Espasticidad en niños y jóvenes; Directriz clínica del NICE (julio de 2012, actualizada en noviembre de 2016)
- Parálisis cerebral en menores de 25 años: evaluación y tratamientoOrientación del NICE (enero de 2017)
- Parálisis cerebral; NICE CKS, junio de 2019 (sólo acceso en el Reino Unido).
- Parálisis cerebral en adultos; Directriz del NICE (enero de 2019)
- Vitrikas K, Dalton H, Breish DParálisis cerebral: An Overview. Am Fam Physician. 2020 Feb 15;101(4):213-220.
Historia del artículo
La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.
Fecha de la próxima revisión: 18 de diciembre de 2028
20 dic 2023 | Última versión

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