
Cómo ser más flexible
Revisado por la Dra. Sarah Jarvis MBE, FRCGPÚltima actualización por Gillian HarveyÚltima actualización 25 Sept 2020
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La palabra flexibilidad evoca la imagen de un yogui avanzado que se hace un nudo. Pero lo cierto es que la flexibilidad es algo en lo que todos debemos pensar. Por muy en forma que estés, si descuidas tu flexibilidad, serás más propenso a las lesiones o te verás incapaz de realizar las tareas cotidianas a medida que envejeces.
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¿Por qué perdemos flexibilidad?
Nacemos con tendones y articulaciones bastante flexibles, como puede atestiguar cualquiera que haya visto a un bebé mordisquearse alegremente los dedos de los pies. Pero al cabo de unos años, la mayoría de nosotros ya hemos perdido flexibilidad, simplemente porque no utilizamos toda nuestra amplitud de movimiento. "Empezamos a perder flexibilidad en cuanto vamos al colegio y empezamos a sentarnos más", explica la fisioterapeuta Nell Mead. "Si no utilizas los filamentos (material elástico dentro del músculo), se acortan".
Además, a medida que envejecemos nuestro cuerpo pierde flexibilidad de forma natural. "A medida que envejecemos, nuestros tendones, ligamentos y músculos pierden elasticidad y capacidad de estiramiento", explica Karen Laing, instructora de Fit School.
¿Por qué es importante la flexibilidad?
Hace años se creía que cuanto más flexible se era, mejor era para la salud. Sin embargo, ahora sabemos que es posible ser demasiado flexible. La flexibilidad es importante porque nos permite hacer las cosas que necesitamos con nuestro cuerpo, desde atarnos los cordones de los zapatos hasta abrocharnos la ropa. Pero un exceso de flexibilidad, incluso en afecciones como el síndrome de Ehlers-Danlos, puede significar un menor control sobre el movimiento de nuestras articulaciones. "Las personas hiperflexibles pueden ser más propensas a la artritis porque tienen menos control sobre los huesos de las articulaciones. Las personas demasiado poco flexibles son más propensas a sufrir torceduras y esguinces".
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¿Hasta qué punto debo ser flexible?
La flexibilidad necesaria varía de una persona a otra. Si quieres hacer alpinismo, necesitarás un poco más de amplitud que si haces ejercicio caminando. Aparte del ejercicio, todos necesitamos tener la amplitud de movimiento necesaria para realizar las tareas cotidianas que se nos exigen.
Si ha perdido flexibilidad, ya sea por la edad, por una lesión o por estiramientos insuficientes, es posible que se sienta incapaz de realizar una tarea que antes estaba dentro de su rango de movimiento. Por ejemplo, le cuesta abrocharse el sujetador o cortarse las uñas de los pies.
Una forma de mantener la flexibilidad consiste en moverse y estirarse a diario. "Intente mover el cuerpo por completo todos los días. Puede ser un simple estiramiento, una sesión de yoga o de danza, si eso es lo que te va bien. Hazlo todos los días, porque así no lo perderás", aconseja Mead.
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Mayor flexibilidad
Además de mantener su flexibilidad actual, puede que desee desarrollar más flexibilidad como parte de un nuevo régimen de ejercicio, para prevenir lesiones y garantizar la facilidad de movimiento.
Si estás empezando algo nuevo o te cuesta moverte, es hora de pasar a la acción. La buena noticia es que si has perdido filamento por falta de uso, puedes reconstruirlo y aumentar tu flexibilidad mediante estiramientos. Puede que te resulten útiles los ejercicios de estiramiento, como las sugerencias que figuran al final de este artículo. O puede que necesites acudir a un médico o fisioterapeuta para que te ayude.
"El factor diferencial es el dolor", explica Mead. "Si cuando intentas estirarte en una postura te duelen los brazos o la espalda, merece la pena que te revisen, ya que puedes tener una lesión".
Si no necesita tratamiento médico, hay muchas formas de aumentar su flexibilidad: prestando atención a su cuerpo y realizando ejercicios de estiramiento. Lo importante es realizar los ejercicios de forma cuidadosa y controlada para obtener el máximo beneficio.
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Flexibilidad como parte del entrenamiento
Si simplemente desea mejorar o mantener su amplitud de movimiento, los tipos de ejercicio a los que puede recurrir diferirán en función de cómo desee utilizar su cuerpo. Laing recomienda garantizar el equilibrio en los distintos ejercicios y movimientos que realizamos como parte de nuestro régimen de fitness.
"Se trata de equilibrio. ¿Incluye lo siguiente en su programa habitual de actividades?", pregunta. Su lista incluye:
Algo para aumentar el ritmo cardíaco con regularidad.
Algo que provoque impacto en las articulaciones, como correr o el entrenamiento de resistencia.
Algo que te ayude con la coordinación, como una clase específica para mayores.
Una clase basada en el movimiento, como Pilates o yoga.
Es fácil descuidar la flexibilidad, pero es crucial incorporarla a nuestros movimientos cotidianos.
Ejercicios de flexibilidad
Para mejorar la flexibilidad, Karen Laing, de Fit School, nos recomienda probar los siguientes movimientos:
Flexiones laterales (flexión lateral)
Colóquese de pie con la espalda apoyada en una pared. Baje la mano por el lateral de la pierna todo lo que pueda y vuelva a ponerse de pie. Repita la operación en el otro lado. También puedes hacerlo sentado en una silla de respaldo duro.
Giros
Puedes realizar este movimiento de pie o en una silla. Extiende un brazo hacia atrás y deja que tu cuerpo se retuerza. Para aumentar el alcance, mire hacia el brazo mientras lo extiende. Si tienes problemas de movilidad en los hombros, cruza los brazos sobre el pecho y realiza el giro de esta forma.
Flexiones hacia delante y hacia atrás (flexión hacia delante)
El estiramiento del gato es la forma más sencilla de realizar este movimiento. Desde las manos y las rodillas, estira la espalda hacia el techo como un gato enfadado. A continuación, invierte el movimiento para que la espalda caiga al suelo. Si a tus rodillas no les gusta este movimiento, prueba a hacer un puente sobre los hombros. Túmbate en el suelo con los pies debajo de las rodillas y levanta lentamente la columna del suelo hasta que estés en posición de puente, luego vuelve al suelo.
Historia del artículo
La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.
25 Sept 2020 | Última versión

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