
Copas menstruales tan seguras y eficaces como compresas y tampones
Revisado por pares por Natalie HealeyÚltima actualización por Milly EvansÚltima actualización 17 Jul 2019
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La primera revisión científica de las copas menstruales ha concluido que su uso es seguro y su eficacia igual o superior a la de otros productos sanitarios.
Publicados en la revista The Lancet Public Health, los resultados de 43 estudios y los datos de 3.300 mujeres y niñas revelan que las copas menstruales no sólo son seguras, sino que pueden provocar pérdidas similares o inferiores a las de las compresas y tampones desechables. Los resultados de 13 de los estudios revelaron que el 70% de las mujeres querían seguir utilizando copas menstruales después de conocerlas, pero que la práctica, el apoyo entre iguales y la formación eran fundamentales para que su uso fuera satisfactorio.
Las copas menstruales son una forma de protección menstrual reutilizable, normalmente fabricadas con silicona, caucho, látex o elastómero de calidad médica, que recogen la sangre en lugar de absorberla. Deben vaciarse cada cuatro a doce horas, dependiendo de la copa y del flujo sanguíneo de la usuaria. Hay dos tipos de copa menstrual: vaginal y cervical.
A menudo se comercializan como una alternativa ecológica y rentable a las compresas y los tampones, ya que pueden reutilizarse hasta 10 años y para muchas personas sustituyen a los productos desechables. Se calcula que, a lo largo de 10 años, una copa genera sólo el 0,4% de los residuos plásticos de las compresas de un solo uso o el 6% de los residuos de los tampones. Los costes de las copas varían, pero por término medio podrían costar entre el 5% y el 7% del precio de 12 compresas o tampones por periodo. Los autores subrayaron la necesidad de seguir estudiando la rentabilidad y los efectos medioambientales de los distintos productos.
Los investigadores constataron la falta de estudios de alta calidad sobre las copas menstruales, a pesar de su eficacia. La autora principal, la profesora Penelope Phillips-Howard, de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, reflexionó que esto era preocupante debido al volumen de mujeres que experimentan la menstruación a diario. "A pesar de que 1.900 millones de mujeres en todo el mundo están en edad de menstruar y pasan una media de 65 días al año lidiando con el flujo de sangre menstrual, existen pocos estudios de buena calidad que comparen los productos sanitarios", explicó. "Nos propusimos abordar esta cuestión resumiendo los conocimientos actuales sobre fugas, seguridad y aceptabilidad de las copas menstruales, comparándolas con otros productos siempre que fuera posible".
Muchas de estas menstruadoras viven en países de ingresos bajos y medios, donde el acceso a productos menstruales seguros es menor, lo que da lugar al uso de métodos de protección a menudo insalubres, como paños, algodón, papel de seda y otros materiales. Las rozaduras y las fugas son algunas de las preocupaciones de quienes utilizan estos materiales.
Para algunas mujeres y niñas, el acceso a los productos menstruales puede afectar a la escuela y el trabajo, aumentar el riesgo de problemas de salud sexual e incluso ponerlas en peligro de sufrir violencia o coacción sexual cuando no pueden permitirse una protección menstrual. Los investigadores destacan que, a medida que las campañas contra la "pobreza menstrual" ganan impulso en todo el mundo, es importante que los responsables políticos sepan de qué productos menstruales hay que hablar.
La revisión revela una clara falta de información al público sobre las copas menstruales. Aunque existen 199 marcas de copas menstruales, de 69 sitios web con material educativo sobre la pubertad de 27 países, sólo 21 mencionaban las copas. Por tanto, el conocimiento de las copas menstruales como opción es escaso. Sólo entre el 11 y el 33% de las mujeres de los países de ingresos altos las conocían.
Tres estudios hallaron niveles de pérdidas similares a los de las compresas desechables y los tampones, y un estudio halló pérdidas significativamente menores. En los casos en que las usuarias de copas menstruales informaron de pérdidas, éstas se asociaron a hemorragias anormalmente abundantes, anatomía inusual del útero, necesidad de una copa más grande, llenado de la copa o colocación incorrecta.
La necesidad de ayuda profesional para retirar las copas se notificó dos veces en el caso de las copas vaginales y 47 veces en el caso de las copas cervicales. En 13 casos, la extracción de una copa menstrual se relacionó con el desplazamiento de un DIU, aunque es necesario realizar más investigaciones para explorar esta conexión. En el caso de las usuarias de copas menstruales que participaron en la revisión, cinco mujeres experimentaron dolor, tres tuvieron heridas vaginales, seis notificaron alergias o erupciones cutáneas y nueve notificaron molestias en las vías urinarias.
Los autores de la revisión no encontraron un mayor riesgo de infección asociado al uso de copas menstruales entre las mujeres y niñas europeas, norteamericanas y africanas. Se informaron cinco casos de síndrome de shock tóxico, pero no es posible comparar este riesgo con otros productos, ya que se desconoce el número total de usuarias de copas menstruales. Cuatro estudios no mostraron efectos adversos en la flora vaginal y otros estudios sobre la vagina y el cuello uterino no encontraron daños en los tejidos tras su uso.
En un comentario vinculado, la doctora Julie Hennegan, de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.), sugirió que estos resultados deberían considerarse alentadores para el público en general. "Para los consumidores que compran productos menstruales, los resultados destacan las copas como una opción segura y rentable. Desde un punto de vista crítico, los resultados indican que los recursos educativos sobre la menstruación no ofrecen una visión global de los productos que permita elegir con conocimiento de causa". Los autores descubrieron que el conocimiento de las copas menstruales era escaso y que sólo el 30% de los sitios web con material educativo sobre la menarquia incluían información sobre las copas menstruales", señaló.
Esta revisión se publicó en The Lancet Public Health.
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17 Jul 2019 | Última versión

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