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Mujer con dolor pélvico

Por qué debes cuidar tu suelo pélvico

Señoras, permítanme presentarles su suelo pélvico. Escondido entre las piernas, mantiene todo en su sitio y evita esa horrible sensación de que "algo se cae". Pero a veces no es así, y es entonces cuando necesitas ayuda.

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¿Dónde está?

Coloca los pulgares sobre los huesos de la cadera y lleva los dedos hacia atrás hasta que toquen detrás de la columna vertebral (o tan cerca como puedas). Ahora mantén los pulgares sobre los huesos de la cadera y gira los dedos para que apunten en V hacia delante. Esa es la parte superior del hueso pélvico. Dentro de la pelvis está la cavidad pélvica, que contiene la vejiga, el útero y el extremo del intestino. Todo ello se mantiene en su sitio gracias al suelo pélvico, que lo sostiene contra la gravedad.

¿De qué se trata?

Tu suelo pélvico tiene forma de embudo y está formado por músculos y tejido conjuntivo resistente. Si se debilita, puedes sufrir incontinencia de esfuerzo y prolapso de la matriz o de la espalda. Todos sabemos que el parto puede pasar factura a tu cuerpo, y muchas mujeres han descubierto a su costa que eso incluye un impacto en su suelo pélvico. Pero no sólo el parto puede debilitar estos músculos. Tras la menopausia, la falta de estrógenos, la hormona femenina, hace que los tejidos del cuerpo pierdan elasticidad. Esto significa que el anillo muscular que mantiene cerrado el cuello de la vejiga y evita que orines cuando no quieres, se debilita.

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¿Qué ocurre cuando las cosas van mal?

La incontinencia de esfuerzo es la forma más común de incontinencia. Millones de mujeres británicas -quizá una de cada tres mayores de 40 años- sufren pérdidas de orina al toser, estornudar, reír, correr o saltar. Los fármacos no funcionan en estos casos, pero aún hay ayuda disponible.

En primer lugar, no te avergüences de acudir a tu médico. Estará encantado de ayudarte, pero no puede decirte qué hay disponible a menos que sepa que tienes un problema. El primer paso será, casi con toda seguridad, realizar ejercicios del suelo pélvico. Realizados correctamente varias veces al día, pueden llevar unos meses, pero a menudo pueden curar el problema. Lo ideal es que te remitan a un fisioterapeuta especializado que pueda ayudarte a localizar y trabajar los músculos del suelo pélvico. Pueden ayudar significativamente a 7 u 8 de cada 10 mujeres.

Muchas mujeres obtienen alivio a largo plazo con un pesario vaginal. Hay varias opciones diferentes, todas las cuales pueden colocarse en cuestión de minutos y muchas de las cuales permanecen en su sitio entre 6 y 12 meses antes de cambiarse.

Soluciones quirúrgicas

Si nada de esto funciona, su médico puede remitirle a un especialista para que le practique una intervención quirúrgica de elevación y fortalecimiento del suelo pélvico. Al igual que con los pesarios, existe una gran variedad de procedimientos quirúrgicos. Sin embargo, muchos de ellos implican la inserción de una malla vaginal que (hasta hace poco) gozaba de gran popularidad entre los cirujanos, ya que proporcionaba un soporte adicional y reducía el riesgo de que el prolapso volviera a producirse. Sin embargo, cada vez está más claro que algunas mujeres pueden sufrir complicaciones graves si la malla erosiona los tejidos cercanos, por lo que algunas formas se han prohibido y otras sólo se realizan bajo estrictos controles.

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¿Cómo puedo ayudarme a mí mismo?

Hay muchas otras medidas que puedes tomar para ayudar a tu suelo pélvico:

  • Mantén tu peso bajo. Un exceso de peso significa un exceso de grasa en la barriga que presiona la vejiga y el suelo pélvico.

  • Mantén la regularidad. El esfuerzo para defecar puede debilitar el suelo pélvico y aumentar la propensión a las pérdidas. Aumenta la ingesta de fibra y bebe suficiente líquido.

  • ¡Déjalo ya! Fumar te hace toser y -lo has adivinado- eso ejerce más presión sobre tu suelo pélvico al aumentar repentinamente la presión dentro de la cavidad abdominal.

  • Que la mía sea pequeña. El alcohol es un diurético, lo que aumenta las ganas de orinar y el riesgo de perder el control.

  • No escatimes en las demás bebidas. Los líquidos sin alcohol (incluidos el café y el té) te ayudan a mantenerte hidratado. Limitar la ingesta de líquidos por miedo a los accidentes puede empeorar las cosas, ya que reduce la capacidad de la vejiga para retener líquidos.

  • Prepárate. Si tienes incontinencia de esfuerzo, asegúrate de comprar productos diseñados para las pérdidas de orina. Las compresas higiénicas son estupendas para la regla, pero no están diseñadas para las pérdidas de orina que se producen de golpe. Los productos para la vejiga sensible están diseñados para todos los niveles de pérdidas, y pueden mantenerte fresca y libre de vergüenzas.

  • Anímate. El ejercicio regular ayuda a mantener el peso y fortalece toda la musculatura. Pero evita los saltos y los abdominales, que ejercen una presión repentina sobre el suelo pélvico.

Gracias a "My Weekly", donde se publicó originalmente este artículo.

Historia del artículo

La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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