
¿Es útil el sistema de etiquetado del semáforo alimentario?
Revisado por la Dra. Sarah Jarvis MBE, FRCGPÚltima actualización por Rose Constantine Smith, ANutrÚltima actualización: 4 de septiembre de 2018
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Hoy en día, los supermercados están repletos de una abrumadora variedad de alimentos y bebidas envasados para satisfacer todos los deseos y necesidades dietéticos. Pero no sólo ha aumentado la oferta, sino que ahora hay más información nutricional que nunca en los envases de los alimentos. La cuestión es si esta información nos ayuda a tomar decisiones más saludables.
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¿Sobrecarga de información?
En el pasado, no siempre teníamos ingestas diarias recomendadas de nutrientes como calorías, grasas y azúcares. En cambio, la gente cocinaba la mayoría de sus comidas desde cero. Esto significaba que no había mucha demanda de alimentos procesados, y mucho menos de listas de ingredientes e información nutricional.
Desde el siglo XX hasta la actualidad, han aparecido en el mercado cada vez más alimentos procesados en respuesta a nuestra necesidad de comidas más cómodas. En 1987 se publicaron los Valores Dietéticos de Referencia para orientar al público sobre la cantidad de nutrientes clave que debería ingerir.
Desde entonces, el etiquetado de los alimentos ha evolucionado y, con él, las normas y reglamentos sobre lo que debe y no debe decirse. Por ley, hay cierta información nutricional que debe figurar siempre en los envases de los alimentos en el Reino Unido. Esto incluye:
Valor energético del alimento o bebida expresado en kilojulios (kJ) y kilocalorías (kcal).
Las cantidades en gramos (g) de grasas, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal.
Etiquetas semáforo
La etiqueta semáforo se introdujo en 2014 como parte de una iniciativa del Gobierno para mejorar la salud pública. Se diseñó para dar a los consumidores una idea inmediata de si algo es: saludable (verde o bajo) o no (rojo o alto) en términos de grasa, azúcar o sal.
Sistema de semáforos

Alto (a menudo mostrado en rojo) significa que hay una gran cantidad de ese nutriente en el alimento y, por lo tanto, no debe consumirse con regularidad ni en grandes cantidades, ya que podría ser perjudicial para la salud a largo plazo.
Media (a menudo en naranja) indica que no es ni alta ni baja, por lo que puede consumirse la mayor parte del tiempo como parte de una dieta sana.
Bajo (suele aparecer en verde) destaca los productos que no contienen muchos de los nutrientes de los que debemos desconfiar (grasa, azúcar y sal), por lo que pueden consumirse con regularidad como parte de la dieta diaria.
Sian Porter, dietista asesora y portavoz de la Asociación Dietética Británica, afirma: "Comprender y saber utilizar la información del etiquetado de los alimentos es muy útil para elegir alimentos y bebidas saludables. Comparar los alimentos uno al lado del otro puede ser útil. No hace falta ser un genio de las matemáticas para saber si algo tiene más azúcar, por ejemplo, que otro alimento, o ver si un alimento es mayoritariamente semáforo verde y ámbar frente a mayoritariamente rojo".
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Ventajas e inconvenientes
Pero, ¿es tan sencillo como parar cuando vemos el rojo? La respuesta es no. Sin embargo, esto abre toda una caja de Pandora.
El etiquetado semáforo es una herramienta fantástica para que el consumidor sepa inmediatamente si un producto es "sano" o "poco sano". Pero lo que no dice es por qué está en rojo. Y el sistema no distingue entre calidad nutricional, tipos de grasa, azúcar y sal más beneficiosos y menos beneficiosos.
Por ejemplo, tomemos 100 ml de zumo de naranja y 100 ml de una bebida con gas. Ambos tienen más azúcar. Así que algunos pueden pensar: "Bueno, igual me tomo la bebida con gas". Aquí es donde hay que tener cuidado.
Sí, ambos contienen azúcar, pero el zumo de naranja natural también contribuye a la ingesta de 5 al día y aporta el 60% de la vitamina C. Una bebida gaseosa no aporta ninguno de estos beneficios, ya que en realidad son "calorías vacías". Las bebidas con gas no aportan ninguno de estos beneficios, ya que son "calorías vacías".
El problema del etiquetado del semáforo en la actualidad es que no es obligatorio. Y si las empresas deciden colocarlo, no existe una normativa suficientemente estricta sobre cómo utilizarlo o colocarlo. Por eso muchos de nosotros estamos tan confundidos.
Este problema ha sido destacado recientemente por la Asociación Médica Británica, que publicó un informe en 2016, "Food For Thought", en el que destacaba que: "Debería introducirse un enfoque obligatorio y estandarizado para mostrar la información nutricional en todos los productos alimenticios y bebidas preenvasados."
Cómo aprovechar al máximo las etiquetas de los alimentos
Hay algunas cosas que puede hacer para comprobar si un producto alimenticio es tan bueno, o tan malo, como parece a primera vista.
Más allá del rojo
Si un valor está en rojo, míralo más de cerca. Sí, no debemos comer demasiado de ese alimento o bebida ni con demasiada frecuencia, pero algunos valores rojos son mejores que otros; por ejemplo, el queso frente a la manteca de cerdo, el pescado azul frente a la carne procesada. Utiliza la bandera roja o el valor "alto" como señal para investigar más a fondo.
Compruebe la lista de ingredientes
Fíjate en lo que aparece al principio de la lista. Las listas de ingredientes se indican por orden de cantidad, de modo que cuanto más arriba en la lista, más cantidad hay en el producto.
Pongamos por caso que un plato tiene un "rojo" para la grasa. Si comprueba que uno de los primeros ingredientes es el salmón, sabrá que las grasas del plato proceden de un alimento naturalmente graso que aporta omega 3. A veces puede comprobarlo mirando la información nutricional de la parte posterior del envase, que ofrece más información sobre el tipo de grasas presentes. A veces puede comprobarlo consultando la información nutricional de la parte posterior del envase, que le dará más información sobre el tipo de grasas presentes.
Por el contrario, si en la contraportada del envase uno de los primeros ingredientes es el aceite de palma, sabremos que no es una grasa que queramos consumir en abundancia. Así que puede valer la pena recapacitar y no consumirlo con demasiada frecuencia.
Compruebe el tamaño de la ración
¿Ha dicho la cantidad que espera comer?
A menudo, los fabricantes dicen "una ración de... aporta una cantidad determinada de kcal, grasa, grasa saturada, azúcar y sal". Pero la mayoría de las veces es mucho menos de lo que se piensa comer. Los paquetes de frutos secos son un buen ejemplo de ello. Suelen indicar una ración de 25 g, pero cuando compruebas el peso del paquete, en realidad es de 50 g, aunque no sea un envase resellable.
Si es menos, ten cuidado con la cantidad que consumes, quizás guarda un poco para otro día si es algo que puedes conservar.
Otros infractores son los cereales, las chocolatinas de más de una pieza, las pizzas y los refrescos.
Porter afirma: "Como en el Reino Unido no tenemos tamaños de ración estándar, animo a la gente a saber cuál es una ración adecuada para ellos, como un puñado de frutos secos, en lugar de lo que sugiere el fabricante o cómo está envasado un alimento."
Cuando verde no significa "adelante
Si todo es verde pero parece demasiado bueno para ser verdad, desconfíe un poco. Las bebidas light son un buen ejemplo de ello. Aunque no son tan caras como las que consumimos habitualmente (kcal, azúcar, grasa y sal), tampoco aportan al organismo muchos nutrientes de calidad.
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Lo esencial
El etiquetado con semáforos y demás información nutricional es una herramienta útil que todos deberíamos conocer y utilizar. Pero tenemos que acostumbrarnos a pensar más allá de la información de la parte frontal del envase y comprender que no todas las calorías son iguales.
¿Ves en rojo una de nuestras recetas?
Nos esforzamos por ofrecer a los usuarios una gama de recetas que se adapten a todos los deseos y necesidades dietéticos. Algunas de nuestras recetas pueden contener más grasa o azúcar. Sin embargo, nunca se deben a grasas o azúcares añadidos, sino a los presentes de forma natural en los alimentos. Por ejemplo, la grasa de los frutos secos o el azúcar de la fruta deshidratada.
No obstante, aconsejamos que estos platos se consuman con moderación y en la ración recomendada.
Historia del artículo
La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.
4 Sept 2018 | Última versión

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