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Rotura del tendón de Aquiles

El tendón de Aquiles se encuentra en la parte posterior del talón. Puede romperse si se ejerce una fuerza repentina sobre el pie o el tobillo. Si se rompe el tendón de Aquiles, no podrá ponerse de puntillas y caminará con el pie plano. Es importante diagnosticar y tratar esta lesión lo antes posible para favorecer su curación. El tratamiento consiste en llevar una escayola o una férula (órtesis) durante varias semanas y, posiblemente, someterse a una operación.

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¿Qué es una rotura del tendón de Aquiles?

Dolor de pies y talones - Tendón de Aquiles

Pie - Tendón de Aquiles

El desgarro del tendón de Aquiles se denomina rotura del tendón de Aquiles. El desgarro puede ser parcial o total. En un desgarro parcial, el tendón se desgarra parcialmente pero sigue unido al músculo de la pantorrilla. En los desgarros completos, el tendón se desgarra por completo, de modo que se pierde la conexión entre los músculos de la pantorrilla y el hueso del tobillo.

El tendón de Aquiles es una parte importante de la pierna. Está situado justo detrás y encima del talón. Conecta el músculo de la pantorrilla con el hueso del talón. Su función es ayudar a doblar el pie hacia abajo en el tobillo (este movimiento se denomina flexión plantar).

Causas de la rotura del tendón de Aquiles

Como cualquier músculo o tendón del cuerpo, el tendón de Aquiles puede desgarrarse si se ejerce una gran fuerza o tensión sobre él. Esto puede ocurrir en actividades que impliquen un fuerte impulso con el pie, como el fútbol, las carreras, los saltos, el baloncesto, los clavados y el tenis. El movimiento de empuje requiere una fuerte contracción de los músculos de la pantorrilla, lo que puede sobrecargar el tendón de Aquiles.

El tendón de Aquiles también puede dañarse por lesiones como las caídas, si el pie se fuerza bruscamente en una posición que apunta hacia arriba - este movimiento estira el tendón. Otra posible lesión es un corte profundo en la parte posterior del tobillo, que podría llegar hasta el tendón.

En ocasiones, el tendón de Aquiles es débil, lo que lo hace más propenso a la rotura. Los factores que debilitan el tendón de Aquiles son:

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¿Es frecuente la rotura del tendón de Aquiles?

Afecta a unas 4.500 personas al año en el Reino Unido. Parece ser cada vez más frecuente debido a que cada vez más personas practican deporte y entrenan con mayor intensidad. Puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente entre los 30 y los 50 años.

Síntomas de la rotura del tendón de Aquiles

Los síntomas comunes de una rotura del tendón de Aquiles incluyen:

  • Oír un chasquido y sentir un dolor agudo cuando se desgarra (rompe) el tendón.

    • Algunas personas lo describen como una sensación de haber recibido una patada en la parte posterior del tobillo.

  • Dolor en la parte posterior de la pierna.

  • Hinchazón y hematomas en la parte inferior de la pierna.

  • Un tipo de marcha plana. Puede caminar y soportar peso, pero no puede empujar el suelo correctamente en el lado en el que se ha roto el tendón.

  • Incapacidad para ponerse de puntillas.

  • Si el tendón está completamente desgarrado, puede notarse un hueco justo por encima de la parte posterior del talón. Sin embargo, si hay hematomas, la hinchazón puede disimular la brecha.

Si sospechas que tienes una rotura del tendón de Aquiles, acude al médico urgentemente porque el tendón se cura mejor si se trata cuanto antes.

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¿Cómo se diagnostica una rotura del tendón de Aquiles?

El diagnóstico de la rotura del tendón de Aquiles suele basarse en los síntomas, los antecedentes de la lesión y la exploración médica.

El médico puede observar cómo camina y si puede ponerse de puntillas. Es posible que comprueben el tendón mediante un método denominado prueba de Simmonds-Thompson (también conocida como prueba de compresión de la pantorrilla). En esta prueba, se le pedirá que se tumbe boca abajo en el banco de exploración y que flexione la rodilla.

El médico apretará suavemente los músculos de la pantorrilla en la parte posterior de la pierna y observará cómo se mueve el tobillo. Si el tendón de Aquiles está bien, la compresión de la pantorrilla hará que el pie se separe de la pierna (movimiento denominado flexión plantar). Si el tendón está roto, el pie no se moverá. Se trata de una prueba bastante precisa para detectar la rotura del tendón de Aquiles.

Si el diagnóstico es incierto, una ecografía o una resonancia magnética pueden ayudar.

Nota: en ocasiones, la rotura del tendón de Aquiles es difícil de diagnosticar y puede pasar desapercibida en una primera evaluación. Es importante que médicos y pacientes sean conscientes de ello y busquen cuidadosamente una rotura del tendón de Aquiles en caso de sospecha.

¿Qué otra cosa podría ser?

Síntomas similares pueden ser causados por:

Tratamiento de la rotura del tendón de Aquiles

Esta afección debe diagnosticarse y tratarse lo antes posible porque un tratamiento rápido probablemente mejore la recuperación. Es posible que tenga que ser derivado urgentemente a un servicio de traumatología o de urgencias. Mientras tanto, si se sospecha de un desgarro (rotura) del tendón de Aquiles, no debe apoyar ningún peso en ese pie, por lo que no debe pisarlo en absoluto. Existen dos opciones de tratamiento.

Cirugía

El cirujano cose los extremos desgarrados del tendón de Aquiles, y puede que también utilice otro tendón o un injerto de tendón para ayudar en la reparación. Después de la operación se necesita un yeso o una férula (órtesis). La operación puede realizarse con un único corte de mayor tamaño (cirugía "abierta") o, a veces, con varios cortes pequeños y una cámara diminuta (lo que se denomina cirugía "mínimamente invasiva").

Férula o escayola

La otra opción es dejar tiempo para que el tendón se cure de forma natural, descansando en una férula o escayola. Esto se denomina tratamiento conservador. Si el tendón no cicatriza por sí solo, más adelante puede realizarse una reparación quirúrgica.

Ambas opciones implican llevar una escayola o una férula durante unas ocho semanas para proteger el tendón mientras se cura. La escayola o la férula se colocan de modo que el pie apunte ligeramente hacia abajo, lo que alivia la tensión sobre el tendón.

Tradicionalmente, las muletas se utilizaban para aliviar el peso de la pierna durante las primeras semanas de tratamiento. Ahora se tiende a utilizar la pierna con normalidad desde el principio (movilización y carga tempranas). Para ello, se coloca una escayola o una férula sobre la que se puede caminar. Es más cómodo porque no hay que usar muletas.

También se suele proporcionar fisioterapia para fortalecer o estirar los músculos de la pantorrilla.

¿Cuál es el mejor tratamiento?

Existe un debate sobre cuál es el mejor tratamiento: la cirugía o el tratamiento conservador. Esta sección resume la investigación sobre el tratamiento de la rotura del tendón de Aquiles.

La mayoría de las investigaciones realizadas hasta la fecha han demostrado que la cirugía tiene una ventaja: reduce el riesgo de que el tendón de Aquiles vuelva a romperse más adelante (un problema conocido como nueva rotura). Las desventajas de la cirugía son el riesgo de complicaciones, como la infección de la herida (véase más adelante), y la necesidad de una operación.

Por este motivo, la cirugía puede recomendarse a personas más jóvenes o que practican deporte. El tratamiento conservador puede sugerirse a personas mayores o menos activas y a quienes deseen evitar la cirugía. La elección del tratamiento depende de las preferencias y circunstancias individuales. También puede recomendarse la cirugía si se ha retrasado el inicio del tratamiento.

Sin embargo, una nueva investigación ha descubierto que la cirugía y el tratamiento conservador dan resultados igualmente buenos cuando los pacientes reciben también un tratamiento de movilización precoz con una férula.

Si es necesaria una operación, existe un tipo de cirugía llamada percutánea, que utiliza cortes más pequeños que la operación tradicional. Esto parece reducir el riesgo de infección de la herida.

Después de la operación, una férula parece ser mejor que una escayola en términos de recuperación más rápida y vuelta a las actividades normales, menor tasa de complicaciones y preferencia de los pacientes.

Recuperación de la rotura del tendón de Aquiles

Dependiendo del tipo de trabajo, algunas personas necesitan varias semanas de baja tras un desgarro (rotura) del tendón de Aquiles; el tiempo necesario para volver a practicar deporte oscila entre 4 y 12 meses.

En general, el pronóstico es bueno. Sin embargo, el tendón tarda en curarse, normalmente entre seis y ocho semanas. Después se necesitará más tiempo para que los músculos recuperen su fuerza normal tras estar enyesados o con una férula (órtesis).

Complicaciones

Entre las posibles complicaciones durante la recuperación se incluyen:

  • Sea cual sea la opción de tratamiento utilizada, existe la posibilidad de que el tendón de Aquiles no cicatrice completamente y sea necesario un tratamiento adicional, como la cirugía.

  • Complicaciones de la cirugía: suelen ser complicaciones menores, como una infección de la herida o una disminución de la sensibilidad cerca del lugar de la operación. Aproximadamente 4 de cada 100 personas desarrollan una infección de la herida tras una operación para reparar una rotura del tendón de Aquiles.

  • El tendón puede cicatrizar o acortarse durante el proceso de curación.

  • También existe la posibilidad de que el tendón vuelva a desgarrarse más adelante (nueva rotura). Según algunas investigaciones, el riesgo de una nueva rotura es de aproximadamente 4 de cada 100 con tratamiento quirúrgico y de aproximadamente 12 de cada 100 con tratamiento conservador.

  • Puede formarse un coágulo en los vasos sanguíneos de la pierna, lo que es más frecuente tras una rotura del tendón de Aquiles.

¿Puede prevenirse una rotura del tendón de Aquiles?

No siempre. Sin embargo, aquí tienes algunas sugerencias para ayudar a prevenir esta lesión:

  • La medicación con corticosteroides, como la prednisolona, debe utilizarse con precaución y la dosis debe reducirse si es posible. Pero tenga en cuenta que hay muchas enfermedades en las que la medicación con corticosteroides es importante o puede salvar la vida.

  • Los antibióticos de quinolona deben utilizarse con precaución en personas mayores de 60 años o en quienes toman esteroides.

También existen algunas medidas generales para ayudar a prevenir los problemas del tendón de Aquiles, que pueden ser útiles:

  • Realizar ejercicios de calentamiento y enfriamiento, antes y después del ejercicio, incluyendo estiramientos de la pantorrilla.

  • Mantener un peso saludable. El sobrepeso o la obesidad sobrecargan el tendón de Aquiles.

  • Evitar aumentos bruscos de la cantidad o intensidad del ejercicio que se realiza. Si empiezas un nuevo régimen de ejercicio, hazlo gradualmente.

  • Llevar el calzado adecuado. Elegir zapatos con un buen soporte para el talón y el arco. Sustituir los zapatos que se hayan desgastado.

  • Evitar o interrumpir las actividades que provocan dolor en el tendón de Aquiles.

  • Intentar evitar cambiar la superficie de carrera habitual; las investigaciones sugieren que muchos tipos diferentes de superficie de carrera (firme, blanda e irregular) pueden estar relacionados con distintos tipos de tensión en el tendón de Aquiles, pero que cambiar de un tipo a otro puede ser especialmente problemático.

  • Obtener asesoramiento experto sobre la técnica de ejercicio; por ejemplo, de un fisioterapeuta o un entrenador de atletismo.

  • Mantener un peso saludable. El sobrepeso o la obesidad sobrecargan el tendón de Aquiles.

  • Evitar aumentos bruscos de la cantidad o intensidad del ejercicio que se realiza. Si empiezas un nuevo régimen de ejercicio, hazlo gradualmente.

  • Llevar el calzado adecuado. Elegir zapatos con un buen soporte para el talón y el arco. Sustituir los zapatos que se hayan desgastado.

  • Evitar o interrumpir las actividades que provocan dolor en el tendón de Aquiles.

  • Intentar evitar cambiar la superficie de carrera habitual; las investigaciones sugieren que muchos tipos diferentes de superficie de carrera (firme, blanda e irregular) pueden estar relacionados con distintos tipos de tensión en el tendón de Aquiles, pero que cambiar de un tipo a otro puede ser especialmente problemático.

  • Obtener asesoramiento experto sobre la técnica de ejercicio; por ejemplo, de un fisioterapeuta o un entrenador de atletismo.

Lecturas complementarias y referencias

  • Sode J, Obel N, Hallas J, et alUso de fluroquinolona y riesgo de rotura del tendón de Aquiles: un estudio de cohortes basado en la población. Eur J Clin Pharmacol. 2007 Mayo;63(5):499-503. Epub 3 mar 2007.
  • Tendinopatía de AquilesNICE CKS, junio de 2020 (sólo acceso en el Reino Unido)
  • Costa ML, Achten J, Wagland S, et alYeso versus ortesis funcional para la rotura del tendón de Aquiles: el ECA UKSTAR. Health Technol Assess. 2020 Feb;24(8):1-86. doi: 10.3310/hta24080.
  • Mundi R, Madden K, Bhandari MCochrane en CORR(R): Intervenciones quirúrgicas para el tratamiento de las roturas agudas del tendón de Aquiles (Revisión). Clin Orthop Relat Res. 2014 Jun;472(6):1703-8. doi: 10.1007/s11999-013-3350-7. Epub 2013 oct 25.
  • Westin O, Sjogren T, Svedman S, et al.Tratamiento de la rotura aguda del tendón de Aquiles: un análisis multicéntrico de no inferioridad. BMC Musculoskelet Disord. 2020 Jun 8;21(1):358. doi: 10.1186/s12891-020-03320-3.

Historia del artículo

La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.

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