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probióticos

¿Es seguro para todo el mundo tomar probióticos?

Son muchas las afirmaciones sobre la salud que rodean a los probióticos: se cree que estos microorganismos pueden aliviar el síndrome del intestino irritable, disminuir la incidencia de resfriados y alergias e incluso ayudar a perder peso. Pero, ¿hay algo de cierto en estas afirmaciones? ¿Funcionan realmente los probióticos y deberíamos tomarlos todos?

El concepto de probióticos y prebióticos se introdujo por primera vez en 1995. Desde entonces, el mercado no ha dejado de crecer hasta rondar los 45.000 millones de dólares en 2017, y la gente toma probióticos en forma de yogures, batidos o suplementos -todos ellos fuentes potenciales de bacterias buenas- para mejorar su salud y bienestar generales, o para evitar enfermedades. Se cree que estas "bacterias beneficiosas" ayudan a la flora intestinal natural del organismo -la compleja comunidad de microorganismos de nuestro tracto digestivo- y aumentan su número, lo que redunda en una "mejor" salud.

"Los probióticos son bacterias vivas que pueden sobrevivir al ambiente ácido del estómago y aumentar así el número de bacterias buenas en el intestino", explica la terapeuta nutricional Berta Corbera, de Probio7.

Las bacterias probióticas actúan en el colon y suelen recomendarse para problemas intestinales como la diarrea o el síndrome del intestino irritable(SII), o tras un tratamiento con antibióticos que ha dejado al paciente estreñido.

Pero la investigación también sugiere que nuestro microbioma intestinal puede desequilibrarse por una serie de factores, como el consumo de medicamentos, el exceso de alcohol, el estrés y la falta de sueño, o la enfermedad. En estos casos, las "bacterias buenas" que funcionan bien en nuestro organismo pueden disminuir en número, lo que permite que prosperen competidores nocivos, causantes de mala salud. Estas bacterias "malas" se han relacionado con varias enfermedades, como la obesidad, las cardiopatías, las alergias y el cáncer.

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Pero, ¿qué dicen las pruebas?

"Hay pruebas de que los probióticos restauran el equilibrio de las bacterias intestinales, lo que resulta especialmente útil si se ha visto alterado por una enfermedad o por medicamentos como los antibióticos", afirma Alastair Windsor, cirujano colorrectal del London Digestive Centre, que forma parte de HCA UK.

"Esto suele deberse a que el microbioma del intestino está desequilibrado y necesita el apoyo de las bacterias buenas. Curiosamente, hay muchas pruebas de que las personas que experimentan SII y sufren de gases y distensión abdominal con regularidad, encontrarán que sus síntomas mejoran después de tomar un probiótico de alta dosis de buena calidad."

"Hay pruebas fehacientes de que algunos probióticos son útiles para prevenir la diarrea causada por infecciones y antibióticos y para mejorar los síntomas del síndrome del intestino irritable, pero aún queda mucho por aprender, ya que no todos los probióticos son iguales", añade Corbera.

Por ejemplo, una comparación de ocho probióticos mostró que sólo tres llegaban al intestino grueso, donde se sitúa la mayor parte de nuestro microbioma intestinal, y eran capaces de multiplicarse allí con éxito.

Una investigación publicada en Cell en 2018 descubrió que muchas personas son, de hecho, resistentes a cualquier efecto de los probióticos. Los investigadores descubrieron que el microbioma intestinal de muchos de los sujetos del estudio no se alteró durante el periodo en el que consumieron probióticos, y que la mayoría pasó a través del organismo, lo que sugiere que los probióticos podrían no ser adecuados para todo el mundo.

El problema del placebo

Aunque muchas personas sanas están convencidas de que los probióticos funcionan para ellas -tomándolos para mejorar su salud general, aliviar la hinchazón o prevenir enfermedades-, hay muy pocas pruebas de alta calidad que sugieran que esto sea cierto, quizás influya el efecto placebo.

"Hay muy pocas pruebas que sugieran que los probióticos aporten algún beneficio a las personas sanas", afirma Windsor. "No aconsejo a todo el mundo que tome probióticos, ya que no hay suficientes estudios que avalen sus beneficios en personas sanas. Sin embargo, las personas que padecen afecciones intestinales como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), o las que sufren frecuentes molestias estomacales, o enfermedades en las que tienen que tomar medicamentos como antibióticos, podrían beneficiarse del consumo de probióticos."

En resumen, aunque el mercado de los probióticos es enorme, probablemente no merezca la pena gastar dinero en estos suplementos si no se padece un problema de salud digestiva. Se necesita mucha más investigación para corroborar las impresionantes afirmaciones que los rodean.

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