Recuperación de un infarto
Revisado por el Dr Colin Tidy, MRCGPÚltima actualización por Dr Hayley Willacy, FRCGP Última actualización 20 Nov 2023
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Tras un infarto, hay cosas que puede hacer para recuperarse y reducir el riesgo de problemas posteriores, como otro infarto. Cada persona es diferente y las circunstancias individuales variarán.
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¿Qué puedo hacer para ayudarme después de sufrir un infarto?
Tras un infarto, hay cosas que puede hacer para reducir el riesgo de nuevos problemas cardiacos. Las circunstancias personales y el historial médico de cada persona son diferentes. Debe hablar con su médico o enfermera sobre lo que más le conviene. Este folleto pretende servir de apoyo a los consejos que pueda recibir.
Dejar de fumar
Si fuma, dejar de fumar es la forma más eficaz de reducir el riesgo de sufrir un nuevo infarto. Las sustancias químicas del humo del tabaco afectan a las arterias. Si deja de fumar, el riesgo de sufrir otro infarto se reduce aproximadamente a la mitad (en comparación con el riesgo que corre si sigue fumando). El dolor torácico, llamado angina de pecho, también es más probable en los fumadores.
Si le resulta difícil dejar de fumar, pida ayuda a su médico, enfermera o farmacéutico. Pueden ayudarle y aconsejarle sobre el uso de la terapia de sustitución de nicotina (chicles de nicotina, etc.) u otros tratamientos que pueden ayudarle a dejar de fumar. Consulte el folleto separado "Dejar de fumar".
Cambia tu dieta
Los cambios en la dieta pueden marcar una gran diferencia. Los estudios sugieren que las personas que siguen una dieta sana pueden reducir a la mitad la probabilidad de sufrir otro infarto en comparación con las que no comen de forma saludable. Un buen consejo es:
Come al menos cinco raciones de fruta y verdura variada al día. Tienen pocas calorías, mucha fibra y son ricas en vitaminas y minerales. Pueden ser frescas, congeladas o secas.
Intente evitar el consumo frecuente (todos los días) de alimentos ricos en grasas saturadas. Esto incluye pasteles de carne, salchichas, mantequilla, nata, queso duro, pasteles, galletas y alimentos que contengan aceite de coco o de palma. Comer alimentos ricos en grasas insaturadas puede ayudar a reducir el nivel de colesterol. Los alimentos ricos en grasas insaturadas son el pescado azul (arenque, caballa, sardina, salmón, etc.), los aguacates, los frutos secos, las semillas y los aceites de girasol, colza y oliva.
Reduzca su consumo de sal. Muchos alimentos contienen sal oculta. Disminuir el consumo de sal puede reducir el riesgo de sufrir un nuevo infarto y también otras enfermedades cardiovasculares.
Si desea más información, consulte el folleto Alimentación sana.
Se considera que seguir una dieta mediterránea es una de las mejores maneras de reducir el riesgo de sufrir un infarto de miocardio. Este tipo de dieta es, de hecho, un resumen de los consejos anteriores. Es decir, comidas con carne de ave en lugar de carne roja, mucha pasta y pan integrales y mucha fruta, verdura, aceite de oliva y pescado rico en aceite, acompañados de un vaso pequeño de vino o cerveza. Para más información, consulte el folleto de la Dieta Mediterránea.
Reducir el colesterol
El colesterol interviene en la formación del ateroma. Seguir una dieta sana (descrita anteriormente) ayudará a reducir el colesterol. Además, a la mayoría de las personas que sufren un infarto se les recomienda tomar una estatina para reducir el nivel de colesterol.
Las estatinas actúan reduciendo la cantidad de colesterol que se produce en el hígado. En general, cuanto más bajo sea el nivel de colesterol, mejor. Para más información, consulte el prospecto titulado Colesterol alto.
Alcohol
Algunas investigaciones sugieren que beber una pequeña cantidad de alcohol puede ser beneficioso para el corazón. La cantidad exacta no está clara, pero se trata de una pequeña cantidad. Por lo tanto, no hay que superar la cantidad recomendada de alcohol, ya que más de los límites máximos recomendados puede ser perjudicial. Es decir:
Los hombres y las mujeres no deben beber más de 14 unidades de alcohol a la semana, ni más de tres unidades en un solo día, y deben tener al menos dos días sin alcohol a la semana.
Las mujeres embarazadas y las que intentan quedarse embarazadas no deben beber alcohol en absoluto.
Una unidad equivale aproximadamente a media pinta de cerveza de graduación normal, dos tercios de un vaso pequeño de vino o una medida pequeña de licor de bar. Para más información, consulte el folleto El alcohol y el consumo razonable.
Actividad física y ejercicio
La actividad física normal y el ejercicio regular son aconsejables para la mayoría de las personas que han sufrido un infarto de miocardio. Debe intentar mantenerse físicamente activo; por ejemplo, suba por las escaleras siempre que pueda, vaya andando a la compra y lave el coche a mano.
El ejercicio regular es uno de los principales componentes de los programas de rehabilitación cardiaca, muy populares después de sufrir un infarto. El ejercicio regular es una forma importante de reducir el riesgo de sufrir otro infarto.
Sin embargo, antes de empezar a hacer ejercicio con regularidad, coméntelo con su médico. Ello se debe a que, en determinadas situaciones, puede desaconsejarse el ejercicio extenuante. Por ejemplo, a algunas personas con problemas en las válvulas del corazón se les puede recomendar que no hagan ejercicio. Sin embargo, estas personas son la excepción. Para la mayoría de las personas que han sufrido un infarto de miocardio, el ejercicio es beneficioso.
Después de un infarto, lo mejor es aumentar gradualmente el nivel de actividad y ejercicio. Durante la primera semana, intente simplemente dar un paseo diario. Cada persona es diferente y la duración del paseo depende de su estado físico inicial. Para algunas personas, al principio puede ser simplemente un paseo hasta el final del jardín y volver; para otras, un paseo hasta el final de la calle; para otras, un poco más lejos.
A continuación, puede ir aumentando gradualmente la distancia recorrida. Un objetivo razonable unas seis semanas después de sufrir un infarto es caminar entre 20 y 30 minutos al día.
Sin embargo, la cantidad de ejercicio que pueden hacer algunas personas se verá limitada por otros problemas médicos. Por ejemplo, algunas personas sufren angina de pecho, lo que puede limitar la intensidad del ejercicio que pueden realizar. Otras tienen otros problemas médicos no relacionados que limitan la capacidad de ejercicio, o son demasiado frágiles para hacer ejercicio.
En cuanto a los esfuerzos intensos. Por regla general, el trabajo manual normal está bien. Sin embargo, no debe hacer nada que le obligue a contener la respiración. Por ejemplo, levantar objetos muy pesados que le obliguen a "apretar los dientes" y contener la respiración.
En la mayoría de los casos, después de unas 6-8 semanas, el objetivo es llegar a un mínimo de 20-30 minutos de ejercicio moderado la mayoría de los días (al menos cinco días por semana). Este ejercicio debe provocar una ligera falta de aire. Para más información, consulte el folleto Actividad física para la salud.
Peso
Si tiene sobrepeso, la reducción de peso reducirá el riesgo de sufrir otro infarto de miocardio. Si le resulta difícil perder peso, acuda a su enfermera para que le anime y le aconseje.
Para más información, consulte los prospectos Obesidad y sobrepeso y Pérdida de peso (reducción de peso).
Controle regularmente su tensión arterial
Es importante tomarse la tensión con regularidad. La hipertensión es un importante factor de riesgo de cardiopatía. Una tensión arterial normal es inferior a 140/90 mm Hg.
Si está recibiendo tratamiento para la hipertensión, el objetivo habitual es reducir la tensión arterial de una persona que ha sufrido un infarto de miocardio por debajo de 130/80 mm Hg. Esta cifra puede variar en función de si padece otras afecciones, por ejemplo, una enfermedad renal.
Los factores relacionados con el estilo de vida pueden ayudar a reducir la tensión arterial, como seguir una dieta sana, hacer ejercicio, perder peso si tiene sobrepeso y no comer mucha sal. Si la tensión arterial se mantiene alta de forma persistente, se recomienda tomar medicamentos. Para más información, consulte el folleto titulado Tensión arterial alta (hipertensión).
Diabetes
Si tiene diabetes, un buen control del nivel de azúcar (glucosa) en sangre y de la tensión arterial le ayudará a reducir el riesgo de sufrir otro infarto de miocardio. Para más información, consulte los folletos Diabetes de tipo 1 y Diabetes de tipo 2.
Vacunación
Debe vacunarse anualmente contra la gripe y contra el germen neumocócico (bacteria).
Vuelta a la normalidad
Después de sufrir un infarto, es natural preguntarse qué hay que hacer y qué no. En el pasado, el consejo bienintencionado (pero erróneo) de "descansar y tomárselo con calma a partir de ahora" hizo que algunas personas se preocuparan demasiado por su corazón.
Algunas personas abandonan sus trabajos, aficiones y cualquier actividad que les suponga un esfuerzo, por miedo a forzar el corazón. Sin embargo, ocurre todo lo contrario con la mayoría de las personas que se recuperan de un infarto. Normalmente se aconseja hacer ejercicio con regularidad y volver a la normalidad.
¿Se puede trabajar después de un infarto?
Tras un infarto, la mayoría de las personas pueden volver al trabajo en 2-3 meses. Sin embargo, cada persona es diferente. Por ejemplo, algunas personas que sufren un pequeño infarto y se encuentran bien vuelven antes.
Por otra parte, algunas personas con síntomas continuos o complicaciones como dolor torácico (llamado angina de pecho) o insuficiencia cardiaca pueden tardar más en volver o no ser capaces de reincorporarse al trabajo.
Algunas personas tienen creencias erróneas sobre el trabajo después de un infarto. Por ejemplo, algunas personas creen erróneamente que el estrés laboral fue la causa de su infarto y que deben tomarse las cosas con calma a partir de ahora. Sin embargo, tras un infarto suele ser preferible aumentar la actividad que tomarse las cosas con calma.
Algunas personas creen que un trabajo físico quedará descartado. De nuevo, esto no suele ser así, siempre que se sienta bien consigo mismo. De hecho, los trabajos físicos suelen ser mejores para el corazón que los de oficina. Para muchas personas, volver al trabajo es una parte importante de la recuperación de la calidad de vida.
Un posible enfoque sensato es:
Hable con su médico sobre cuándo debe volver al trabajo.
En ese caso, lo mejor puede ser un retorno escalonado si su empresa está de acuerdo. Por ejemplo:
Empieza alternando medios días y desarrolla una rutina normal a lo largo de 2-3 semanas.
Empieza con tareas ligeras o menos exigentes al principio.
Incluya periodos de descanso adicionales si el cansancio es un problema.
Es comprensible que algunas personas se planteen la jubilación anticipada tras un infarto, ya que el futuro puede ser incierto. Sin embargo, es muy importante que tomes esa decisión por las razones adecuadas y no basándote en el miedo o en creencias erróneas sobre tu corazón.
Conducir y volar
No debe conducir durante al menos cuatro semanas después de un infarto. Después, siempre que se haya recuperado satisfactoriamente (y se notifique a su compañía de seguros), podrá conducir. Sin embargo, si la conducción le provoca angina de pecho, no debe conducir hasta que la angina esté bien controlada.
Las normas sobre PCV y LGV son más estrictas y se requiere una evaluación adicional. En el Reino Unido, siempre es aconsejable ponerse en contacto con la Driver and Vehicle Licensing Agency (DVLA) para estar seguros.
Normalmente puede volar como pasajero en las dos o tres semanas siguientes a un infarto, siempre que no tenga complicaciones. Esto significa que, por ejemplo:
Ha vuelto a sus actividades cotidianas habituales.
Su estado es estable.
No tiene ningún síntoma o sus síntomas están controlados.
Suele ser sensato consultar al operador turístico, la compañía aérea y la compañía de seguros de viaje antes de volar.
Estrés, ansiedad y relajación
Existe la creencia generalizada de que el estrés puede provocar un infarto de miocardio. Sin embargo, la investigación médica no lo ha demostrado y la conclusión es que el estrés no provoca un infarto.
Sin embargo, estar estresado y ansioso puede provocar un malestar general en uno mismo.
Algunas personas tienen preocupaciones infundadas y creencias erróneas sobre los infartos de miocardio, lo que puede provocar síntomas de ansiedad.
No tengas miedo de hablar con tu médico si te preocupa tu salud. También puedes llamar al teléfono de ayuda de la Fundación Británica del Corazón (véase más abajo). Le darán consejos correctos y actualizados (que pueden ser muy diferentes de los cuentos de viejas que a veces circulan por ahí).
Muchas personas que se ponen ansiosas se benefician de aprender a relajarse positivamente. Para más información, véanse los folletos sobre control del estrés y ejercicios de relajación.
Sexo
A algunas personas les preocupa reanudar las relaciones sexuales y probablemente sea mejor evitarlo si está preocupado o se siente indispuesto. Si puede caminar sin molestias, la reanudación de las relaciones sexuales no debería causarle ningún problema. Si las relaciones sexuales le provocan dolores torácicos anginosos, dígaselo a su médico.
Algunos hombres tienen problemas para conseguir o mantener una erección(disfunción eréctil) después de sufrir un infarto de miocardio. Estos problemas pueden deberse al estrés emocional o a medicamentos como los betabloqueantes. Sin embargo, la impotencia también puede tener otras causas.
Hable con su médico de cabecera, que podrá comprobar cuál es la causa de sus problemas y aconsejarle un tratamiento. En la actualidad existen diversos tratamientos (incluida la medicación) muy eficaces para tratar la disfunción eréctil. Para más información, consulte el folleto titulado Disfunción eréctil (impotencia).
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Rehabilitación cardiaca
Es posible que le recomienden asistir a un programa de rehabilitación cardiaca. No todas las zonas disponen de este servicio, pero cada vez hay más cursos disponibles en el SNS. En ellos trabajan enfermeras, fisioterapeutas y otros profesionales sanitarios. Su objetivo es ofrecer asesoramiento y ayuda sobre ejercicio, dieta, estrés y reincorporación al trabajo y a la vida normal tras un infarto.
Un miembro del equipo de cardiología puede visitarle en el hospital para informarle y, una vez que abandone el hospital, puede visitarle en casa o llamarle para comprobar su evolución. No necesita que le derive su cardiólogo. Si esto no ocurre automáticamente, también puede hacerlo usted:
Póngase en contacto con su equipo cardiológico local: puede llamar al teléfono de ayuda cardiaca de la Fundación Británica del Corazón, el 0808 802 1234, para que le ayuden a encontrar el programa de rehabilitación cardiaca más cercano.
Póngase en contacto con su médico de cabecera para saber cómo inscribirse en rehabilitación cardiaca.
También es útil mezclarse con otras personas que están pasando por la misma experiencia. Los estudios han demostrado que la rehabilitación cardiaca ayuda a reducir el riesgo de sufrir otro infarto y mejora el bienestar general.
Otros puntos generales
Informe a su médico si siente dolor en el pecho después de un infarto de miocardio. El dolor torácico puede deberse a una angina de pecho. La angina es un dolor en el pecho que suele aparecer al hacer ejercicio, por ejemplo al caminar a paso ligero. Se debe al estrechamiento de las arterias coronarias. Para más información, consulte el folleto titulado Angina.
Informe a su médico si se queda sin aliento, se cansa más de lo habitual o nota que se le hinchan los pies. Estos síntomas pueden indicar un grado de insuficiencia cardiaca (el músculo cardiaco no bombea tan bien como es normal). A menudo puede aliviarse con medicación. Para más información, consulte el prospecto titulado Insuficiencia cardíaca.
La depresión es frecuente tras un infarto, y a menudo empeora por preocupaciones infundadas. Una vez más, informe a su médico si cree que está deprimido. El tratamiento de la depresión suele dar buenos resultados y puede mejorar su calidad de vida. Para más información, consulte el folleto Depresión.
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Algunas ideas para recordar
La mayoría de las personas que sufren un infarto se recuperan totalmente.
En muchos casos, sólo se daña una pequeña parte del músculo cardíaco.
La mayoría de las personas que tienen un empleo deberían poder volver a trabajar.
Para algunas personas, la mayor causa de incapacidad tras un infarto no es el corazón, sino las preocupaciones infundadas y la ansiedad por el corazón. Intenta aprender a relajarte positivamente; habla con tu médico si tienes alguna preocupación.
Lecturas complementarias y referencias
- Evaluación de la aptitud para conducir: guía para profesionales médicosAgencia de Licencias de Conductores y Vehículos
- Rehabilitación cardiaca; Red Escocesa de Directrices Intercolegiales (2017)
- Síndromes coronarios agudosGuía NICE (noviembre de 2020)
- Yuan G, Shi J, Jia Q, et al.Rehabilitación cardiaca: A Bibliometric Review From 2001 to 2020. Front Cardiovasc Med. 2021 May 31;8:672913. doi: 10.3389/fcvm.2021.672913. eCollection 2021.
- Vilela EM, Ladeiras-Lopes R, Ruivo C, et al.; Diferentes resultados de un programa de rehabilitación cardíaca en parámetros funcionales entre los supervivientes de infarto de miocardio según la fracción de eyección. Neth Heart J. 2019 Jul;27(7-8):347-353. doi: 10.1007/s12471-019-1269-7.
Historia del artículo
La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.
Fecha prevista para la próxima revisión: 18 nov 2028
20 Nov 2023 | Última versión

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