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Cómo ayudar a una amiga con un trastorno alimentario

Cómo ayudar a una amiga con un trastorno alimentario

Intentar hablar con alguien de quien se sospecha que padece un trastorno alimentario puede ser una perspectiva desalentadora. Pero esta delicada conversación puede ser un primer paso esencial para conseguirle el apoyo especializado que necesita. Una vez que te hayan confiado su situación, puedes hacer mucho para ayudarles.

Aquí tienes algunas formas de ayudar.

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¿No estás seguro de si hay un problema? Estas son algunas de las primeras señales de que un amigo puede padecer un trastorno alimentario:

  • Comportarse de forma diferente cuando se trata de comida, como evitar salir a comer fuera o comer delante de ti.

  • Ser obsesivo con la comida, lo que incluye eliminar muchos grupos de alimentos diferentes o planificar meticulosamente comidas "sanas".

  • Tener una visión distorsionada de su tamaño corporal.

  • Perder mucho peso.

  • Desaparecer al baño después de las comidas.

  • Estar cansado o irritable gran parte del tiempo.

  • Hacer ejercicio de forma obsesiva.

Sacar el tema a colación

¿Cómo se ayuda a alguien con un trastorno alimentario?

Si crees que tu amigo puede padecer un trastorno alimentario, debes saber cómo hablar de ello con él para ofrecerle apoyo y animarle a buscar ayuda:

  • Piensa de antemano lo que quieres decir y cómo lo vas a decir. No culpes, avergüences ni te enfades: céntrate en cómo se sienten.

  • Elige el momento adecuado. Escoge un lugar privado y cómodo, y lo ideal es que no haya comida cerca.

  • Intenta explicar por qué estás preocupado y que quieres ayudar. Pero prepárate para el enfado o la negación rotunda al principio. Puedes asegurarles que los trastornos alimentarios no son raros, por lo que no deben sentirse avergonzados de ninguna manera.

  • Anímele a buscar ayuda en su médico de cabecera, que puede remitirle a un especialista. Ofrécete a acompañarle a las citas. En muchos sentidos, conseguir que tu amigo busque ayuda especializada es la forma más importante de ayudarle. También puedes ofrecerte a acompañarle si quiere contárselo a otros amigos, compañeros o familiares.

  • Si en esta conversación inicial niegan por completo que haya un problema, no te desanimes. Has abierto una puerta, lo cual es un gran primer paso.

Si estás realmente preocupado y se niegan a hablar con un médico, puedes hablar con su médico sobre tus preocupaciones. Su médico no podrá revelarte nada sobre ellos sin su consentimiento. Pero puede tomar nota de tus preocupaciones y tenerlas en cuenta en su próxima consulta. Ten en cuenta, no obstante, que descubrir que has ido a sus espaldas podría tensar vuestra relación: lo mejor es trabajar juntos si es posible.

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Apoyo durante el tratamiento y la recuperación

Escucha, no analices

Puede ser tentador intentar comprender qué hay detrás del trastorno alimentario de tu amigo, pero indagar y diagnosticar puede tener el efecto contrario; en lugar de abrirse, tu amigo podría rehuir hablar de ello. En lugar de eso, mantén la calma y asegúrale que estás ahí para escucharle siempre que quiera hablar. Déjale hablar sin criticarle.

Elige bien los temas de conversación

Los trastornos alimentarios no tienen que ver con la comida, sino con los sentimientos, así que no hables de dietas ni de perder peso. Evita hacer comentarios sobre su aspecto, ya que una persona con un trastorno alimentario suele malinterpretar los cumplidos sobre el peso y el aspecto de forma negativa. Céntrate en cómo se siente y cómo lo está afrontando.

Que hablen ellos

Si quieren hablar de su tratamiento, no hay problema. Es posible que la vida de tu amigo haya cambiado mucho, con muchas visitas al hospital y al médico. Comprender esto te ayudará a apreciar exactamente lo que implica la recuperación y lo difícil que puede ser. La mayoría de las personas en tratamiento valoran tener a alguien con quien hablar que no sea su familia o un médico, pero conoce tus límites. Preocuparse e intentar ayudar forman parte de una buena amistad, pero no te encargues de arreglar las cosas. El tratamiento es mejor dejarlo en manos de los especialistas.

Sé reflexivo

Puede que te hayas dado cuenta de que tu amigo ha cambiado. Puede que ya no quiera salir, pero sigue intentando incluirle, como harías normalmente. Aunque no participe, agradecerá que se lo pidas. También puedes intentar reforzar su autoestima diciéndole que te parece estupendo y que aprecias su amistad.

Planifique algo divertido

Sugiérele quedar y hacer algo juntos: es una buena distracción de su enfermedad y os dará a los dos algo con lo que disfrutar. Considere actividades no relacionadas con la comida, como pasear por el parque o ir al teatro, al club de la comedia o al cine. Si quieren salir a comer fuera, dejarles elegir el restaurante es una buena idea. No caigas en la tentación de felicitarles por lo mucho que comen, céntrate en la conversación. Si no le apetece salir, ofrézcale pasar un rato en casa viendo la tele o poniéndose al día.

Hazles saber que estás ahí

Por encima de todo, recuerda que enfrentarse a un trastorno alimentario es extremadamente difícil y probablemente sea lo más duro que tenga que hacer tu amigo. Cuando estás en recuperación, a menudo puedes sentirte muy solo, así que una de las cosas más importantes que puedes hacer durante el proceso es decirle a tu amigo que lo quieres y te preocupas por él.

Háblales de todo lo que necesitas de ellos y también de su apoyo, ya que esto ayudará a mantener el equilibrio en la relación. Y acuérdate de asegurarles que lo harás a largo plazo y que siempre serás su amigo pase lo que pase.

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La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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