Lesión renal aguda
Revisado por Dr Toni Hazell, MRCGPÚltima actualización por Dr Philippa Vincent, MRCGPÚltima actualización 4 mar 2025
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La lesión renal aguda puede ser un nombre confuso, ya que sugiere un accidente o lesión en esa parte del cuerpo, por ejemplo, a causa de una caída o un traumatismo. Sin embargo, la lesión renal aguda es una enfermedad en la que los riñones dejan de funcionar correctamente de forma repentina. La mayoría de las veces se produce cuando no se está bien por otra enfermedad. Si aún no está hospitalizado, le enviarán al hospital para que le atiendan. Cuanto antes se detecte la insuficiencia renal aguda y cuanto más cuidadosamente se controle y se trate, mayores serán las probabilidades de que los riñones se recuperen.
La lesión renal aguda solía denominarse insuficiencia renal aguda.
En este artículo:
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¿Qué es la lesión renal aguda (LRA)?
Cuando se sufre una insuficiencia renal aguda (IRA), los riñones dejan de funcionar tan bien como deberían. Esto significa que el líquido, las sales y las sustancias químicas del organismo pueden aumentar o disminuir hasta niveles anormales y enfermar gravemente.
Si hay demasiado ácido o demasiadas sales en el cuerpo, los demás órganos pueden verse afectados. Por ejemplo, el corazón, los pulmones, el cerebro, los músculos, los ojos, etc., pueden dejar de funcionar correctamente. Si los riñones no eliminan suficiente líquido, el organismo puede sobrecargarse. Esto puede provocar hinchazón en las piernas o una acumulación de líquido en los pulmones que dificulte la respiración.
Es diferente de la enfermedad renal crónica (ERC), que es un proceso mucho más gradual que suele prolongarse durante muchos años.
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¿Cuáles son los síntomas de la lesión renal aguda (LRA)?
Es posible que no existan síntomas específicos de la IRA. A menudo ya se tienen síntomas de la enfermedad que ha causado la IRA.
Los síntomas que pueden aparecer son:
Orinar menos de lo habitual.
Sentirse enfermo o estar enfermo (vómitos).
Falta de apetito.
Falta de aliento.
Hinchazón en las piernas u otras partes del cuerpo.
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¿Es frecuente la lesión renal aguda (LRA)?
La LRA es frecuente en los enfermos hospitalizados. Casi 1 de cada 20 personas hospitalizadas desarrolla IRA. Es aún más frecuente en pacientes que se encuentran muy mal en unidades de cuidados intensivos, donde afecta a 2 de cada 3 pacientes.
¿Quién desarrolla una lesión renal aguda (LRA)?
La LRA es más frecuente a partir de los 65 años. Las personas que padecen otra enfermedad grave y están hospitalizadas tienen más probabilidades de desarrollarla. Puede producirse en personas operadas, sobre todo si son mayores. Puede ocurrir a algunas personas que se someten a una radiografía especial con un colorante (contraste) que contiene yodo.
Algunos factores aumentan las probabilidades de desarrollar una IRA en estas situaciones, por ejemplo:
Ser mayor.
Padecer otra enfermedad como diabetes, insuficiencia cardiaca o enfermedad hepática.
Depender de un cuidador para que le dé de beber.
Tener una infección grave.
Algunos medicamentos, por ejemplo:
Antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como ibuprofeno, diclofenaco o naproxeno.
Algunas pastillas para la tensión arterial que actúan sobre el riñón.
Algunos antibióticos llamados aminoglucósidos (como la gentamicina).
"Comprimidos de agua"(diuréticos).
Falta de suficiente líquido en el cuerpo (estar deshidratado).
Otro problema en los riñones, como la ERC.
Haber tenido LRA anteriormente.
Los niños también pueden padecer LRA. Esto es más probable si tienen:
Diarrea severa.
Cáncer de las células sanguíneas.
Depender de un progenitor o cuidador para obtener líquidos (más probabilidades de deshidratarse).
Presión arterial baja.
Otra enfermedad renal como la nefritis.
Una infección grave.
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¿Cuáles son las causas de la lesión renal aguda (LRA)?
Hay muchas cosas que pueden hacer que los riñones dejen de funcionar correctamente. A veces ocurre debido a más de una causa.
Las causas incluyen:
Infecciones graves.
Obstrucción del sistema urinario.
Falta de líquido en el organismo (deshidratación).
Sangrado abundante (hemorragia).
Presión arterial baja.
Algunos medicamentos (véase la sección anterior sobre medicamentos que pueden dañar los riñones).
Enfermedades renales.
El colorante (contraste) que se utiliza para algunos tipos de exploraciones y radiografías.
¿Cómo se diagnostica la lesión renal aguda (LRA)?
Por lo general, en la comunidad, la LRA se detecta al realizar análisis de sangre por síntomas más generalizados. Un médico de cabecera no suele buscar una lesión renal aguda, ya que, si sospecha que usted padece una LRA, le remitirá al hospital.
En el hospital, donde las personas se encuentran más mal, se realizarían pruebas para detectar cualquier cambio en los análisis de sangre del día a día, que podría incluir una IRA.
Su médico comprobará la existencia de LRA mediante análisis de orina y de sangre.
La orina puede analizarse con una tira reactiva para detectar proteínas, células sanguíneas y azúcar, entre otras cosas. Esto ayudará a determinar la causa.
La mejor forma de diagnosticar la IRA es un análisis de sangre para detectar una sustancia llamada creatinina. Es un indicador del funcionamiento de los riñones. Unos niveles más altos significan que los riñones no están eliminando los productos de desecho con la eficacia que deberían. Al mismo tiempo, suelen aumentar los niveles de potasio (una de las sales de la sangre).
En el hospital, si no se encuentra ninguna otra causa, puede ser necesaria una ecografía para buscar obstrucciones en el aparato urinario. Las ecografías utilizan ondas sonoras para crear una imagen de los riñones y el sistema urinario.
Es posible que también necesite otras pruebas para tratar de averiguar la causa de la LRA. Por ejemplo, análisis de sangre, escáneres o radiografías.
Nota: A veces, un laboratorio marcará un resultado sanguíneo como DRA cuando no alcance el umbral basado en sus resultados sanguíneos anteriores. Otras veces, los resultados pueden ser elevados, pero puede haber otras razones para ello. Si este es el caso, su médico de cabecera puede sugerirle que repita el análisis de sangre en primer lugar.
¿Cómo se trata la lesión renal aguda (LRA)?
No existe un medicamento específico para tratar la IRA. El tratamiento dependerá de la causa de la IRA y de su gravedad.
El tratamiento consiste en cuidar con esmero todas las funciones habituales de los riñones. Normalmente estará hospitalizado y le harán análisis de sangre y orina con regularidad. Es probable que necesite más líquido o un tipo concreto de líquido por goteo.
Es posible que siga una dieta restringida para ayudar a mantener el equilibrio de proteínas y sales. Se suspenderán todos los medicamentos que puedan dañar los riñones.
Si fuera posible, se trataría la causa del problema. (Por ejemplo, podría necesitar antibióticos para una infección o cirugía para cualquier obstrucción si éstas fueran la causa).
Su médico vigilará de cerca el equilibrio de minerales y sales en su organismo. Le harán análisis periódicos de potasio, sodio, calcio, azúcar (glucosa), fosfato y creatinina. Si los niveles no son correctos, puede ser necesario un tratamiento con medicamentos o por goteo.
Diálisis
A veces es necesario someterse a diálisis si los medicamentos y los líquidos no surten efecto y la enfermedad empeora. La diálisis es un procedimiento en el que se hace pasar la sangre por una máquina para eliminar los productos de desecho (como harían los riñones si funcionaran).
Hay diferentes maneras de hacerlo. La frecuencia y la duración de cada sesión dependerán de la forma en que se realice. Para ello se le remitirá a un especialista en riñones o a un especialista en cuidados intensivos. En la mayoría de los casos se puede interrumpir cuando los riñones vuelven a funcionar correctamente.
Estas decisiones se tomarán después de hablar con usted y explicarle las opciones (y/o a sus familiares o cuidadores, en su caso).
Complicaciones de la lesión renal aguda
Los niveles elevados de potasio pueden hacer que el corazón lata de forma irregular (una"arritmia"). Se trata de una emergencia, ya que a veces puede provocar que el corazón deje de latir por completo (una"parada cardiaca") y la muerte.
Una alteración de los niveles de ácido en el organismo puede provocar el fallo de otros órganos. Esto puede tratarse con medicamentos, pero a menudo requiere el ingreso en una unidad de cuidados intensivos para un seguimiento y tratamiento muy cuidadosos.
El aumento de líquido en los pulmones y las piernas puede deberse a que los riñones son incapaces de excretar líquido por sí mismos. Esto puede causar problemas respiratorios.
El corazón puede tener dificultades para bombear el aumento de líquido, lo que puede provocar insuficiencia cardiaca.
Con menor frecuencia, la lesión renal aguda puede provocar un infarto de miocardio o una pericarditis (inflamación del músculo cardíaco).
¿Cómo puede prevenirse la lesión renal aguda (LRA)?
Sin duda, más vale prevenir que curar la lesión renal aguda. Los pacientes hospitalizados deben someterse a pruebas periódicas para detectar la LRA. Para ello se realizan análisis de sangre frecuentes y se mide la cantidad de orina que producen (y su peso en el caso de los niños).
Si va a someterse a exploraciones o radiografías con un colorante (contraste), debe comprobarse la probabilidad de que desarrolle IRA. El médico que ordene la exploración puede solicitar un análisis de sangre para comprobar los riñones antes de la exploración; es importante tenerlo, ya que la exploración podría cancelarse sin él. Si se encuentra en situación de riesgo, y si la prueba es realmente necesaria, las probabilidades de sufrir una IRA son menores si antes se le administra un goteo con líquido adicional. Los análisis de sangre del riñón deben controlarse periódicamente después de la gammagrafía.
Los medicamentos que causan daño renal deben evitarse siempre que sea posible. Si no es posible evitarlos, se debe utilizar la dosis más baja posible y realizar pruebas periódicas para controlar el funcionamiento de los riñones.
Beber suficiente líquido probablemente reduce el riesgo de sufrir una lesión renal aguda. Cuando hace calor, el riesgo de sufrir una lesión renal aguda es mayor, si se desarrolla otra enfermedad, porque es más probable que se deshidrate. Por lo tanto, aumentar la cantidad de líquido que bebe en los días muy calurosos le ayudará a reducir los riesgos. Si ya ha padecido una LRA anteriormente, debe asegurarse especialmente de beber suficientes líquidos (a menos que un médico le haya indicado que restrinja la ingesta de líquidos, lo que puede ocurrir en el caso de algunas enfermedades menos comunes).
¿Cuál es el pronóstico?
El pronóstico varía enormemente. Depende del grado de deterioro de la función renal, de quién le atienda, de la causa del problema y de lo enfermo que estuviera al principio.
Muchas personas que se recuperan de una IRA tienen después una función renal normal. Sin embargo, algunas desarrollan una enfermedad renal crónica (ERC). Algunas necesitan seguir sometiéndose a diálisis. Si ha padecido LRA una vez, es más probable que vuelva a padecerla en el futuro.
Los riñones: dónde están y qué hacen
Sección transversal del tracto urinario

Los dos riñones están situados a los lados de la parte superior del vientre (abdomen), detrás de los intestinos y a ambos lados de la columna vertebral. Cada riñón tiene el tamaño aproximado de una naranja grande, pero con forma de alubia.
Una gran arteria -la arteria renal- lleva sangre a cada riñón. La arteria se divide en muchos vasos sanguíneos diminutos (capilares) por todo el riñón. En la parte externa de los riñones, los pequeños vasos sanguíneos se agrupan formando estructuras denominadas glomérulos.
Cada glomérulo es como un filtro. La estructura del glomérulo permite que los productos de desecho y algo de agua y sal pasen de la sangre a un canal diminuto llamado túbulo. El líquido que queda al final de cada túbulo se llama orina. A continuación, el pis pasa por un conducto llamado uréter que va desde cada riñón hasta la vejiga. El pis se almacena en la vejiga hasta que se expulsa al ir al baño.
Las principales funciones de los riñones son:
Filtrar los productos de desecho del torrente sanguíneo, para eliminarlos con la orina.
Ayudan a controlar la tensión arterial, en parte por la cantidad de agua que se expulsa del organismo en forma de orina y en parte por la producción de hormonas que intervienen en el control de la tensión arterial.
Producir una hormona llamada eritropoyetina, que estimula la médula ósea para que produzca glóbulos rojos. Esto es necesario para prevenir la anemia.
Controlar la cantidad de líquido en el cuerpo.
Ayudan a mantener diversas sales y sustancias químicas de la sangre en el nivel adecuado.
Lecturas complementarias y referencias
- Guía de práctica clínica para la lesión renal agudaKDIGO (Kidney Disease: Improving Global Outcome), 2012
- Lesión renal aguda: prevención, detección y tratamiento; NICE Guidance (Diciembre 2019 - Última actualización octubre 2024)
- Guía de práctica clínica Lesión renal aguda (LRA); La asociación renal. Agosto de 2019.
- Prevención de las IRAFederación Nacional del Riñón
Historia del artículo
La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.
Fecha prevista para la próxima revisión: 3 mar 2028
4 mar 2025 | Última versión

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