
¿Cuál es la causa de los pedos extremadamente malolientes?
Revisado por la Dra. Sarah Jarvis MBE, FRCGPAutor: Dr Laurence KnottPublicado originalmente el 9 de mayo de 2018
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Pocas actividades humanas provocan tanta hilaridad como los pedos. Pero, por desgracia, el culpable no siempre encuentra la situación tan divertida. Y cuando los pedos son excesivos o inusualmente malolientes pueden causar sufrimiento a la persona implicada.
En este artículo:
Prometo que intentaré hacerlo sin recurrir a dobles sentidos, aunque dado el tema será difícil. Muchos de nosotros habremos sido el blanco (¿lo ve?) del humor de los escolares. Sin embargo, las opciones más educadas no acaban de encajar. "Pasar el viento" suena a algo que cantaría una estrella del country y el western, y "soltar uno" suena más a una salida de trabajo que a una salida de gases. Así que llamemos pedo a un pedo y ya está.
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Llegar al fondo del problema
La paciente 1 publicó un mensaje en el foro para decir que en los dos últimos meses se había hinchado mucho y había expulsado los gases más fétidos de su vida.
Comía sano, hacía ejercicio con regularidad y no tenía sobrepeso. Los médicos habían analizado una muestra de heces, pero la habían encontrado limpia. Le dijeron que tenía síndrome del intestino irritable y le recetaron Colofac®(mebeverina), pero no le sirvió de nada.
Tenía que ventilar su bungalow todas las noches. No podía recibir visitas, había dejado su trabajo y estaba muy deprimida.
Está claro que la Paciente 1 no está sola. Su mensaje ha recibido 247 respuestas.
Se supone que los médicos del siglo XXI, además de recetar pastillas, deben hablar de cambios en el estilo de vida y, aunque esta enfermedad no es diferente, siempre merece la pena descartar causas subyacentes tratables. El paciente 2 sugirió hacerse pruebas de celiaquía. Otras causas pueden ser la diverticulitis (cuando se infectan unas pequeñas bolsas en la pared del intestino grueso llamadas "divertículos") y la esclerodermia, una enfermedad que provoca el engrosamiento de la piel y a veces de los órganos internos.
La paciente 3 quería concienciar al foro de que el cáncer de ovario puede provocar síntomas intestinales y que no se debe ignorar la hinchazón en mujeres mayores de 40 años. La paciente 4 se dio cuenta de que sus pedos malolientes estaban causados por la gabapentina, un medicamento antiepiléptico. Otros medicamentos que pueden provocar este problema son la metformina, utilizada para la diabetes, y la lactulosa, un laxante.
Lo que entra debe salir, y no debemos olvidar la mecánica simple. Tragar demasiado aire (aerofagia) suele provocar eructos, pero si el aire queda atrapado más abajo en el intestino, sólo puede viajar hacia abajo. El estrés, mascar chicle y fumar pueden asociarse a una deglución excesiva de aire.
Para reflexionar
Los participantes en el foro identificaron muchos factores dietéticos que agravaban el problema. El paciente 1 descubrió que los espaguetis a la boloñesa, el pastel de pastor y el curry eran los principales culpables. El paciente 5 mencionó la intolerancia a la lactosa, en la que el cuerpo tiene dificultades para digerir la lactosa, lo que provoca síntomas intestinales. El problema del paciente 6 empeoraba con el atún y el salmón, y para el paciente 7 lo mejor era evitar los productos lácteos.
Los estudios han descubierto que los principales culpables parecen ser el brécol, las coles de Bruselas, los alimentos ricos en almidón como las patatas, el maíz y los fideos, y los alimentos ricos en fibra soluble (por ejemplo, fruta, guisantes y judías). Otros alimentos o bebidas implicados son las bebidas gaseosas y los cereales integrales. El paciente 8 señaló la fructosa como desencadenante. Ésta se encuentra en la fruta, los edulcorantes artificiales y el jarabe de maíz utilizado para endulzar muchos alimentos.
Lo mejor es llevar un diario y ver si puedes relacionar tus síntomas con algún alimento o bebida en particular e intentar evitarlos durante un tiempo.
El paciente 9 consideró que tomar probióticos era útil y esto tiene cierto apoyo en el mundo científico.
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La respuesta está soplando en el viento
No existe una solución única para este problema, pero en los foros se han hecho varias sugerencias, algunas de ellas respaldadas por pruebas médicas. Las pastillas de carbón parecen ser una opción popular. Se pueden comprar sin receta y están pensadas para absorber los gases del intestino. Sin embargo, no son la solución para todo el mundo; el paciente 10 descubrió que sólo ayudaban si se bebía mucha agua y al paciente 11 no le funcionaron en absoluto. El paciente 12 obtuvo algunos beneficios de un par de calzoncillos con una almohadilla de carbón para absorber el olor. Se dice que la ropa interior de carbón es más eficaz.
El paciente 13 recomendó Pepto Bismol®. Está bien cuando se toma ocasionalmente para ocasiones sociales, pero los efectos secundarios como el estreñimiento y los mareos limitan su uso.
El paciente 14 encontró útil la menta . Tiene un efecto sobre el movimiento de los músculos del intestino. Hay otros medicamentos con este efecto disponibles con receta.
La mebeverina y la alverina combaten los espasmos intestinales y son de venta libre. También puede valer la pena probar la simeticona. También puede adquirirse sin receta y se dice que rompe las burbujas del estómago, pero las pruebas científicas que la respaldan son escasas.
Los participantes en el foro han aportado otras sugerencias que les han resultado útiles por experiencia propia. El paciente 15 recomienda masticar semillas de comino, mrskiranaya aboga por la quiropráctica (al parecer, todo tiene que ver con la alineación de la cadera) y el paciente 16 confía en la cúrcuma. Ninguno de estos tratamientos está respaldado por una gran cantidad de pruebas científicas, pero siempre he sido bastante indulgente con los tratamientos no convencionales, siempre que no hagan daño.
Ya está. He conseguido pasar por este artículo sin dobles sentidos involuntarios. Espero que te resulte útil para llegar al fondo de tu problema.
Historia del artículo
La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.
9 de mayo de 2018 | Publicado originalmente
Autores:
Dr. Laurence KnottRevisado por expertos
Dra. Sarah Jarvis MBE, FRCGP

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