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Espondilosis cervical

Este folleto va dirigido a las personas a las que se ha dicho que padecen espondilosis cervical como causa de sus síntomas cervicales. La espondilosis cervical es un "desgaste" de las vértebras y los discos del cuello. Forma parte normal del envejecimiento y no causa síntomas en muchas personas. Sin embargo, a veces causa dolor de cuello. Los síntomas suelen aparecer y desaparecer. El tratamiento consiste en mantener el cuello en movimiento, hacer ejercicios y tomar analgésicos. En casos graves, la degeneración puede causar irritación o presión sobre las raíces nerviosas espinales o la médula espinal. Esto puede causar síntomas en brazos o piernas (detallados más adelante). En estos casos graves, la cirugía puede ser una opción.

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Comprender el cuello

La parte posterior del cuello incluye la columna cervical y los músculos y ligamentos que la rodean y sostienen. La columna cervical está formada por siete huesos llamados vértebras. Las dos primeras son ligeramente diferentes del resto, ya que unen la columna al cráneo y permiten que la cabeza gire de un lado a otro. Las cinco vértebras cervicales inferiores tienen forma aproximadamente cilíndrica -un poco como pequeñas latas de conserva- con salientes óseos.

Los lados de las vértebras están unidos por pequeñas articulaciones facetarias. Entre cada vértebra hay un "disco". Los discos están formados por una capa exterior fibrosa y resistente y una parte interior más blanda, parecida a un gel. Los discos actúan como amortiguadores y permiten que la columna vertebral sea flexible.

Unos ligamentos fuertes se unen a las vértebras adyacentes para darles más soporte y fuerza. Varios músculos unidos a la columna vertebral permiten que ésta se doble y se mueva de diversas formas. (Los músculos y la mayoría de los ligamentos no se muestran en el diagrama, para mayor claridad).

La médula espinal, que contiene tejido nervioso que transporta mensajes hacia y desde el cerebro, está protegida por la columna vertebral. Los nervios de la médula espinal salen de entre las vértebras del cuello para llevar y recibir mensajes al cuello y los brazos. Un vaso sanguíneo importante llamado arteria vertebral también discurre a lo largo de las vértebras para llevar sangre a la parte posterior del cerebro.

Columna cervical

Columna cervical (Beverley Kenny)

Vista lateral de parte de la columna vertebral

Vista lateral de parte de la columna vertebral (Beverley Kenny)

¿Qué es la espondilosis cervical?

La espondilosis cervical es una degeneración ("desgaste") relacionada con la edad de los huesos (vértebras) y los discos del cuello. En cierta medida, todos desarrollamos cierta degeneración de las vértebras y los discos a medida que envejecemos. Suele comenzar a partir de los 30 años.

Una característica de la degeneración es que los bordes de las vértebras suelen desarrollar pequeñas zonas ásperas de hueso llamadas osteofitos. Además, con el paso de los años, los discos se vuelven más finos. Esta degeneración es un proceso normal de envejecimiento que puede compararse con tener "arrugas en la columna vertebral".

En muchas personas, la espondilosis cervical no provoca ningún síntoma. Por ejemplo, más de 8 de cada 10 personas mayores de 60 años presentan signos de espondilosis cervical en radiografías o escáneres, pero no experimentan ningún síntoma derivado de ella.

Sin embargo, en algunas personas, los músculos, ligamentos o nervios cercanos pueden irritarse o verse presionados por los cambios degenerativos. Así pues, la espondilosis cervical no suele causar problemas, pero puede ser causa de dolor de cuello, sobre todo en personas mayores.

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¿Cuáles son los síntomas de la espondilosis cervical?

Si se desarrollan síntomas, pueden variar de leves a graves. Los síntomas pueden incluir:

  • Dolor en el cuello:

    • Puede extenderse a los hombros y a la base del cráneo. El movimiento del cuello puede empeorar el dolor.

    • A veces el dolor se extiende por el brazo hasta la mano o los dedos. La causa es la irritación de un nervio que va al brazo desde la médula espinal del cuello.

    • El dolor suele ir y venir con reagudizaciones de vez en cuando. Es posible que el dolor aparezca después de un uso no habitual del cuello o si se produce un esguince en un músculo o ligamento del cuello.

    • Sin embargo, a menudo se produce una reagudización sin motivo aparente. Algunas personas desarrollan dolor crónico (persistente).

  • Cierta rigidez en el cuello, sobre todo después de una noche de descanso.

  • Pueden aparecer dolores de cabeza. Los dolores de cabeza suelen empezar en la nuca, justo por encima del cuello, y se extienden por la parte superior hasta la frente.

  • Puede sentir"pinchazos" en parte del brazo o la mano. Este síntoma se debe a la irritación de un nervio espinal al salir de la zona ósea (vertebral). No obstante, informe a su médico si se produce pérdida de sensibilidad (entumecimiento) o debilidad en una parte de la mano o el brazo. Estos síntomas sugieren una mayor presión sobre un nervio. Esto se denomina "radiculopatía cervical".

  • Más raramente, la torpeza de una mano, los problemas para caminar o los problemas con la función de la vejiga se producen cuando la presión de un hueso (vértebra) o disco desgastado daña la médula espinal. Esto se denomina "mielopatía cervical". De nuevo, es importante informar de estos síntomas a un médico.

Nota: la radiculopatía cervical y la mielopatía cervical se tratan más adelante en este folleto. La sección siguiente se refiere a la espondilosis cervical sin radiculopatía ni mielopatía.

Tratamientos de la espondilosis cervical

Ejercite el cuello y manténgase activo

Intenta que el cuello se mueva con la mayor normalidad posible. Durante las reagudizaciones, el dolor puede ser bastante intenso y es posible que necesite descansar durante un día o dos. No obstante, ejercite suavemente el cuello en cuanto pueda hacerlo. No deje que se agarrote. Intente aumentar gradualmente la amplitud de los movimientos del cuello. Cada pocas horas mueva suavemente el cuello en cada dirección. Hágalo varias veces al día.

En la medida de lo posible, continúe con sus actividades normales. No se dañará el cuello por moverlo.

Medicamentos

Los analgésicos suelen ser útiles.

  • Paracetamol suele ser suficiente. Para un adulto son dos comprimidos de 500 mg, cuatro veces al día.

  • Analgésicos antiinflamatorios. A algunas personas les funcionan mejor que el paracetamol. Pueden utilizarse solos o combinados con paracetamol. Entre ellos se encuentra el ibuprofeno, que puede adquirirse en farmacias o con receta médica. Otros, como el diclofenaco o el naproxeno, necesitan receta. Algunas personas con úlceras de estómago, asma, hipertensión, insuficiencia renal o cardiaca no pueden tomar analgésicos antiinflamatorios.

  • A analgésico más fuerte como la codeína, es una opción si los antiinflamatorios no convienen o no funcionan bien. La codeína suele tomarse junto con el paracetamol. El estreñimiento es un efecto secundario frecuente de la codeína. Para evitarlo, bebe mucho y come alimentos ricos en fibra.

  • Los medicamentos para tratar el dolor nervioso(dolor neuropático) a veces son útiles en personas con dolor de cuello persistente (crónico). Entre ellos se incluyen:

    • Una dosis baja antidepresivo tricíclicocomo la amitriptilina. La dosis de amitriptilina utilizada para el dolor es de 10-30 mg por la noche. A dosis más altas, los antidepresivos tricíclicos se utilizan para tratar la depresión. Sin embargo, en dosis más bajas se ha descubierto que ayudan a aliviar ciertos tipos de dolor, incluido el dolor de cuello.

    • Duloxetina. La duloxetina es un tipo diferente de antidepresivo. Al igual que la amitriptilina, aunque se desarrolló originalmente para tratar la depresión, también puede ser útil para tratar el dolor nervioso.

    • Gabapentina o pregabalina. Son medicamentos desarrollados originalmente para tratar la epilepsia, pero pueden ser útiles para tratar el dolor nervioso.

Fisioterapia

Si los síntomas no mejoran en una semana aproximadamente, es posible que le remitan a un fisioterapeuta para que le ayude a aliviar el dolor y le aconseje ejercicios específicos para el cuello.

El fisioterapeuta puede aconsejar varios tratamientos. Por ejemplo, tracción, calor, frío, manipulación, etc. El valor de cada uno de estos tratamientos es incierto, ya que los resultados de los estudios de investigación que analizan qué tratamientos funcionan mejor pueden ser contradictorios.

Sin embargo, lo que suele ser más útil son los consejos que puede dar un fisioterapeuta sobre ejercicios cervicales para hacer en casa. Una situación habitual es que el médico aconseje analgésicos y ejercicios suaves para el cuello.

Otros tratamientos

Otros tratamientos que pueden aconsejarse son

  • Una buena postura puede ayudar. Comprueba que tu postura al sentarte en el trabajo o ante el ordenador no sea mala (es decir, que no tengas la cabeza flexionada hacia delante con la espalda encorvada). Siéntese erguido. El yoga, el pilates y la técnica Alexander mejoran la postura del cuello; sin embargo, su valor en el tratamiento del dolor cervical es incierto.

  • Una almohada de apoyo firme parece ayudar a algunas personas a la hora de dormir. Procura no utilizar más de una almohada.

El tratamiento puede variar y debe volver a ver a un médico:

  • Si el dolor empeora o se agudiza.

  • Si aparecen otros síntomas como pérdida de sensibilidad (entumecimiento), debilidad o pinchazos persistentes en una parte del brazo o la mano, como se ha descrito anteriormente.

  • Si tiene problemas para caminar o para orinar. De nuevo, estos síntomas sugieren que puede estar desarrollándose una mielopatía cervical como complicación de la espondilosis cervical.

  • Si sufre mareos o desmayos al girar la cabeza o doblar el cuello. Esto puede sugerir que la arteria vertebral que irriga el cerebro está siendo pinzada por los cambios degenerativos de la columna vertebral.

Si el dolor se vuelve crónico, pueden probarse otras técnicas para aliviarlo. Por ejemplo, puede que te deriven a una clínica del dolor y te ofrezcan un programa de tratamiento del dolor para ayudarte a controlarlo y a convivir con él.

El dolor cervical crónico también se asocia a veces con ansiedad y depresión, que también pueden requerir tratamiento.

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Radiculopatía cervical y mielopatía cervical

La espondilosis cervical es una degeneración ("desgaste") relacionada con la edad de los huesos (vértebras) y los discos del cuello. A veces, puede ejercer presión sobre los nervios que salen de la columna (radiculopatía cervical) o sobre la propia columna (mielopatía cervical). En la mayoría de los casos no es así. Sin embargo, puede ser útil estar atento a los síntomas que sugieren que pueden estar ocurriendo, sobre todo porque algunos de ellos pueden desarrollarse lentamente. Consulte a un médico si sospecha que está desarrollando una radiculopatía cervical o una mielopatía cervical.

Radiculopatía cervical

Se produce cuando la raíz de un nervio es presionada o dañada al salir de la médula espinal en la región del cuello (cervical). Aunque existen otras causas de radiculopatía, la espondilosis cervical es una causa frecuente.

Los cambios degenerativos de las articulaciones que rodean las vértebras y la formación de osteofitos producen zonas de estrechamiento que pueden pinzar el nervio. Otra causa es el prolapso discal. A veces se denomina "hernia discal", aunque en realidad el disco no se desliza. Lo que ocurre es que parte de la zona interna más blanda del disco sobresale (prolapsa) a través de una debilidad en la parte externa más dura del disco. Esto presiona el nervio a su paso entre las vértebras (véase el diagrama).

Vértebra cervical

Vértebra cervical (Beverley Kenny)

Además del dolor de cuello, los síntomas de la radiculopatía incluyen pérdida de sensibilidad (entumecimiento), hormigueo, dolor y debilidad en partes del brazo o la mano irrigadas por el nervio. Estos otros síntomas pueden ser los principales, más que el dolor de cuello. Puede haber dolores punzantes en el brazo. Los síntomas suelen ser peores en un brazo, pero pueden afectar a ambos. El dolor puede ser tan intenso que interfiera con el sueño. Las vértebras cervicales inferiores son las que suelen verse afectadas, provocando estos síntomas en los brazos. Sin embargo, si están afectadas las vértebras superiores, el dolor y el entumecimiento se producen en la parte posterior y lateral de la cabeza.

Su médico puede sospechar una radiculopatía si usted presenta los síntomas típicos. El examen médico puede mostrar cambios en la sensibilidad, la potencia y los reflejos tendinosos de las zonas del brazo irrigadas por el nervio afectado. Es posible que le remitan a un especialista para que le realice más pruebas. Estas pueden incluir una resonancia magnética que mostrará si las raíces nerviosas están siendo presionadas.

El tratamiento dependerá de la gravedad de la presión y los daños. En muchos casos, los síntomas remiten con el tiempo. La fisioterapia o el uso de un collarín cervical durante un periodo determinado pueden ayudar. Sin embargo, en algunos casos puede recomendarse una intervención quirúrgica para aliviar la presión sobre el nervio. Dependiendo de la causa, puede tratarse de una intervención quirúrgica en el disco o en la propia vértebra.

Mielopatía cervical

Se produce cuando hay presión o daños en la propia médula espinal. De nuevo, la espondilosis cervical es una causa común de esta afección, ya que los cambios degenerativos de la vértebra pueden estrechar el canal por el que pasa la médula espinal. El prolapso de un disco cervical también puede causar mielopatía si se produce en el canal central de la vértebra. Esto puede ocurrir de repente o desarrollarse a lo largo de un periodo de tiempo. Existen otras causas poco frecuentes de mielopatía cervical. Por ejemplo, un tumor o una infección que afecte a esta parte de la médula espinal.

Como la médula espinal está formada por grupos de fibras nerviosas que llevan mensajes al cerebro desde el resto del cuerpo, la presión sobre estos nervios en la región del cuello puede producir síntomas de varias partes del cuerpo.

Los síntomas de una mielopatía cervical pueden incluir:

  • Dificultades para caminar. Por ejemplo, las piernas pueden sentirse rígidas y torpes.

  • Cambios en la sensibilidad de las manos. Por ejemplo, puede ser difícil sentir y reconocer objetos de la forma habitual y puede tener tendencia a que se le caigan las cosas.

  • Problemas con la vejiga. Por ejemplo, puede tener problemas para vaciar la vejiga o incontinencia.

La exploración médica puede mostrar cambios en la sensibilidad, la potencia y los reflejos tendinosos de las piernas y los brazos. Es probable que le remitan a un especialista para que le haga más pruebas, normalmente una resonancia magnética. Esto mostrará cómo está afectada la médula espinal y si es probable que ayude algún tratamiento quirúrgico para aliviar la presión.

Lecturas complementarias y referencias

  • Kuijper B, Tans JT, Beelen A, et al.Cervical collar or physiotherapy versus wait and see policy for recent onset cervical radiculopathy: randomised trial. BMJ. 2009 Oct 7;339:b3883. doi: 10.1136/bmj.b3883.
  • Jiang SD, Jiang LS, Dai LYEspondilolistesis cervical degenerativa: una revisión sistemática. Int Orthop. 2011 Jun;35(6):869-75. doi: 10.1007/s00264-010-1203-5. Epub 2011 Jan 25.
  • McCormick JR, Sama AJ, Schiller NC, et al.Mielopatía Espondilótica Cervical: A Guide to Diagnosis and Management. J Am Board Fam Med. 2020 Mar-Apr;33(2):303-313. doi: 10.3122/jabfm.2020.02.190195.
  • Neck pain - cervical radiculopathy, NICE CKS, noviembre 2023 (sólo acceso en el Reino Unido)
  • Dolor cervical inespecíficoNICE CKS, abril de 2023 (sólo acceso en el Reino Unido)

Historia del artículo

La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.

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