Hígado graso no alcohólico
Revisado por el Dr Colin Tidy, MRCGPÚltima actualización por Dr Doug McKechnie, MRCGPÚltima actualización 22 Feb 2023
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En esta serie:Enfermedades hepáticas y alcoholAlcohol y consumo prudente: límites seguros de alcoholAlcoholismo y problemas con el alcoholAbstinencia de alcohol y desintoxicación
La enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA) describe una serie de afecciones causadas por la acumulación de grasa en las células hepáticas.
En este artículo:
Es muy frecuente y en muchos casos está relacionada con la obesidad o el sobrepeso. La mayoría de las personas con NAFLD no desarrollan problemas hepáticos graves. En algunas personas, la acumulación de grasa en el hígado puede provocar una enfermedad hepática grave. Sin embargo, todas las personas con NAFLD tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares, como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Si usted es obeso o tiene sobrepeso, el principal tratamiento aconsejado para la HGNA suele ser la pérdida gradual de peso y el ejercicio regular. Esto no sólo le ayudará con la HGNA, sino que también le ayudará a reducir el riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares. A continuación se describen otros métodos de tratamiento.
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¿Qué es la enfermedad del hígado graso no alcohólico?
La NAFLD describe una serie de enfermedades causadas por la acumulación de grasa en las células hepáticas. La NAFLD se da en personas que no beben cantidades excesivas de alcohol, por lo que el alcohol no es la causa. Las personas que beben alcohol en exceso pueden desarrollar una enfermedad denominada "hígado graso alcohólico".
La mayoría de las personas con HGNA sólo padecen la fase inicial: "hígado graso simple". Sólo una minoría desarrollará una inflamación del hígado (denominada esteatohepatitis no alcohólica o EHNA). Y sólo una minoría de personas con EHNA desarrollará cirrosis. No está claro por qué algunas personas con hígado graso simple evolucionan a las formas más graves de HGNA y la mayoría no.
Resulta útil dividir la HGNA en cuatro etapas:
Hígado graso simple (esteatosis hepática)
Normalmente, en las células hepáticas se almacena muy poca grasa. El hígado graso simple significa que el exceso de grasa se acumula en las células hepáticas. En la mayoría de las personas, el hígado graso simple no causa daños ni problemas en el hígado, aunque puede detectarse en análisis de sangre realizados por otro motivo. Sin embargo, en algunas personas puede evolucionar a formas más graves de HGNA.
Esteatohepatitis no alcohólica (EHNA)
En esta enfermedad, el exceso de grasa en las células hepáticas se asocia a la inflamación del hígado o puede provocarla. ("Esteato" significa grasa, y "hepatitis" significa inflamación del hígado). Es mucho menos frecuente que el hígado graso simple.
Fibrosis
Cualquier forma de hepatitis persistente, incluida la esteatohepatitis, puede acabar provocando la formación de tejido cicatricial (fibrosis) en el hígado. Cuando se desarrolla la fibrosis por primera vez, a menudo hay muchas células hepáticas que siguen funcionando bastante bien.
Cirrosis
Se trata de una enfermedad grave en la que el tejido hepático normal es sustituido por mucha fibrosis (cicatrización). La estructura y la función del hígado están muy alteradas. Es, en efecto, como una forma grave de fibrosis hepática. Muchas enfermedades hepáticas pueden desembocar en cirrosis, incluida la HGNA. La cirrosis grave puede provocar insuficiencia hepática. Para más información, consulte el folleto Cirrosis.
Otras formas de hígado graso
Una enfermedad similar a la HGNA puede afectar a las personas que beben mucho alcohol. Más información sobre el alcohol y las enfermedades hepáticas. El hígado graso del embarazo es una enfermedad poco frecuente pero grave. En esta enfermedad se acumula mucha grasa en las células del hígado y causa daños con bastante rapidez. Se desconoce la causa. Los síntomas son náuseas (vómitos), dolor abdominal e ictericia. La ictericia es una afección provocada por la acumulación en el organismo de una sustancia química llamada bilirrubina, que hace que la piel y otras partes del cuerpo adquieran un color amarillo.
El resto de esta sección trata únicamente sobre la NAFLD.
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¿Qué hace el hígado?
El hígado se encuentra en la parte superior derecha de la barriga (abdomen). Entre sus funciones se encuentran:
Almacenar combustible para el cuerpo. Gran parte de los alimentos que ingerimos se descomponen en un tipo de azúcar llamado glucosa. Esto es lo que nuestro cuerpo utiliza como fuente de energía. La glucosa no se puede almacenar, por lo que se transforma en una versión de almacenamiento llamada glucógeno. Éste se guarda en el hígado y, cuando necesitamos energía, la libera en forma de glucosa. El hígado también almacena hierro y vitaminas.
Producción de proteínas esenciales para la coagulación de la sangre (factores de coagulación).
Ayudar a eliminar o procesar el alcohol, los medicamentos y los venenos del organismo.
Producir un tipo de grasa llamada colesterol. El organismo lo necesita, aunque su exceso es perjudicial.
Produce un jugo llamado bilis, que digiere las grasas. La bilis pasa del hígado al intestino a través del conducto biliar. La bilis descompone las grasas de los alimentos para que puedan ser absorbidas por el intestino.
¿Es frecuente la enfermedad del hígado graso no alcohólico?
La HGNA es el trastorno hepático persistente (crónico) más frecuente en países occidentales como el Reino Unido. Se cree que se da en aproximadamente 1 de cada 5 adultos en el Reino Unido y en hasta 4 de cada 5 adultos obesos (sin embargo, la mayoría de estas personas tienen "hígado graso simple" y no los tipos más graves de HGNA).
Las personas con HGNA tienen más probabilidades de desarrollar diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares (como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares). Además, como la HGNA es frecuente, algunas personas que la padecen sufren también otro trastorno hepático. La HGNA puede empeorar el otro trastorno hepático.
Los factores de riesgo para desarrollar NAFLD incluyen:
Obesidad
La mayoría de las personas con HGNA son obesas o tienen sobrepeso. Sin embargo, la relación entre la grasa corporal y el HGNA, y los factores que determinan qué personas con obesidad desarrollarán HGNA, no están claros. Así, por ejemplo, algunas personas que sólo tienen un ligero sobrepeso desarrollan HGNA. Por otro lado, algunas personas muy obesas no desarrollan HGNA.
Diabetes
Las personas con diabetes de tipo 2 tienen un mayor riesgo de desarrollar HGNA. Sin embargo, las personas con diabetes de tipo 1 no presentan mayor riesgo.
Edad
La HGNA es más frecuente en personas mayores de 50 años. También es más frecuente en los hombres.
Presión arterial alta (hipertensión)
Las personas con hipertensión tienen un mayor riesgo de desarrollar NAFLD.
Nivel elevado de grasas en sangre (hiperlipidemia)
Si tiene un nivel elevado de colesterol y/o triglicéridos en sangre, corre un mayor riesgo de desarrollar HGNA.
Pérdida de peso muy rápida
Por ejemplo, la NAFLD se desarrolla en algunas personas tras una intervención quirúrgica para reducir la obesidad. Esto puede deberse a los rápidos cambios de grasas y ácidos grasos en la sangre que se producen cuando la pérdida de peso es rápida.
Medicamentos
Los medicamentos, como el metotrexato y el tamoxifeno, por ejemplo, pueden, en raras ocasiones, causar NAFLD.
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¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad del hígado graso no alcohólico?
La mayoría de las personas con hígado graso simple o esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) no presentan síntomas. Sin embargo, algunas personas con hígado graso simple o EHNA presentan un dolor persistente y persistente en la parte superior derecha de la barriga (abdomen), sobre un hígado agrandado. Si padece EHNA puede sentirse cansado en general. Como la mayoría de las personas no presentan síntomas, el diagnóstico suele sospecharse por primera vez cuando se obtiene un resultado anormal en un análisis de sangre.
Una pequeña proporción de personas con HGNA desarrollan cirrosis. La cirrosis es una enfermedad en la que el tejido hepático normal es sustituido por una gran cantidad de tejido cicatricial (fibrosis).
¿Cómo se diagnostica la enfermedad del hígado graso no alcohólico?
No existe ninguna prueba sencilla que pueda confirmar la presencia de HGNA. Los análisis de sangre denominados pruebas de función hepática (PFT) miden los niveles en sangre de determinadas sustancias químicas (enzimas) producidas por las células hepáticas. Un patrón anormal de las pruebas de función hepática puede sugerir que padece HGNA. Sin embargo, hay muchas otras enfermedades hepáticas que pueden causar alteraciones de las pruebas de función hepática.
Por lo tanto, si las pruebas de función hepática son anormales, el médico suele realizar otros análisis de sangre para descartar otras causas de problemas hepáticos. Por ejemplo, análisis de sangre para detectar diversas infecciones (como la hepatitis B y la hepatitis C) y otras causas de lesiones hepáticas.
Las pruebas de función hepática son pruebas que se realizan por diversos motivos. Por lo tanto, a menudo se sospecha por primera vez que existe NAFLD cuando se produce un resultado anormal al realizar las pruebas por un motivo no relacionado.
Una exploración del hígado puede ser útil. Por ejemplo, una ecografía, un TAC o una resonancia magnética. El escáner puede mostrar un agrandamiento del hígado compatible con el diagnóstico de HGNA, y también puede mostrar signos de otras causas de problemas hepáticos. Sin embargo, un escáner no puede diagnosticar definitivamente la HGNA.
El diagnóstico de la HGNA suele basarse en que las alteraciones de las pruebas de función hepática y la gammagrafía sean compatibles con la HGNA y en que se descarten otras causas de problemas hepáticos. En caso de duda, el especialista puede tomar una pequeña muestra (biopsia) del hígado.
Esto puede observarse al microscopio y mostrar la extensión de cualquier acumulación de grasa, inflamación, cicatrización, etc., en el hígado. Para más información, consulte el folleto Biopsia hepática.
Sin embargo, la biopsia hepática no se realiza de forma rutinaria cuando el diagnóstico más probable es hígado graso simple o esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), ya que conlleva ciertos riesgos. La biopsia hepática se realiza principalmente si el diagnóstico es dudoso o si se sospecha que se ha desarrollado una cirrosis.
Los análisis de sangre pueden detectar signos de fibrosis (cicatrización) hepática. Los médicos de cabecera pueden utilizar una calculadora llamada FIB-4 para estimar la probabilidad de que haya cicatrices en el hígado. También puede ser útil otro análisis de sangre, la prueba de fibrosis hepática mejorada (ELF®).
Cada vez se utiliza más una prueba denominada FibroScan® para las personas con HGNA. El FibroScan® comprueba la rigidez del hígado. Puede utilizarse para detectar cicatrices hepáticas, incluidos signos de cirrosis. En algunos casos, puede evitar la necesidad de una biopsia hepática. En la actualidad, en el Reino Unido, lo utilizan principalmente especialistas hospitalarios en personas con alto riesgo de cicatrización hepática, aunque en el futuro su uso podría generalizarse.
¿Cuál es el tratamiento de la enfermedad del hígado graso no alcohólico?
Reducción de peso
La mayoría de los casos de HGNA están relacionados con la obesidad o el sobrepeso. Está demostrado que un programa de pérdida gradual de peso y ejercicio regular puede reducir la cantidad de grasa en el hígado. Si padece hígado graso simple o EHNA leve, puede prevenir o retrasar la progresión de la HGNA. También puede reducir las probabilidades de desarrollar cirrosis, una enfermedad en la que el tejido hepático normal es sustituido por una gran cantidad de tejido cicatricial (fibrosis).
El ejercicio aeróbico y los cambios en la dieta son la forma más eficaz de controlar la HGNA. Intente realizar entre 150 y 200 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana, repartidos en 3-5 sesiones. Es conveniente beber agua en lugar de bebidas azucaradas. Seguir una dieta mediterránea puede reducir la grasa hepática, aunque no se pierda peso. Para más ideas, consulte el folleto sobre pérdida de peso.
En algunas personas muy obesas, puede considerarse la cirugía de la obesidad, ya que los estudios han demostrado que puede ayudar a mejorar la EHNA.
Tratamiento de afecciones y factores de riesgo relacionados
Como ya se ha mencionado, padecer HGNA aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. De hecho, las personas con HGNA tienen más probabilidades de enfermar y morir de enfermedades cardiovasculares, como infartos de miocardio, que de un problema hepático. Por lo tanto, es probable que su médico insista en la importancia de reducir los factores de riesgo relacionados con el "estilo de vida" que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo, no fumar, controlar el peso, hacer ejercicio con regularidad y seguir una dieta sana y equilibrada. Para más información, consulte el folleto Enfermedades cardiovasculares (ateromas). También, si procede, para tratar la tensión arterial alta (hipertensión) y un nivel elevado de colesterol (hiperlipidemia).
Si padece diabetes, se cree que un buen control del nivel de azúcar (glucosa) en sangre ayuda a reducir el riesgo de que la NAFLD empeore.
Es importante no beber alcohol por encima de los límites nacionales recomendados, que son un máximo de 14 unidades a la semana, repartidas en tres días o más, idealmente con varios días sin beber a la semana. Ninguna cantidad de alcohol está completamente exenta de riesgos, pero se cree que beber por debajo de estos niveles es de bajo riesgo.
Medicamentos que afectan al propio hígado
Se han sugerido varios medicamentos como posibles tratamientos de la HGNA. Por el momento, no hay ningún fármaco autorizado específicamente para tratar la HGNA, y no disponemos de ningún medicamento adecuado para tratar la HGNA en las fases iniciales (como el hígado graso simple).
Para las personas con muchas cicatrices hepáticas debidas a la NAFLD, hay dos medicamentos que parecen ayudar a reducirlas. Se trata de la vitamina E y la pioglitazona. Los especialistas en hígado pueden ofrecerlos.
¿Cuáles son las perspectivas?
El pronóstico para la mayoría de las personas con HGNA es que la enfermedad no progrese más allá de un simple hígado graso o esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). En la mayoría de los casos no se produce cirrosis (sustitución del tejido hepático normal por tejido cicatricial (fibrosis)) ni problemas hepáticos graves. La enfermedad puede revertir e incluso desaparecer con la pérdida de peso (si tiene sobrepeso u obesidad) o con un buen control de la diabetes (si la diabetes es la causa).
Sin embargo, el hígado graso evoluciona a EHNA en algunas personas y la EHNA evoluciona a cirrosis en algunas personas. No está claro por qué algunas personas con EHNA (y no otras) evolucionan a cirrosis. La cirrosis es muy grave, puede provocar insuficiencia hepática y ser mortal. En caso de cirrosis muy grave, puede ser necesario un trasplante de hígado.
Se calcula que, por término medio:
Aproximadamente 2 de cada 100 personas con hígado graso simple evolucionan a cirrosis en 15-20 años.
Aproximadamente 12 de cada 100 personas con EHNA evolucionan a cirrosis en unos ocho años.
Así pues, la mayoría de las personas con HGNA no desarrollan una enfermedad hepática grave. Sin embargo, dado que la HGNA se ha vuelto muy frecuente en los últimos años (probablemente porque la obesidad se ha vuelto mucho más común), la HGNA se ha convertido en una causa frecuente de cirrosis.
Sin embargo, recuerde también que las enfermedades cardiovasculares son la causa más común de enfermedad y muerte en personas con HGNA. Si le diagnostican HGNA, quizá el mensaje más importante para llevarse a casa sea que no debe centrarse demasiado en el hígado. Es preferible concentrarse en reducir los factores de riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares. Se trata principalmente de cambios en el estilo de vida, en particular en la dieta, la pérdida de peso y el ejercicio, y dejar de fumar si se es fumador.
Lecturas complementarias y referencias
- Hígado graso no alcohólico (HGNA)NICE CKS, octubre de 2023 (sólo acceso en el Reino Unido)
- EASL-EASD-EASO Clinical Practice Guidelines for the management of non-alcoholic fatty liver disease. J Hepatol. 2016 Jun;64(6):1388-402. doi: 10.1016/j.jhep.2015.11.004. Epub 2016 abr 7.
- Declaración política de la EASL sobre alimentación, obesidad y enfermedad del hígado graso no alcohólica (EHGNA); Asociación Europea para el Estudio del Hígado, 2019
Historia del artículo
La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.
Fecha de la próxima revisión: 6 de enero de 2028
22 Feb 2023 | Última versión

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