
Anatomía del oído
Revisado por Dr Colin Tidy, MRCGPÚltima actualización por Dr Krishna Vakharia, MRCGPÚltima actualización 18 Oct 2023
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Los oídos realizan la extraordinaria labor de permitirnos oír una gran variedad de sonidos, desde un susurro hasta un estruendo. Para ello, el oído transforma la energía sonora en señales eléctricas que el cerebro puede interpretar. Los oídos también ayudan a mantener el equilibrio.
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Estructura del oído
El oído: audición normal

El oído está dividido en tres partes. El oído externo incluye la parte que se ve (el pabellón auricular) y una estructura estrecha en forma de tubo: el conducto auditivo. Al final del conducto está el tímpano. Éste separa el oído externo del oído medio. El tímpano es una membrana muy tensa, parecida a la piel de un tambor.
El oído medio es un pequeño compartimento lleno de aire situado en el cráneo, entre el tímpano y el oído interno. En su interior se encuentran los tres huesos más pequeños del cuerpo, llamados martillo, yunque y estribo. Estos huesos están conectados entre sí. El último del grupo, el estribo, también está en contacto con el oído interno. El espacio aéreo del oído medio se conecta con la parte posterior de la nariz mediante la trompa de Eustaquio, un tubo estrecho que puede dejar entrar o salir aire del espacio. También puede permitir que infecciones como el resfriado común se propaguen de la garganta y la nariz a los oídos.
El oído interno consta de dos componentes: la cóclea y el sistema vestibular. La cóclea se encarga de la audición, mientras que el sistema vestibular contribuye al equilibrio.
Esquema del oído interno

La cóclea es una cámara en forma de caracol llena de líquido. Está recubierta de células sensoriales especiales, llamadas células ciliadas, que son sensibles al sonido. Las células ciliadas tienen diferentes longitudes y cada una responde a un tono de sonido concreto (el tono de un sonido es su nota musical). Estas células transforman las ondas sonoras en señales eléctricas que se envían desde la cóclea al área auditiva del cerebro a través del nervio coclear.
El sistema vestibular está formado por una red de conductos en bucle, tres en cada oído, llamados canales semicirculares. Estos conductos desembocan en una zona central llamada vestíbulo. El sistema vestibular detecta el movimiento a través de células sensoriales especiales que se activan al inclinar o mover la cabeza. El sistema vestibular es muy sensible a los pequeños movimientos de la cabeza. Si realizas movimientos grandes, rápidos o prolongados (por ejemplo, dar vueltas sobre ti mismo) pueden tardar un rato en "calmarse" después. Por eso puede parecer que la habitación sigue girando cuando dejamos de hacerlo. El sistema vestibular envía señales al nervio vestibular, que se une al nervio coclear y transporta señales eléctricas al cerebro.
¿Cómo se oye?
Las ondas sonoras se crean cuando el aire vibra. Para oír, el oído debe transformar el sonido en señales eléctricas que el cerebro pueda interpretar. La parte externa del oído (el pabellón auricular) canaliza las ondas sonoras hacia el conducto auditivo. Cuando las ondas sonoras llegan al tímpano, lo hacen vibrar. Las vibraciones del tímpano hacen que los huesecillos del oído medio también se muevan. El último de estos huesos, el estribo, transmite las vibraciones a la cóclea a través de otra membrana.
Cuando la cóclea recibe las vibraciones, el líquido de su interior se mueve. Al moverse, el líquido hace que las células sensoriales creen una señal eléctrica. Esta señal eléctrica se envía al cerebro. Unas zonas especiales del cerebro reciben estas señales y las traducen en lo que conocemos como sonido.
Los oídos crean señales eléctricas para representar una extraordinaria variedad de sonidos. Por ejemplo, la velocidad a la que vibra el tímpano varía con los distintos tipos de sonido. Con los sonidos graves, el tímpano vibra lentamente. Con los sonidos agudos, vibra más rápido. Esto significa que las células ciliadas especiales de la cóclea también vibran a distintas velocidades. Esto hace que se envíen diferentes señales al cerebro. Esta es una de las formas en que podemos distinguir entre una amplia gama de sonidos.
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¿Cómo mantiene el equilibrio?
El equilibrio no sólo lo mantiene el sistema vestibular, que se encuentra en los oídos, sino también los sistemas visual y sensorial (los ojos y lo que se siente físicamente, por ejemplo, bajo los pies). Si alguno de estos sistemas está dañado, puede sufrir mareos o pérdida del equilibrio.
El cerebro utiliza el sistema visual para orientarse en el entorno. El sistema vestibular detecta tanto el movimiento circular como el movimiento en línea recta. Esto incluye acciones cotidianas como parar, arrancar o girar. El sistema sensorial controla el movimiento y la tensión de nuestros músculos y articulaciones. También controla la posición del cuerpo con respecto al suelo. El cerebro recibe señales de todos estos sistemas y procesa la información recopilada para producir una sensación de estabilidad.
Los tubos y sacos del sistema vestibular están llenos de líquido. Cuando movemos la cabeza, este líquido también se mueve. El sistema vestibular también contiene células sensoriales especializadas. El movimiento del fluido hace que estas células sensoriales se doblen. Este cambio da lugar a una señal eléctrica que se transmite, a través de un nervio, al cerebro para su interpretación.
Una vez que el cerebro ha interpretado las señales como movimiento, controla los ojos para que sigan proporcionando información sobre su posición. El cerebro también envía señales a los músculos para que ayuden a mantener el equilibrio independientemente de la posición del cuerpo.
Si las señales enviadas al cerebro por el sistema vestibular no coinciden con las que envían los ojos y el sistema sensorial, pueden producirse mareos y cinetosis. Esto puede ocurrir, por ejemplo, si viajas en barco pero miras al barco en vez de al horizonte. Tus ojos ven que no te mueves con respecto al barco, pero tus oídos y tu cuerpo sienten que sí. Es la discrepancia entre ambos lo que provoca el mareo.
Algunos trastornos comunes del oído
La Dra. Mary Lowth es autora o autora original de este folleto.
Historia del artículo
La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.
18 Oct 2023 | Última versión

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