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Dispraxia

Trastorno del desarrollo de la coordinación

El trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC), también conocido como dispraxia, es una afección frecuente que afecta principalmente a la coordinación motora, es decir, a la forma en que el cuerpo organiza y realiza las tareas relacionadas con el movimiento. También puede afectar a otras actividades, como el habla. La dispraxia afecta tanto a niños como a adultos.

Dispraxia significa mala coordinación, pero el término "dispraxia" se utiliza mucho para describir la dispraxia del desarrollo en los niños. Los profesionales de la salud llaman ahora a este desarrollo trastorno de la coordinación, para distinguirlo de problemas similares (también llamados dispraxia) causados por otras afecciones médicas - por ejemplo, problemas de movimiento tras un traumatismo craneal o un ictus. No obstante, en este folleto utilizaremos el término común "dispraxia" para referirnos al TDC infantil.

Además, los profesionales sanitarios a veces se refieren a la dispraxia infantil como "trastorno específico del desarrollo de la función motora" (TEDMF).

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¿Qué es la dispraxia?

La dispraxia es un trastorno de la coordinación y el movimiento; afecta a actividades musculares complejas como la escritura a mano, el equilibrio, la habilidad con el balón y el baile.

La dispraxia es un trastorno del desarrollo, lo que significa que se desarrolla en la infancia. Los hitos motores, como la edad en que se empieza a andar, pueden retrasarse.

La dispraxia también puede afectar a otras actividades que implican la coordinación de la actividad muscular y cerebral, como hablar y organizar tareas complicadas. La dispraxia no afecta a la inteligencia, pero pone obstáculos adicionales a los niños durante sus años de educación, y a los adultos durante la enseñanza superior y en el lugar de trabajo.

Los niños con dispraxia tienen un desarrollo más lento de las habilidades motrices que los demás, por lo que algunas cosas les resultan más difíciles de aprender, pero con el apoyo adecuado estas habilidades pueden enseñarse.

¿Cuáles son las causas de la dispraxia?

No sabemos por qué algunas personas tienen dispraxia. Para cualquier capacidad humana existe una amplia gama de "normalidad", con una media; algunos son más o menos capaces que otros.

Esto significa que existe un amplio espectro de desarrollo de la coordinación motora, desde muy deficiente hasta muy bueno. Cuando este desarrollo está muy alterado, lo denominamos dispraxia, ya que somos conscientes de que representa un verdadero reto para su hijo.

Se han sugerido varias cosas que pueden aumentar el riesgo de dispraxia:

  • La dispraxia parece ser hereditaria, por lo que parece tener un componente genético: la forma en que está "hecho" su hijo. Esto sugiere que, en algunos niños, un desarrollo menos eficaz de los nervios motores puede ser algo preprogramado en sus genes.

  • Los bebés prematuros, sobre todo los de muy bajo peso al nacer, parecen tener mayor riesgo de dispraxia.

  • Hay pruebas de que la exposición a altos niveles de alcohol o a drogas ilegales durante el embarazo puede causar dispraxia.

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¿Es frecuente la dispraxia?

La dispraxia es un trastorno frecuente que afecta en mayor o menor grado al 10% de los niños del Reino Unido. Los niños parecen más propensos a padecerla que las niñas. Sin embargo, la discrepancia en el diagnóstico podría deberse a que las niñas son remitidas más tarde o a que no se detectan los síntomas en ellas, aunque todavía se están revisando las pruebas.

El diagnóstico de dispraxia no suele hacerse hasta que los niños alcanzan la edad de 4 ó 5 años. Esto se debe a que no existe una prueba sencilla para detectar la dispraxia y hasta esa edad la gama de afecciones que pueden causar síntomas similares es muy amplia. En particular, las variaciones naturales de la fuerza muscular de los niños pueden afectar a sus habilidades motrices.

Sin embargo, a algunos niños se les diagnostica mucho más tarde. La dispraxia es una afección muy común, pero es muy fácil pasarla por alto, ya que sus síntomas se solapan con los de muchas otras afecciones. Desgraciadamente, puede parecer una travesura o un aburrimiento, y los niños que no participan en clase debido a la dispraxia pueden volverse traviesos o aburridos, lo que oculta la verdadera causa. Siempre debemos conceder a los niños el "beneficio de la duda", pero para verlo hay que pensar en la dispraxia.

Dispraxia en adultos

Los niños con dispraxia pueden superar algunas de sus dificultades, pero es probable que otros elementos persistan en la edad adulta. Algunos adultos pueden no haber sido diagnosticados de niños, sobre todo porque en el pasado el conocimiento de enfermedades como la dispraxia era menor que ahora. Algunos adultos habrán elegido áreas de trabajo que aprovechan sus puntos fuertes.

La dispraxia también puede adquirirse más tarde en la vida a través de una lesión o enfermedad - por ejemplo, como resultado de un derrame cerebral o una lesión en la cabeza. Este tipo de dispraxia no se denomina DCD, ya que este término se refiere específicamente al trastorno del desarrollo, aunque puede causar síntomas similares.

Al final de este folleto encontrará una breve sección sobre la dispraxia en adultos. Sin embargo, el resto de este folleto trata de la dispraxia en los niños.

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Síntomas de la dispraxia

La dispraxia puede afectar a distintos niños de diferentes maneras y en distintos grados, variando de leve a grave. Los problemas pueden interferir en la capacidad del niño para participar y desenvolverse en las actividades cotidianas y las habilidades de la vida diaria, incluida la educación.

Síntomas de dispraxia en niños en edad preescolar

  • Retraso en alcanzar los hitos del desarrollo -por ejemplo, sentarse, levantarse, andar, ir al baño y hablar (aunque la mayoría de los niños que se retrasan en algunos hitos no tienen dispraxia).

  • Dificultades de alimentación y sueño en la primera infancia.

  • Falta de interés por los juguetes de construcción como Lego® y los juguetes para apilar.

  • Puede que no sean capaces de correr, saltar o coger una pelota cuando sus compañeros sí pueden hacerlo.

  • Muchos tienen problemas para subir y bajar escaleras.

  • No hace amigos fácilmente; puede preferir la compañía de adultos.

  • Inquietud.

  • Siempre cayéndose.

  • Puede que no le gusten los alimentos sólidos que hay que masticar.

  • Comprende poco conceptos como "en", "sobre", "delante de", etc.

  • Pobre para vestirse.

  • Torpeza": no se le da bien coger cosas pequeñas; tiende a romper juguetes pequeños.

  • Lento y vacilante en la mayoría de las acciones; tiende a tropezar.

  • Parece no ser capaz de aprender nada instintivamente, sino que hay que enseñarle habilidades.

  • Poca habilidad con el lápiz: dibujar, sujetar el lápiz.

  • No puede hacer rompecabezas ni juegos de clasificación de formas.

  • Los dibujos parecen muy inmaduros en comparación con los de otros niños.

  • Puede parecer que se distrae con facilidad.

  • El tono muscular puede ser elevado (los músculos parecen duros o tensos).

  • El tono muscular puede ser bajo (el bebé puede parecer flácido cuando se le coge en brazos).

  • Retraso en el desarrollo del lenguaje o problemas con el habla. Por ejemplo, el habla es extraña e incoherente, por lo que resulta difícil entenderla.

Síntomas de dispraxia en niños en edad escolar

  • Pueden persistir problemas similares a los anteriores.

  • Tener dificultades en situaciones de grupo.

  • Tiene problemas con las matemáticas y la escritura.

  • Tengo problemas para copiar cosas de la pizarra en la escuela.

  • Parecer desorganizado.

  • Tener poca capacidad de concentración y de escucha.

  • Parece incapaz de seguir instrucciones.

  • Evitar la educación física y los juegos.

  • Sentirse enfadado, molesto o frustrado consigo mismo.

Síntomas en adultos

Los síntomas de la dispraxia en adultos son muy variables. Pueden incluir los siguientes problemas con las habilidades motoras:

  • Las personas con dispraxia pueden ser torpes y menos capaces que la media en tareas motrices, como los deportes que requieren el uso de una pelota u otras habilidades de coordinación.

  • Pueden tener falta de ritmo al bailar e intentar evitarlo.

  • Pueden ser deficientes en tareas que requieran destrezas finas, como labores de aguja, manualidades e instrumentos musicales. La escritura a mano puede ser deficiente y mecanografiar puede resultar difícil.

  • Tareas como vestirse, sobre todo cuando hay que abrocharse los botones o atarse los cordones de los zapatos, pueden resultar difíciles y lentas.

  • La mala postura y la fatiga muscular son síntomas comunes, que pueden mejorar con fisioterapia y ejercicio dirigido para mejorar el tono muscular.

¿Por qué es importante la dispraxia?

La dispraxia afecta al aprendizaje; tanto los niños como los adultos pueden desanimarse si no reciben el apoyo que necesitan para aprender eficazmente.

Muchos niños con dispraxia desarrollan una baja autoestima, sobre todo si se les dice que "sean menos torpes" o que "se esfuercen más". Algunos abandonan las cosas que les resultan difíciles, perdiendo así la oportunidad de desarrollarse y mejorar. Puede que no practiquen deporte, lo que puede afectar a su forma física y su salud, además de excluirles de la oportunidad de aprender formando parte de un equipo.

Hay ayuda disponible para la dispraxia; cuanto antes la encuentre, más posibilidades tendrá su hijo de superar estas dificultades.

¿Cómo afecta la dispraxia a la vida cotidiana?

La dispraxia puede afectar a las habilidades de la vida diaria de muchas maneras, tanto por las dificultades motrices como por las dificultades de organización. Los niños pueden tener problemas para cuidar de sí mismos, organizarse y organizar sus pertenencias y relacionarse con grupos de otros niños.

También pueden tener problemas para organizar sus pensamientos, lo que afecta a tareas mentales organizadas como las matemáticas mentales, el aprendizaje de nuevas habilidades, el aprendizaje de material para exámenes y la planificación de horarios.

La dispraxia puede causar dificultades sociales y emocionales, así como problemas de autoorganización.

¿Qué es la dispraxia verbal o del habla?

La dispraxia verbal (a veces llamada dispraxia oromotora) es un problema de articulación (formación) de las palabras que puede dificultar la comprensión del habla de su hijo. La dispraxia verbal puede presentarse sola o junto con la dispraxia motora. A veces se denomina "trastorno del sonido del habla".

Los niños con dispraxia verbal suelen utilizar una gama limitada de palabras y sonidos. Pueden cometer errores de pronunciación inusuales y a veces dejar espacios entre sílabas de las palabras. Puede que no sean capaces de pronunciar todas las consonantes y vocales, y que su habla suene diferente (en lugar de menos madura) a la de otros niños de su edad.

Algunos niños con dispraxia verbal también tienen dificultades para coordinar la lengua y los labios al comer, lo que puede hacer que coman de forma "desordenada".

La dispraxia verbal es poco frecuente en los niños pequeños, en comparación con los trastornos funcionales del habla. En estos casos, los niños "aprenden mal" la forma de decir una palabra, porque les resulta mucho más fácil, como decir "f" en lugar de "th" o decir "w" en lugar de "r".

Tipos de dispraxia

Algunos profesionales de la salud dividen la dispraxia en distintos "tipos" descriptivos, en función de los problemas que más afecten a su hijo. Es posible que oiga hablar de algunos de los "tipos" más comunes:

  • Dispraxia verbal (oromotora).

  • Dispraxia de construcción: tiene que ver con las relaciones espaciales.

  • Dispraxia ideatoria: afecta a la capacidad de realizar movimientos coordinados en una secuencia.

  • Dispraxia ideomotora: afecta a la organización de tareas de un solo paso.

Estas diferentes presentaciones son todas parte de la misma condición, pero centrarse en las áreas de dificultad puede ser útil para los terapeutas que tratan de encontrar las mejores estrategias para ayudar.

¿Cómo se diagnostica la dispraxia?

Si le preocupa que su hijo pueda tener dispraxia, debería hablar de ello con su visitador médico o su médico de cabecera, así como con el profesor de su hijo. Dependiendo de las vías existentes en su zona, la derivación puede hacerse a través del médico de cabecera o a través de la escuela o guardería, y puede ser a un pediatra o a un Centro de Desarrollo Infantil.

La dispraxia suele diagnosticarse tras la evaluación de su hijo por uno o varios profesionales sanitarios, como un pediatra, un fisioterapeuta, un logopeda, un terapeuta ocupacional y un psicólogo.

Observarán a su hijo y se fijarán en su capacidad para realizar actividades cotidianas y jugar. Pueden pedirle que realice determinadas tareas, según su edad, como lanzar o dar patadas a una pelota, dibujar, atarse los cordones de los zapatos, quitarse y ponerse el abrigo, etc. También pueden hacerle preguntas sobre el desarrollo y las capacidades de su hijo.

Durante el proceso de diagnóstico, los profesionales sanitarios tendrán en cuenta otras posibles causas de síntomas similares, incluidas las diversas afecciones que pueden solaparse o coexistir con la dispraxia. Estas afecciones se tratan a continuación.

Si cree que tiene dispraxia no diagnosticada, no suele ser posible realizar esta evaluación en el SNS en adultos. Si todavía está estudiando, es posible que su colegio o universidad pueda organizarla; de lo contrario, normalmente tendrá que contratar una evaluación privada.

¿Cuál es el tratamiento de la dispraxia?

El tratamiento de la dispraxia se basa en ayudar a los niños a aprender las habilidades que necesitan, a menudo dividiendo las actividades complejas en otras más sencillas. El principio del tratamiento es que la práctica repetida ayuda al cerebro a establecer conexiones nerviosas nuevas y eficaces.

Sabemos que la mayoría de las tareas que el ser humano puede aprender, incluidas las físicas y mentales, pueden mejorarse con la práctica adecuada. Algunas personas hablan de la "regla de las diez mil horas", que sugiere que podemos convertirnos en expertos en cualquier cosa que hayamos practicado durante diez mil horas.

Un diagnóstico precoz puede ayudar a los niños a abordar y gestionar sus dificultades y reducir el impacto de la enfermedad, ayudándoles a ponerse al nivel de sus compañeros.

En el tratamiento suelen participar una o varias personas del mismo equipo de profesionales sanitarios que participaron en el diagnóstico de la dispraxia. Por ejemplo:

  • Un terapeuta ocupacional puede ayudar a su hijo en las actividades cotidianas de casa y del colegio, como comer, vestirse y coger un bolígrafo o un lápiz para escribir.

  • Un fisioterapeuta puede ayudar con las habilidades motoras.

  • Un logopeda puede ayudarles con el habla y la comunicación (véase más abajo).

  • Un psicopedagogo puede ayudarle si su hijo tiene dificultades para progresar en la escuela.

  • Uno de los enfoques terapéuticos es el "basado en tareas", denominado entrenamiento motor perceptivo. Consiste en darle a tu hijo una serie de tareas diferentes para que las practique.

  • Aprender un instrumento musical puede resultar especialmente difícil para los niños con dispraxia, pero puede que por eso a veces resulte eficaz (ya que implica practicar repetidamente en una situación en la que está permitido hacerlo mal y cometer errores). Aprender a tocar el piano o la guitarra, por ejemplo, no sólo puede interesar al niño, sino que también desarrolla sus capacidades motoras, de coordinación y de memoria.

Sea cual sea el tratamiento que le ofrezcan a su hijo, es importante que le anime a practicar, ya que aprenderá a base de repetir. No existen medicamentos, escáneres ni análisis de sangre que puedan ayudar con la dispraxia, aunque algunas empresas los ofrecen a la venta. Hay que aconsejar a los pacientes y a sus padres que los eviten.

Los niños con dispraxia también se benefician de ayuda adicional en la escuela, donde es importante que se les anime a hacer las cosas que les resultan difíciles, en lugar de permitirles que las eviten.

A continuación encontrará información sobre lo que usted y la escuela de su hijo pueden hacer para ayudar.

¿Cuál es el tratamiento de la dispraxia verbal?

La dispraxia verbal es tratada por logopedas. El tratamiento y los progresos suelen ser bastante lentos. Algunos niños necesitan aprender a hacer signos para comunicarse con menos frustración.

La mayoría de los niños mejoran si reciben la ayuda adecuada. Esto suele implicar sesiones individuales con un terapeuta, junto con ejercicios que usted le dará para que practique con su hijo. Al igual que ocurre con la creación de conexiones motoras en el cerebro, es probable que sea la repetición de tareas lo que ayude a los niños a crear las conexiones que necesitan para mejorar su capacidad de hablar.

¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo con dispraxia?

Lo mejor que puedes hacer es animar a tu hijo, dándote cuenta de que cosas que tú crees que son fáciles de aprender pueden ser mucho más difíciles.

  • Puedes ayudarle a procesar y organizar las tareas dividiéndolas en una serie (por ejemplo, vestirse es una serie de tareas que hay que aprender de una en una). Ensaya y practica las cosas e intenta establecer un sentido de la rutina para que tu hijo empiece a darse cuenta del orden en que debe hacer las cosas (la ropa interior primero, por ejemplo).

  • Ayude a los niños pequeños a mejorar su memoria y organización preguntándoles detalladamente sobre su día. Ensaye el orden de las rutinas diarias, como vestirse y desayunar.

  • Puedes ayudar a tu hijo a planificarse llevando un calendario familiar, haciendo listas y ayudándole a guardar sus cosas de forma ordenada. Etiquetar sus cajones y armarios puede ayudarles a organizarse.

  • Ayúdales a practicar las cosas que les resultan difíciles. Utiliza el tiempo libre para actividades físicas, como los parques infantiles y los juegos de pelota en familia. Fomenta los pequeños avances. La coordinación mano-ojo puede mejorar, por ejemplo, con una raqueta pequeña. Busca juguetes que atraigan a tu hijo y que puedan ayudarle a utilizar las manos... y ayúdale en su juego.

  • Algunos niños con dispraxia se aficionan a los instrumentos musicales y, como les gusta la música, practican para mejorar la motricidad y la memoria. Esto no es para todos, pero para algunos niños puede ser muy útil.

  • Lo más importante que puedes hacer es persuadir a tu hijo, de forma positiva y optimista, para que siga intentando aprender las cosas que le resultan difíciles, y ayudarle a ver las pequeñas mejoras que conseguirá. No mejorarán en las cosas en las que se rindan, pero mejorarán en las cosas en las que no se rindan. Escribe a

¿Puede empeorar la dispraxia con la edad?

La dispraxia no es una enfermedad y no empeora como ocurre con otras. Sin embargo, como puede afectar a los niños de distintas maneras en distintas etapas de su vida, puede tener más impacto en unas etapas que en otras. Esto se debe a que la forma en que afecta a los niños depende en parte de los retos a los que se enfrentan y de las exigencias que se les plantean.

¿Qué falla en la dispraxia?

Se cree que la dispraxia es un problema en la forma en que se desarrollan las conexiones entre algunas de las vías nerviosas del cerebro. Estas conexiones no están todas presentes al nacer, sino que se desarrollan a medida que aprendemos a hacer cosas de niños (lo que a veces se denomina "plasticidad" cerebral, o capacidad del cerebro para organizarse en función de las tareas que se le encomiendan).

El proceso de aprendizaje de tareas como caminar, saltar o tocar un instrumento depende de que realicemos la actividad repetida y de que nuestros nervios aprendan a establecer las conexiones que requiere la actividad. Se forman nuevas conexiones a medida que aprendemos las actividades, y estas conexiones se hacen más permanentes y eficaces a medida que repetimos esas actividades.

Por ejemplo, la formación de un conjunto de conexiones nerviosas para aprender a saltar sobre un pie, implica:

  1. Practicar la actividad (en este caso, saltar sobre un pie).

  2. Entrada de los sentidos: por ejemplo, el sentido del tacto, el equilibrio y la visión. Esta información llega a través de unos nervios "sensitivos" llamados neuronas sensoriales.

  3. La integración de esta información en el cerebro, para comprender lo que está sucediendo.

  4. Planificación cerebral de un movimiento en respuesta.

  5. Paso de instrucciones del cerebro a los músculos a través de nervios denominados motoneuronas.

  6. Acción de respuesta de los músculos.

Nuestra capacidad para aprender nuevas tareas (y para formar nuevas conexiones) es mayor en la infancia; sin embargo, en los niños con dispraxia, se cree que el quinto paso de este proceso, que implica las conexiones con las neuronas motoras, se desarrolla a un ritmo más lento.

Procesos similares intervienen en el aprendizaje de tareas mentales, como aprender las tablas de multiplicar o los diálogos de una obra de teatro.

¿Qué tipo de cosas ayudan a los niños con dispraxia en la escuela?

La dispraxia puede causar problemas de aprendizaje en clase que pueden afectar al progreso de su hijo y también a su autoestima. Los profesores pueden pensar que un niño con dispraxia no se esfuerza lo suficiente o permitirle que no participe en deportes de equipo o en clases extraescolares.

La dispraxia suele afectar a la escritura, la lectura y la ortografía, por lo que su hijo puede necesitar más tiempo para procesar nuevas tareas. Un enfoque paso a paso puede ser útil. Los folletos para apoyar lo que se ha enseñado en clase y las rúbricas escritas en pizarras blancas pueden ayudar.

Por otra parte, uno de los efectos desafortunados de la dispraxia puede ser que, como los niños no parecen ser 'buenos' en cosas como el deporte, o el arte, o la fabricación de cosas, no se les elige para esas funciones y por eso las practican menos. La brecha entre ellos y los niños que son "buenos" en el deporte se hace mayor, y la naturaleza competitiva de los equipos escolares tiende a fomentar esto. Intente que su hijo siga practicando deporte. Es importante que las escuelas incluyan a todo el mundo y fomenten una competición sana. Esto puede significar tener varios equipos y ser muy organizado, pero es un problema de la escuela, no de su hijo.

Los profesores que saben que su hijo padece dispraxia tienen más probabilidades de comprenderlo y ofrecerle ayuda si parece que no se está implicando en las clases. A continuación se exponen algunas estrategias que pueden ser útiles en distintas etapas:

Primeros años escolares

  • Proporcione tablas de equilibrio o de tambalearse, caminar sobre la línea y lanzamientos cuerpo a cuerpo utilizando bolsas de frijoles o globos llenos de agua.

  • Practicar la formación multisensorial de las letras: por ejemplo, letras de papel de lija y escritura en el cielo. Utilizar mordazas para lápices.

  • Suministre horarios, agendas diarias e instrucciones para actividades específicas en tarjetas con dibujos secuenciados.

  • Algunos niños encontrarán en los materiales grabados una ayuda útil para el aprendizaje.

  • Haz una lista de normas de clase a las que contribuyan tus alumnos. Esto puede ayudar a todos los alumnos con las habilidades sociales.

  • Ofrecer apoyo en tareas que requieran habilidades motoras finas.

  • La repetición (a veces llamada sobreaprendizaje) es crucial para los niños con dispraxia.

  • A los niños con dispraxia les puede resultar más fácil escribir con lápices y bolígrafos de punta ancha o con utensilios de escritura con empuñadura de goma. El papel cuadriculado y el rayado pueden ayudar a colocar y espaciar las letras.

  • Los niños con dispraxia deben sentarse en la parte delantera de la clase, ya que se distraerán menos y tendrán una mayor sensación de interacción individual con el profesor.

  • Repetición, retroalimentación positiva y estímulo.

Años escolares posteriores

  • Todos los anteriores

  • Hay que practicar la escritura, pero a algunos niños con dispraxia les cuesta escribir a mano y esto puede entorpecer el aprendizaje en clase. Puede ser útil poner a los niños en parejas con compañeros que tomen apuntes o dar a la clase folletos. De este modo, el niño puede dedicarse a la lección sin preocuparse de escribirla.

  • La mecanografía táctil puede ser muy útil para los niños con dispraxia. Cuanto antes lo aprendan, antes se beneficiarán. Los cursos para niños, como el curso TTRS, están diseñados para ayudar a los niños con dificultades de aprendizaje.

  • Ofrecer plazos amplios y flexibles para los deberes.

  • Hay que insistir en las instrucciones paso a paso. Esto ayudará a todos los niños. El uso de listas de control para tareas complejas facilitará la organización.

  • Introducir a los niños en las técnicas de planificación escrita, como las viñetas y los títulos de los párrafos.

  • Fomentar la pertenencia a equipos y la participación en el deporte.

  • Repetición, retroalimentación positiva y estímulo.

La Dyspraxia Foundation (véase más abajo la sección Lecturas complementarias) ofrece hojas informativas y páginas de orientación para las aulas sobre la mejor manera de ayudar a los niños con dispraxia. Lo que funcione para su hijo dependerá de cómo le afecte exactamente su dispraxia.

¿Hay algo bueno en la dispraxia?

Es muy fácil que un artículo sobre la dispraxia hable de "anomalías" y de cosas que parecen hacer que su hijo sea menos capaz. Los niños son mucho más complicados e inteligentes de lo que sugiere una "etiqueta" como la dispraxia.

La dispraxia plantea enormes retos a los niños, pero aprender a superar los desafíos puede darles ventajas que otros niños no siempre tienen, porque si uno no tiene que esforzarse tanto, puede que nunca aprenda a perseverar.

Los niños con dispraxia aprenden a compensar algunas de las cosas que les resultan difíciles. Suelen ser solucionadores de problemas "holísticos" que aprenden a pensar de forma creativa porque se ven obligados a encontrar un camino. Aprender ciertas habilidades puede llevarles más tiempo pero, si se les anima y ayuda en el camino, pueden aprender una perseverancia y un compromiso con las tareas que los niños más "afortunados" con sus capacidades nunca aprenden. Algunos de los "atajos" que pueden ayudarles en la escuela, como aprender a escribir al tacto (de modo que si se les permite utilizar un ordenador portátil en los exámenes superen las dificultades para escribir a mano) pueden ser de gran ayuda más adelante en la vida.

La dispraxia no afecta a la inteligencia. Sin embargo, las tareas de memoria, como aprender las líneas o las "tablas de multiplicar", pueden llevar más tiempo. Pero una vez aprendidas, lo son tanto como en un niño que no haya tenido que esforzarse tanto. Los niños con dispraxia tienen el mismo potencial que los demás, sólo que pueden tardar más en conseguirlo.

¿Cuál es la diferencia entre dispraxia y dislexia?

La dislexia y la dispraxia son las dos dificultades específicas de aprendizaje más comunes. A menudo van juntas, y algunos estudios sugieren que hasta la mitad de los niños con dislexia tienen también dispraxia. Ambas afecciones son probablemente igual de frecuentes y existe cierto solapamiento entre los síntomas, sobre todo en el caso de la dispraxia verbal.

La dislexia afecta sobre todo al desarrollo de la lectoescritura y de las capacidades relacionadas con el lenguaje. Las personas con dislexia pueden tener dificultades para procesar algunos sonidos y realizar tareas lingüísticas "rutinarias" como la decodificación de la lectura. Al igual que la dispraxia, la dislexia puede afectar a la autoestima de los niños y a su rendimiento escolar.

¿Qué más podría causar los síntomas de la dispraxia?

Hay otras afecciones que pueden causar torpeza y falta de coordinación en la infancia. Si usted u otras personas creen que su hijo puede tener dispraxia, es importante que usted y los médicos tengan en cuenta estas posibilidades. Entre ellas se incluyen afecciones comunes como trastornos visuales o auditivos, así como algunas afecciones más raras:

¿Qué perspectivas tienen los niños con dispraxia?

La dispraxia no tiene cura, pero puede mejorar a medida que el niño crece y se adapta. El diagnóstico y el tratamiento precoces de la dispraxia son muy importantes. El cerebro cambia y se desarrolla rápidamente durante los primeros años de vida del niño. Es entonces cuando se establecen nuevas conexiones en el cerebro y el sistema nervioso y el niño empieza a desarrollar nuevas destrezas y habilidades.

Si la dispraxia se diagnostica y trata lo antes posible en la vida del niño, tendrá más posibilidades de mejorar. Es muy importante trabajar la confianza del niño en sí mismo, sus sentimientos de pertenencia y ayudarle a participar en las actividades cotidianas.

Algunos niños con dispraxia seguirán teniendo dificultades de coordinación, organización y aprendizaje en la edad adulta. Otros niños, sobre todo si su dispraxia era menos grave, mejorarán a medida que maduren y aprendan (y se les enseñe) a superar sus dificultades.

Esto puede deberse en parte a que han trabajado sus habilidades motrices mediante la práctica, y también puede deberse a que permitirles, como adultos, elegir papeles que jueguen con sus puntos fuertes les permite adaptarse para gestionar su dispraxia.

¿Dónde puedo encontrar más información y apoyo sobre la gestión de la dispraxia?

Hay varias organizaciones que ofrecen ayuda y apoyo. En el Reino Unido, Dyspraxia UK ofrece hojas informativas para niños, adolescentes y adultos, así como asesoramiento y apoyo a los afectados y sus familias. En Estados Unidos, la Dyspraxia Foundation ofrece apoyo y asesoramiento similares. Consulte la sección Lecturas complementarias.

Condiciones vinculadas

La Dra. Mary Lowth es autora o autora original de este folleto.

Lecturas complementarias y referencias

  • Smits-Engelsman BC, Blank R, van der Kaay AC, et al.Eficacia de las intervenciones para mejorar el rendimiento motor en niños con trastorno del desarrollo de la coordinación: una revisión sistemática combinada y meta-análisis. Dev Med Child Neurol. 2013 Mar;55(3):229-37. doi: 10.1111/dmcn.12008. Epub 2012 Oct 29.
  • Criterios de diagnóstico (dispraxia)DyspraxiaUK.com
  • Fundación contra la Dispraxia
  • Dispraxia Reino Unido
  • Morgan AT, Murray E, Liegeois FJIntervenciones para la apraxia del habla infantil (Revisión Cochrane traducida). Cochrane Database Syst Rev. 2018 May 30;5:CD006278. doi: 10.1002/14651858.CD006278.pub3.
  • Harris SR, Mickelson ECR, Zwicker JGDiagnóstico y tratamiento del trastorno del desarrollo de la coordinación. CMAJ. 2015 Jun 16;187(9):659-665. doi: 10.1503/cmaj.140994. Epub 25 de mayo de 2015.

Historia del artículo

La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.

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