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Medios de comunicación

Estigma del VIH y representaciones en los medios de comunicación

40 años después del inicio de la pandemia del VIH, los avances médicos en la prevención y el tratamiento del VIH son espectaculares y salvan vidas. Por desgracia, estos avances no van acompañados de cambios de actitud, y el estigma y la discriminación por el VIH siguen arraigados en nuestra cultura. Los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental a la hora de dar forma a discursos peligrosos, representando a menudo a las personas que viven con el VIH como irresponsables y poco saludables.

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Estigma del VIH

"El VIH (virus de inmunodeficiencia humana) sigue siendo una de las enfermedades más estigmatizadas", afirma Matthew Hodson, director ejecutivo de NAM aidsmap.

"La ignorancia y el miedo que se aferran a este virus hacen que, para muchas personas que viven con el VIH, el estigma al que nos enfrentamos sea ahora el mayor reto. Las actitudes hacia las personas que viven con el VIH no han progresado tan rápida ni positivamente como lo ha hecho nuestro tratamiento médico."

El estigma del VIH describe las actitudes negativas hacia las personas que viven con el VIH. Históricamente, el estigma del VIH se ha asociado a enfermedades poco conocidas e intratables, cuyas víctimas son desacreditadas y discriminadas.

"El estigma del VIH suele derivarse de la falta de información sobre el virus, o de juicios morales sobre cómo alguien ha contraído el VIH", explica Ian Green, director general de Terrence Higgins Trust (THT). "El estigma se manifiesta de diferentes maneras, puede ser el rechazo de una pareja si descubres que vive con el VIH, el impacto en la salud mental de vivir con el VIH o tener miedo a hacerse la prueba del VIH".

Aunque el VIH sea ahora tratable y relativamente fácil de manejar en los países más ricos, el estigma del VIH se ha mantenido, provocando reacciones negativas en el público y afectando a la salud mental de muchas personas que viven con el VIH.

Estigma y discriminación por el VIH en los medios de comunicación

"Las representaciones del VIH en los medios de comunicación son importantes: quienes vivieron la década de 1980 nunca olvidarán los titulares y las campañas sanitarias diseñadas para infundir miedo al público en general", afirma Green. "Los efectos de estas representaciones negativas siguen sintiéndose hoy en día".

Las investigaciones han revelado que el poder discursivo de los medios de comunicación "tiene el potencial de convertir en 'otras' a las personas que viven con el VIH y generar estigma al invocar una dinámica de culpa y vergüenza"1.

Lamentablemente, la ignorancia y la desinformación en torno al VIH en los medios de comunicación contribuyen al estigma del VIH. Parece que los avances en la prevención y el tratamiento del VIH no han conseguido la amplia difusión que merecen.

Según una encuesta realizada en 2021 a 3.000 personas2:

  • Sólo el 16% sabía que un tratamiento eficaz del VIH impide su transmisión.

  • Sólo el 25% sabía que existe medicación para evitar que alguien contraiga el VIH (conocida como PrEP, o profilaxis preexposición).

La relación entre el estigma del VIH y el estigma sexual también desempeña un papel muy importante, sobre todo en grupos vulnerables clave, como los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y las personas transexuales.

La encuesta reveló que la mayoría de los participantes tenían actitudes negativas hacia las personas seropositivas:

  • Sólo un tercio estaba totalmente de acuerdo en que siente simpatía por todas las personas que viven con el VIH, independientemente de cómo lo hayan contraído.

  • Sólo un tercio afirmó que no afectaría negativamente a su relación con un familiar si éste le dijera que vive con el VIH.

En el peor de los casos, las actitudes negativas provocadas por el estigma del VIH pueden incitar al acoso y la violencia. En el Reino Unido, más del 50% de las mujeres seropositivas sufren violencia debido a su estado serológico. Incluso cuando el estigma del VIH promulgado no se lleva tan lejos, el estigma culturalmente arraigado, tal como se representa en los medios de comunicación dominantes, puede tener un impacto enormemente negativo en la salud mental de una persona.

Asunción de riesgos e imprudencia

Muchas narrativas de los medios de comunicación implican que las personas que contraen el VIH son culpables de alguna manera porque participan en actividades de alto riesgo. Un estudio de 103 periódicos irlandeses entre 2006 y 2016 reveló que casi la mitad de ellos hacían alguna referencia al riesgo y que "las personas que viven con el VIH o están afectadas por el virus se presentaban con frecuencia como somáticas y moralmente deficientes a través de discursos sobre el riesgo y la responsabilidad"1.

En realidad, en la actualidad el riesgo se ha reducido considerablemente y existen muchas formas de que los grupos vulnerables clave eviten las actividades de alto riesgo. En cuanto a las relaciones sexuales, además de los métodos habituales de sexo seguro, como el preservativo, la PrEP -un tratamiento diario con antirretrovíricos- puede proteger del VIH a las personas seronegativas.

A pesar de la eficacia de la PPrE para prevenir la propagación del virus, el estigma de la PPrE ha prevalecido en los medios de comunicación en los últimos años. Las investigaciones muestran que muchas personas creen que la PrEP hace que la gente tenga más "sexo de riesgo" porque no tienen que elegir a sus parejas sexuales con tanto cuidado3. En un estudio realizado en 2019 en los medios de comunicación canadienses, se observó que prevalecía la incertidumbre con respecto a la PPrE y las actitudes negativas hacia la responsabilidad sexual4.

Asociar la PPrE con la irresponsabilidad sexual es contradictorio. Como es ilógico, los expertos sostienen que el estigma de la PPrE es, en el fondo, un estigma sexual: "Una incomodidad consciente o inconsciente ante la idea de una expresión sexual libre de la amenaza de la infección por el VIH".3

Una condición malsana y fatal

El estudio de los medios de comunicación irlandeses también reveló que las personas seropositivas solían ser calificadas como "el otro malsano", independientemente de su estado de salud real. Además, muchas descripciones eran anticuadas e inexactas, sin tener en cuenta los avances médicos que han cambiado drásticamente lo que significa tener un diagnóstico seropositivo desde la era del sida de los años ochenta.

"Cuando la gente piensa en el VIH, las imágenes que le vienen a la mente todavía suelen ser anticuadas, de enfermedad y muerte", afirma Hodson. "Las campañas basadas en el miedo de los años ochenta proyectan una larga sombra. Aún persisten incluso entre quienes no vivían en aquella época. La asociación del VIH con el sida y la muerte prevalece a pesar de que desde 1996 podemos tratar y controlar este virus e impedir su transmisión con medicación."

Estos medicamentos para el tratamiento del VIH, conocidos como fármacos antirretrovirales, permiten ahora a las personas llevar una vida larga y sana. Con un tratamiento eficaz, muy pocas personas desarrollan el sida, y las tasas de mortalidad por sida se han reducido drásticamente.

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El impacto de la vergüenza

Como consecuencia del estigma del VIH, muchas personas seropositivas experimentan vergüenza y padecen graves problemas de salud mental. De hecho, según el Terence Higgins Trust, la depresión es dos veces más frecuente entre las personas seropositivas5.

La vergüenza puede tener un impacto enormemente negativo en la vida y las relaciones de las personas. "Muchas personas seropositivas no se lo han dicho a sus familias ni a sus compañeros de trabajo, y algunas siguen sin poder ser sinceras con las personas con las que mantienen relaciones sexuales", añade Hodson.

Los expertos han identificado 5 formas en las que la vergüenza puede repercutir negativamente en los intentos de luchar contra la pandemia del VIH:

  1. La vergüenza puede impedir que una persona revele su historia sexual al clínico.

  2. La vergüenza puede hacer que una persona seropositiva no se comprometa con la atención sanitaria.

  3. La vergüenza puede impedir que una persona se someta a las pruebas de ITS y VIH.

  4. La vergüenza puede impedir que una persona revele su estado serológico respecto al VIH (o las ITS) a nuevas parejas sexuales.

  5. La vergüenza puede causar daños psicológicos y hacer que vivir con el VIH sea una experiencia mucho más negativa de lo necesario.

Estigma del VIH y asistencia sanitaria

Los efectos del estigma del VIH no pueden subestimarse. Una encuesta realizada en 2022 reveló que el estigma del VIH persiste en los entornos sanitarios europeos6. Entre las prácticas estigmatizadoras se incluyen:

  • El uso excesivo de equipos de protección individual (EPI).

  • Retrasos en la prestación de asistencia.

  • Derivación innecesaria de personas seropositivas a servicios especializados para acceder a la atención.

Estas experiencias no sólo pueden afectar a la calidad de la asistencia, sino que el estigma del VIH también disuade a las personas de buscar diagnóstico y tratamiento. De hecho, el 31% de las mujeres seropositivas admitieron evitar o retrasar la asistencia sanitaria por miedo a la discriminación7.

"El propio estigma del VIH crea barreras a las pruebas del VIH, y estas pruebas son vitales para garantizar que las personas puedan acceder al tratamiento, que no sólo salva vidas sino que evita la transmisión a nuestras parejas sexuales", explica Hodson.

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¿Cómo se enfrenta al estigma del VIH?

Aunque el VIH sigue estando estigmatizado, en el Reino Unido las personas seropositivas pueden acceder a servicios de salud mental. Muchas clínicas cuentan con psicólogos especializados en salud sexual que pueden ofrecer a las personas herramientas para hacer frente al estigma y superar los sentimientos de vergüenza.

Green sostiene que para superar el estigma del VIH en los medios de comunicación: "Las representaciones positivas en los medios de comunicación son increíblemente influyentes. Por eso en Terrence Higgins Trust trabajamos incansablemente para amplificar las voces de las personas que viven con el VIH, para mostrar lo mucho que ha cambiado el virus".

"Todos podemos aportar nuestro granito de arena a la lucha contra el VIH gritando los progresos que hemos hecho desde los primeros días de la epidemia", añade.

Hodson también cree que "cuantos más seamos los que hablamos abiertamente de vivir con el VIH, los que estamos dispuestos a responder preguntas, abordar preocupaciones y cuestionar mitos, prejuicios e información obsoleta, mejor será para todas las personas que viven con el VIH".

Para saber más

  1. Vaughan et al: La construcción discursiva del estigma del VIH en la prensa irlandesa.

  2. National AIDS Trust: VIH: conocimiento público y estigma.

  3. Eaton et al: Estigma y creencias conspirativas relacionadas con la profilaxis preexposición (PPrE) e interés en el uso de la PPrE entre hombres negros y blancos y mujeres transexuales que tienen relaciones sexuales con hombres.

  4. Card et al: Stigma, the media, and Pre-exposure Prophylaxis for HIV prevention (Estigma, medios de comunicación y profilaxis preexposición para la prevención del VIH).

  5. Terrence Higgins Trust: Depresión.

  6. NAM aidsmap: El estigma y la discriminación de las personas con VIH siguen siendo un problema tan grave como siempre.

  7. Terrence Higgins Trust: Mujeres y VIH: ya no somos invisibles.

Historia del artículo

La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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