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Piercing infectado

Cómo tratar un piercing infectado

Todos los piercings tardan en cicatrizar. ¿Cómo distinguir los signos normales de irritación temporal de los de infección? Y si tienes una infección, ¿qué debes hacer?

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Los piercings son heridas abiertas

Los piercings pueden ser una forma divertida de expresar tu estilo y hacer una declaración de intenciones, pero no dejes que la estética te distraiga del cuidado personal: un piercing reciente es básicamente una herida abierta.

Estas heridas pueden tardar distintos tiempos en curarse por completo, dependiendo de la parte del cuerpo en la que se encuentren. Por ejemplo:

  • Piercings en el lóbulo de la oreja: suelen tardar entre 6 y 8 semanas en cicatrizar.

  • Los piercings en el cartílago de la oreja tardan bastante más, porque el tejido cartilaginoso es mucho más duro. Hay muchos tipos de piercings de cartílago, como los piercings en hélix, que se curan en 3-6 meses, y los piercings en el daith y el tragus, que pueden durar hasta 12 meses.

  • Piercings en la nariz: suelen tardar de 2 a 4 meses en cicatrizar.

  • Piercings en el pezón: suelen tardar entre 6 semanas y 6 meses en cicatrizar.

  • Piercings en la lengua: suelen tardar entre 4 y 6 meses en cicatrizar.

  • Piercings en el ombligo: suelen tardar entre 9 y 12 meses en cicatrizar. También son los que corren más riesgo de infección.

Antes de que los piercings hayan cicatrizado por completo, existen varias vías por las que las bacterias pueden penetrar y provocar una infección.

  • Perforar el cuerpo con instrumentos no esterilizados.

  • Tocar los piercings con las manos sin lavar o con materiales impuros.

  • Manipular el piercing con demasiada frecuencia.

  • Las joyas están demasiado apretadas, lo que impide que llegue suficiente oxígeno a la herida para que pueda cicatrizar.

Cómo saber si un piercing está infectado

Si acabas de hacerte un piercing, es normal que tengas signos de irritación cutánea leve. Al fin y al cabo, te han perforado la piel, y recuperarte de esta lesión conlleva sus propios síntomas.

Cómo es la normalidad

En las primeras semanas un piercing nuevo podría:

  • Parecen ligeramente rojos en pieles claras o un poco más oscuros de lo habitual en pieles oscuras.

  • Siente picores.

  • Estar un poco dolorido, especialmente si se toca o golpea.

  • Aparecen en pequeños bultos llenos de líquido, llamados granulomas, especialmente en los piercings de cartílago.

  • Pierde un líquido pálido que puede formar una pequeña costra, pero que debería desaparecer en unos días.

Qué aspecto tiene un piercing infectado

Tu piercing puede estar infectado si alguno de los síntomas anteriores dura más de unas semanas o se agrava gradualmente. Las infecciones también pueden producirse en cualquier momento durante la fase de cicatrización, que puede ser semanas o meses después de que desaparezca la primera irritación. Por ejemplo:

  • La zona alrededor del piercing permanece o se vuelve cada vez más hinchada, dolorosa, caliente o muy roja/oscura.

  • Picor o quemazón demasiado molestos para ignorarlos, que interrumpen la vida cotidiana.

  • El piercing pierde pus o empieza a sangrar, fuera de los primeros días.

  • Si siente escalofríos, calor o malestar general, necesita atención médica urgente.

Si no estás seguro, es aconsejable que vuelvas a tu perforador, ya que sabrá exactamente lo que se necesita para que el piercing cicatrice.

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Cómo tratar un piercing infectado

Un piercing infectado puede convertirse en algo más grave, por lo que es importante concertar una cita con el perforador o el médico de cabecera lo antes posible. En el Reino Unido, el NHS también sugiere llamar al 111, el teléfono de ayuda no urgente, si estás seguro de que está infectado.

Mientras esperas la cita, seguir una rutina de limpieza en casa te ayudará a controlar la infección. Si se trata de una infección leve, esto podría bastar para eliminarla; si no, esta rutina de limpieza puede ayudar a contener la infección y limitar los daños antes de que se prescriba la medicación.

Tratar la infección en casa

No te quites las joyas del piercing antes de consultar a tu perforador o médico de cabecera. Si te lo quitas por tu cuenta, podrías propagar las bacterias, permitir que el agujero se cierre y atrapar la infección en su interior. Además, puede que no sea necesario: las infecciones menos graves pueden curarse sin que tengas que perder tu nuevo piercing.

Esta rutina de limpieza se recomienda para la mayoría de los piercings nuevos. Es aún más importante si sospechas que hay una infección, aunque ya haya pasado el plazo inicial de limpieza diaria recomendado por tu perforador.

Rutina de limpieza para piercings nuevos o infectados

  1. Evita tocarte el piercing a menos que lo estés limpiando.

  2. Limpia tu piercing de 2 a 3 veces al día.

  3. Prepara una solución limpiadora de agua salada añadiendo ½ cucharadita de sal a una taza de agua tibia. También puedes comprar una solución limpiadora especialmente formulada.

  4. No utilice alcohol ni soluciones de peróxido de hidrógeno, ya que pueden irritar aún más la piel y ralentizar la recuperación.

  5. Lávate las manos antes de tocar el piercing, empapa un bastoncillo de algodón o una almohadilla en la solución salina y aplícala alrededor de la zona del piercing, lo más cerca posible y sin quitar las joyas.

  6. Seca la herida con toallitas de papel o gasas, ya que estos materiales no transfieren fibras textiles a la herida.

  7. Gira el piercing unas cuantas veces para evitar que se pegue a la piel.

Tratamiento médico

Si el piercing está infectado pero te sientes bien con él, tu médico de cabecera puede ayudarte a mejorarlo. Pero si además te encuentras mal o mareado, tienes fiebre o escalofríos, o notas que la hinchazón y el enrojecimiento se extienden fuera del lugar del piercing, podría tratarse de una urgencia médica.

El médico puede recetarte un tratamiento de antibióticos que puedes tomar en pastillas o aplicarte en crema. También podrá confirmarte si tienes que quitarte las joyas o no.

Cómo prevenir un piercing infectado

La lucha contra las infecciones empieza con la elección del perforador. Tómate tu tiempo para encontrar un profesional cualificado y con experiencia, por ejemplo, leyendo las opiniones de los clientes y preguntando a los perforadores si sus herramientas están esterilizadas y qué metal de joyería utilizan.

Un profesional seguro no debería utilizar metales que suelen provocar reacciones alérgicas en la piel, como la sensibilidad al níquel. Todos los piercers deben facilitar información detallada sobre los cuidados posteriores.

Si quieres seguir evitando las infecciones, las dos reglas principales son la limpieza y el compromiso. Adopta buenos hábitos de higiene y sé constante con tu rutina de limpieza del piercing, que puede variar según el tipo de piercing que tengas. Esto puede exigirte paciencia, ya que los piercings pueden tardar meses en cicatrizar por completo.

También hay algunas cosas importantes que no debes hacer durante el periodo de cicatrización del piercing:

  • No te perfores las orejas.

  • No nades durante las 24 horas siguientes a la perforación.

  • No limpies el piercing con algodón, utiliza un bastoncillo o un disco de algodón.

  • No manipules ni toques demasiado el piercing, por ejemplo, no retuerzas la joya ni te rasques las costras.

  • No utilices una toalla para secar el piercing.

  • En el caso de los piercings genitales, sigue los consejos de tu perforador sobre cuándo puedes mantener relaciones sexuales.

  • En el caso de los piercings bucales, sigue los consejos de tu perforador sobre cuándo puedes practicar sexo oral.

Historia del artículo

La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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