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Figura femenina con top y falda blancos y manos en posición de corazón.

Detectar los síntomas de los miomas

Muchas mujeres desarrollan miomas en algún momento de su vida, a menudo entre los 30 y los 50 años. Son sorprendentemente frecuentes y afectan hasta a dos tercios de las mujeres. A veces, los miomas son hereditarios, por lo que si un pariente cercano los tiene, es más probable que tú también los padezcas.

Cuando Adrienne Noble, una artista de Whithorn (Escocia), fue diagnosticada por primera vez, no sabía nada de los fibromas. Sólo sabía que tenía dolores y menstruaciones abundantes, lo que atribuyó al simple hecho de hacerse mayor. Pasaron dos años antes de que descubriera no sólo que tenía fibromas, sino que necesitaba una intervención quirúrgica inmediata.

"Dada mi edad y mi historial de malas menstruaciones, supuse que se debía a una menopausia precoz. Así que seguí posponiendo la consulta médica. Cuando me diagnosticaron los miomas, habían crecido tanto que tuve que operarme". - Adrienne Noble, sobre su diagnóstico de miomas subserosos

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¿Qué son los miomas?

Los miomas uterinos, también llamados miomas uterinos o leiomiomas, son tumores no cancerosos que se desarrollan en los músculos o tejidos de la matriz (útero). Estos tumores pueden aumentar de tamaño, reducirse o incluso desaparecer por sí solos.

Existen cuatro tipos principales de miomas, cada uno de ellos denominado según su localización en el útero.

Miomas intramurales: El tipo más común, se desarrollan dentro de la pared muscular del útero.

Miomas subserosos: Se desarrollan en la pared externa del útero y pueden proyectarse hacia la pelvis. Pueden alcanzar un tamaño considerable.

Miomas submucosos: Se forman en la pared muscular del revestimiento interno del útero y crecen hacia la cavidad uterina.

Miomas pediculados: Subtipo de miomas subserosos o submucosos, crecen desde la pared uterina, unidos por un pedúnculo estrecho.

¿Cómo se contraen los fibromas?

Es difícil saber si tienes fibromas y su causa médica aún no está clara. Sin embargo, su crecimiento está estrechamente ligado a los niveles de estrógenos, ya que suelen desarrollarse durante la edad reproductiva de la mujer, entre los 16 y los 50 años. Es entonces cuando los niveles de estrógenos alcanzan su máximo. Tras la menopausia, los miomas suelen reducir su tamaño, ya que la producción de estrógenos disminuye. Se cree que la obesidad contribuye a ello, porque el exceso de peso puede elevar los niveles de estrógenos. Si ha tenido hijos, se reduce la probabilidad de desarrollar miomas.

Adrienne, madre de un niño, empezó a notar los síntomas de los fibromas a los 48 años, cuando le cambió la menstruación y empezó a tener dolor de barriga.

"Mis periodos eran abundantes, dolorosos y afectaban a mi rutina diaria. Esto, junto con el miedo a las pérdidas, a menudo me hacía sentir limitada, tanto física como emocionalmente", explica. "Era agotador. Algunos días, la idea de tener que controlar un flujo abundante me impedía salir. Me sentía cohibida por las pérdidas y sólo podía llevar determinadas prendas". Estas preocupaciones pueden parecer triviales para algunos, pero tuvieron un impacto real en mi confianza y mi salud mental".

Adrienne en su condado natal de Dumfries y Galloway

Adrienne en su condado natal de Dumfries y Galloway

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¿Cuáles son los síntomas de los miomas?

Cabe señalar que sólo 1 de cada 3 mujeres con miomas experimenta algún síntoma, por lo que a menudo pasan desapercibidos y no necesitan ningún tratamiento. Suelen detectarse durante un examen pélvico -si son grandes- o una ecografía rutinaria.

Tal vez se pregunte cómo detectar los miomas en casa. Pero en realidad, no podrá hacerlo porque se desarrollan en el útero y los síntomas y signos imitan los de otras afecciones como la endometriosis. Las mujeres con síntomas de miomas uterinos pueden experimentar lo siguiente:

Menstruaciones abundantes o dolorosas: Aunque los miomas en sí no alteran el ciclo menstrual, pueden provocar sangrados más abundantes y, a veces, más dolor. Esta pérdida abundante de sangre puede provocar carencia de hierro y anemia. Estas afecciones se diagnostican con un análisis de sangre y suelen tratarse con suplementos de hierro en la mayoría de los casos.

Dolor de espalda y distensión abdominal: Un fibroma grande puede causar una sensación de pesadez o presión en el bajo vientre (abdomen), y dolor en la parte baja de la espalda. Todas las mujeres con distensión abdominal nueva y persistente deben ser revisadas por un médico.

Problemas de vejiga e intestino: Los miomas que presionan la vejiga pueden hacer que necesites orinar más a menudo. Si presionan el intestino, que se encuentra detrás del útero, pueden provocar estreñimiento.

Molestias o sangrado durante las relaciones sexuales: Los miomas que crecen cerca de la vagina o del cuello del útero (cérvix) pueden causar dolor durante las relaciones sexuales.

Fertilidad y embarazo: Aunque poco frecuentes, los miomas que crecen en la cavidad uterina pueden causar problemas para quedarse embarazada al bloquear las trompas de Falopio o interrumpir la implantación. En raras ocasiones, también pueden estar relacionados con abortos espontáneos.

La mayoría de las mujeres con miomas tienen embarazos sanos. Los miomas pueden aumentar ligeramente las probabilidades de necesitar una cesárea. No obstante, si estás embarazada y tienes miomas, tu médico hablará contigo y te dará algunos consejos.

Los síntomas anteriores deben ser investigados por un médico, ya que muchas enfermedades presentan los mismos síntomas que los miomas, incluidos los cánceres ginecológicos, como el de ovario y el de útero. Si presentas alguno de estos síntomas, ponte en contacto con tu médico.

En el caso de Adrienne, sufría fuertes dolores menstruales y hemorragias abundantes, que le provocaban anemia.

"Mi primer análisis de sangre fue para ver si era premenopáusica, y resultó que no lo era. El segundo reveló que tenía anemia porque sangraba mucho, incluso fuera de mi ciclo menstrual normal", describe. "Probablemente sangraba tres de cada cuatro semanas, lo que agravaba la anemia y me hacía sentir muy mal. Tuve que seguir trabajando para intentar llevar una vida lo más normal posible. Sin embargo, al final de la jornada laboral, no tenía energía para nada más. No quería que nadie me tocara ni me hablara porque me sentía muy cansada y enferma".

¿Puedo palpar yo misma los miomas?

Tras seis meses tomando comprimidos de hierro para tratar la anemia, el estado de Adrienne no había cambiado, así que volvió al médico. Tras un examen pélvico que confirmó los síntomas anteriores, le recomendaron una ecografía. Los resultados mostraron que tenía grandes miomas subserosos.

Dado que los miomas se forman en el útero, en el interior de la pelvis, no pueden palparse externamente. Sin embargo, los miomas de mayor tamaño, como el de Adrienne, pueden detectarse a veces durante un examen pélvico o interno (vaginal) realizado por un profesional sanitario.

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¿Qué tamaño de miomas es peligroso?

En general, los miomas no son peligrosos y no suelen requerir tratamiento si los síntomas son leves y manejables. Incluso pueden reducirse de forma natural después de la menopausia. Si los miomas te causan síntomas, es probable que tu médico especialista te recete primero un tratamiento para aliviarlos.

Medicina

En el caso de los miomas de mayor tamaño, los análogos de la hormona liberadora de gonadotrofina (GnRHas) pueden ser una opción. Estas inyecciones reducen temporalmente la producción de estrógenos, lo que ayuda a reducir el tamaño de los miomas. Se dirigen a la glándula pituitaria del cerebro, que controla los niveles hormonales de los ovarios.

Pueden recetarse medicamentos como comprimidos antiinflamatorios, ácido tranexámico, la píldora anticonceptiva, dispositivos intrauterinos (DIU) y progestágenos orales o inyectados para aliviar las menstruaciones abundantes. Sin embargo, pueden no ser eficaces, dependiendo de la localización, el tamaño y el número de los miomas.

Si la medicación no ha mejorado sus síntomas, existen opciones de tratamiento alternativas para extirpar el mioma o los miomas.

Intervenciones quirúrgicas

Resección histeroscópica: Consiste en utilizar un fino telescopio (histeroscopio) y diminutos instrumentos quirúrgicos para extirpar los miomas situados en el interior del útero (submucosos). No hay cortes externos porque el histeroscopio llega a los miomas a través de la vagina y el cuello uterino.

Morcelación histeroscópica: El médico introduce el histeroscopio en el útero a través del cuello uterino. A continuación, se utiliza un instrumento especializado (morcelador) para cortar el tejido del mioma en trozos más pequeños para facilitar su extirpación.

Miomectomía: Este procedimiento extirpa los miomas del útero, dejándolo intacto. Puede consistir en una intervención quirúrgica con pequeñas incisiones o en una intervención quirúrgica abierta con una incisión mayor. Sin embargo, dependiendo de la localización, el tamaño y el número de los miomas, no es necesariamente adecuada para todo el mundo.

Histerectomía: consiste en la extirpación quirúrgica del útero. A veces se plantea en mujeres con miomas grandes, hemorragias abundantes y que ya no desean quedarse embarazadas.

Procedimientos no quirúrgicos

Embolización de la arteria uterina (EAU): Bloquea el riego sanguíneo de los miomas y provoca su reducción. Es mínimamente invasiva y la realiza un radiólogo que introduce un pequeño tubo (catéter) en un vaso sanguíneo de la pierna. A través del catéter se inyecta una solución especial que bloquea los vasos sanguíneos que alimentan los miomas.

Ablación endometrial: Este procedimiento también es menos invasivo y adelgaza o destruye el revestimiento del útero. Suele utilizarse para reducir las hemorragias menstruales abundantes en mujeres que no tienen miomas. Sin embargo, también puede tratar pequeños miomas en el revestimiento del útero. Las técnicas incluyen energía láser, un asa de alambre caliente o líquido caliente administrado a través de un globo.

Ablación percutánea con láser guiada por IRM: Este método utiliza un láser insertado a través de una aguja fina para calentar y destruir el mioma.

Ecografía transcutánea focalizada guiada por RM: Este método enfoca ondas sonoras a través de la piel para localizar y desgastar el mioma.

Ablación transcervical por radiofrecuencia guiada por ecografía: Se introduce un dispositivo largo y delgado con una sonda de ultrasonidos a través del cuello uterino hasta el útero. La ecografía proporciona imágenes para guiar al médico, que aplica calor para reducir el tamaño del mioma.

La resonancia magnética (RM) y la ecografía son métodos relativamente nuevos para tratar los miomas. Aunque ambos son menos invasivos, pueden no ser adecuados para todos los tipos de miomas. Los efectos a largo plazo de este tipo de tratamiento también requieren más investigación.

¿Cuándo debo acudir al médico por los miomas?

Es importante que acudas al médico si experimentas alguno o todos los síntomas de los fibromas. Ellos pueden comprobar e investigar las causas subyacentes. Suelen hacer análisis de sangre para detectar anemia, cáncer de ovario y otras pruebas, además de pedir una ecografía para buscar la causa. Si se diagnostican miomas, es posible que te remitan a un especialista para seguir el tratamiento. En el caso de los miomas sintomáticos, la primera medida suele ser la medicación para controlar los síntomas.

Los miomas de Adrienne eran subserosos, lo que significa que se habían formado fuera del útero, donde había más espacio para que crecieran. Debido a su gran tamaño y a su ubicación cerca de órganos vitales, los procedimientos menos invasivos no eran una opción segura. En consecuencia, fue necesaria una histerectomía completa.

"Que te digan que tienes tumores en el cuerpo da miedo, aunque te digan que no son cancerosos", dice Adrienne. "Pero, en cierto modo, me sentí aliviada cuando me dieron el diagnóstico, aunque significara que necesitaba una operación importante. Afortunadamente, la infertilidad no fue un problema para mí, pero podría serlo para otras personas. Ojalá hubiera tenido el valor de hablar antes, porque quizá las cosas no se habrían puesto tan serias".

La histerectomía a la que se sometió a causa de unos fibromas de gran tamaño le supuso una larga recuperación de entre 6 y 8 semanas. Las complicaciones de la terapia hormonal sustitutiva (THS) tras la operación contribuyeron a que desarrollara el síndrome de fibromialgia (SFM), una enfermedad que puede causar dolor generalizado.

"Tardé demasiado en escuchar a mi cuerpo. El viaje de cada persona es diferente, pero ignorar los síntomas de mi fibroma hizo que el diagnóstico y el tratamiento fueran un camino largo y difícil. Recuperarme de la operación fue un reto físico y emocional. El trauma que sufrió mi cuerpo me dejó una fibromialgia que llevaré el resto de mi vida. Pero a través de todo ello he aprendido mucho sobre mi fortaleza y perseverancia.

"Mi consejo para cualquiera que piense que puede tener síntomas de fibromas es que acuda al médico de inmediato. Es importante controlar cualquier cambio en el cuerpo, por pequeño o grande que sea. Hablar antes con un amigo o familiar puede ser un buen primer paso para buscar ayuda. Incluso si te angustia la espera de los resultados de la exploración, tener a alguien a tu lado puede proporcionarte apoyo emocional. La comunicación abierta sobre la salud de la mujer es esencial. Hablando abiertamente de estos temas, todos podemos aprender y empoderarnos mutuamente".

Historia del artículo

La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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