Ansiedad en los niños
Revisado por el Dr Krishna Vakharia, MRCGPAutor: Dr Hayley Willacy, FRCGP Publicado originalmente el 31 Mar 2023
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Sería maravilloso que todos los niños no tuvieran preocupaciones ni miedos. Por desgracia, los niños y los jóvenes son tan propensos a preocuparse como los adultos.
Es importante reconocer cuándo su hijo está ansioso e intentar ayudarle a aprender a gestionar sus preocupaciones antes de que empiecen a afectar a su vida cotidiana.
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¿Qué causa la ansiedad en los niños?
Los niños pueden sentirse ansiosos por diversas cosas en distintas etapas de su vida. Muchas de estas preocupaciones son parte normal del crecimiento. Por ejemplo, entre los 6 meses y los 3 años es muy frecuente que los niños pequeños tengan ansiedad por separación, es decir, que se preocupen cuando no están con sus padres o cuidadores. También es frecuente que los niños en edad preescolar desarrollen miedos o fobias específicos.
Los miedos más comunes en la primera infancia son los animales (perros que ladran), los insectos, las tormentas o los truenos y relámpagos, las alturas, el agua, la sangre y la oscuridad. Estos miedos suelen desaparecer gradualmente por sí solos a medida que el niño crece y aprende más sobre el mundo.
También puede haber otros momentos en la vida de un niño en los que se sienta ansioso. Por ejemplo, muchos niños se sienten ansiosos cuando van a un colegio nuevo, se cambian de casa o antes de pruebas y exámenes. Algunos niños se sienten tímidos en situaciones sociales y pueden necesitar apoyo.
Los niños que han tenido una experiencia angustiosa, como ser pasajeros en un accidente de coche, pueden sufrir ansiedad después. Las discusiones familiares (o incluso simplemente levantar la voz o gritar) también pueden preocupar a los niños.
Los adolescentes son más propensos a sufrir ansiedad en situaciones sociales que otros grupos de edad. Pueden intentar evitarlas o inventar excusas para no ir.
Tipos de ansiedad
Trastorno de ansiedad generalizada
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) hace que los niños y jóvenes se sientan preocupados y nerviosos la mayor parte del tiempo. Este trastorno puede persistir a largo plazo. Algunos de los síntomas físicos de la ansiedad pueden aparecer y desaparecer. La ansiedad suele deberse a diversas tensiones en casa o en el colegio. A menudo se trata de cosas sin importancia, o que a los demás les parecen sin importancia. A veces, el niño no sabe por qué está ansioso.
Los síntomas del TAG provocan angustia y afectan a las actividades cotidianas del niño. Es posible que notes algunos de los siguientes síntomas: están inquietos, nerviosos e irritables, o agitados la mayor parte del tiempo. No se trata de TAG si la ansiedad sólo se debe a una cosa concreta. En este caso, es más probable que el niño padezca una fobia (véase más adelante).
Ansiedad de separación
Se trata de una etapa normal en el desarrollo del niño y puede ocurrir entre los 6 meses y los 3 años de edad. Se manifiesta cuando un niño pequeño se vuelve pegajoso o llora cuando se separa de sus padres o cuidadores. Visto positivamente, demuestra que el niño ha establecido un buen vínculo con esos adultos. También puede ir acompañado de miedo a los extraños. Debería cesar en torno a los 2 o 3 años.
Trastorno de ansiedad social
Esta enfermedad le produce una gran ansiedad por lo que los demás puedan pensar de usted o por cómo puedan juzgarle. Como resultado, tiene grandes dificultades en situaciones sociales, lo que puede afectar enormemente a su vida. Es posible que al niño no le vaya tan bien en el colegio como le hubiera ido, ya que tiende a evitar cualquier trabajo en grupo, discusiones, etc. El niño puede aislarse socialmente y tener dificultades para hacer amigos.
Miedos y fobias
Una fobia es un miedo o temor intenso a una cosa o acontecimiento, que es desproporcionado en relación con la realidad de la situación. Cuando el niño o joven se acerca o entra en contacto con la situación temida, puede sentirse ansioso o angustiado. También puede presentar uno o varios síntomas físicos desagradables. Éstos son causados en parte por el cerebro y también por las hormonas del estrés, como la adrenalina. Estas hormonas actúan sobre el corazón, los músculos y otras partes del cuerpo y provocan síntomas como latidos rápidos del corazón y manos sudorosas.
Una persona con fobia puede llegar a sentirse ansiosa con sólo pensar en la situación temida. Acaba evitando la situación temida en la medida de lo posible, lo que puede limitar su vida y causarle angustia. El tratamiento más eficaz es la terapia cognitivo-conductual.
Ataques de pánico
Un ataque de pánico es un ataque grave de ansiedad y miedo que se produce de repente, a menudo sin previo aviso. Además de la ansiedad, durante un ataque de pánico pueden aparecer otros síntomas. Durante un ataque de pánico, el cuerpo puede reaccionar de la misma manera que cuando se enfrenta a un peligro; es lo que se conoce como respuesta de "lucha o huida".
Durante un ataque de pánico, el niño tiende a respirar muy rápido y superficialmente (hiperventilación). Cuando esto ocurre, expulsa demasiado dióxido de carbono, lo que altera la acidez de la sangre. Esto puede provocar más síntomas (como confusión y calambres) y empeorar el "corazón palpitante", los mareos y las punzadas. Esto puede hacer que el ataque parezca aún más aterrador y que la respiración sea aún más rápida. El exceso de respiración puede hacer que el niño se sienta muy mareado e incluso que se desmaye durante un breve periodo. Esto es muy poco frecuente.
Un ataque de pánico suele durar entre 5 y 10 minutos; sin embargo, a veces los ataques de pánico aparecen en oleadas durante un máximo de dos horas.
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¿Es frecuente la ansiedad en los niños?
La ansiedad en niños y jóvenes es bastante común. La ansiedad es uno de los problemas de salud mental más comunes en las personas en general. Se cree que cerca de 300.000 jóvenes en el Reino Unido tienen problemas de ansiedad. La cifra podría ser mayor porque muchas personas ansiosas no manifiestan su problema.
Es importante reconocer los problemas de los niños y jóvenes y pedirles consejo y apoyo, sobre todo cuando empiezan a afectar a su vida cotidiana.
¿Cuáles son los signos de ansiedad en los niños?
Los signos y síntomas de ansiedad en los niños más pequeños pueden incluir:
Cambia a enuresis cuando antes estaba seco.
Rechazo de alimentos.
Cambios de comportamiento: se vuelve irritable o pegajoso, inquieto.
Orinar mucho, o dolores de barriga.
Despertarse por la noche cuando antes dormían toda la noche.
Malos sueños.
Los niños mayores y los jóvenes podrían:
Carecen de confianza para probar cosas nuevas o parecen incapaces de enfrentarse a los retos cotidianos.
Le cuesta concentrarse.
Tiene problemas para dormir o comer.
Tener arrebatos de ira.
Tener muchos pensamientos negativos, o seguir pensando que van a ocurrir cosas malas.
Empieza a evitar actividades normales, como ver a los amigos, salir en público o ir al colegio.
¿Se les pasa a los niños?
A la mayoría de los niños se les pasa, pero algunos siguen siendo ansiosos y pueden llegar a deprimirse de adultos.
El hecho de que se les pase con el tiempo no significa que no sea un problema grave. Aunque no se conviertan en adultos ansiosos, la ansiedad puede limitar las actividades de un joven, lo que puede afectar a su desarrollo a largo plazo. No ir al colegio, por ejemplo, significa perderse la educación y hacer amigos. La soledad y la falta de confianza pueden ser problemas para toda la vida. Los efectos de una experiencia traumática también pueden ser duraderos.
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Cómo ayudar a los niños con ansiedad
Si un niño se siente ansioso, hay cosas que los padres o cuidadores pueden hacer para ayudarle.
Es muy importante que hables con tu hijo de sus miedos o preocupaciones. Anímale a que te cuente lo que le preocupa, en lugar de guardárselo para sí mismo. Asegúrele que otras personas también tienen esos miedos y demuéstrele que comprende cómo se siente. Trate de no sugerir que sus preocupaciones son tontas.
Si tu hijo es capaz de entenderlo, puede ser útil explicarle qué es la ansiedad y los efectos físicos que tiene en nuestro cuerpo. Puede explicarle que la preocupación hace que le suden las manos, que se le acelere el corazón y que sienta mariposas en la barriga. Puede tranquilizarles saber que la ansiedad suele remitir al cabo de un rato y que hay formas de afrontarla.
Además de hablar con tu hijo sobre sus preocupaciones y su ansiedad, es importante ayudarle a encontrar soluciones que pueda gestionar por sí mismo.
Por ejemplo, si a su hijo le preocupa ir a una fiesta de pijamas, es natural que quiera decirle que no vaya. Sin embargo, además de perderse la experiencia, podría aprender que su ansiedad puede ser controladora.
Es mejor reconocer su ansiedad, averiguar qué es exactamente lo que teme que ocurra (como mojar la cama) y sugerirle soluciones que le ayuden. Así podrán ir a la pijamada con la tranquilidad de saber que existe un plan.
Consejos para padres de niños ansiosos
Siempre que sea posible:
Intenta no ponerte nervioso ni sobreprotegerte.
Enseñe a su hijo a reconocer en sí mismo los signos de ansiedad.
Anime a su hijo a controlar su propia ansiedad y a pedir ayuda cuando la necesite.
Intenta mantener una rutina diaria siempre que puedas, porque las rutinas tranquilizan a los niños de todas las edades.
Busca libros o películas que les ayuden a comprender sus sentimientos si tu hijo está ansioso a causa de acontecimientos angustiosos, como un duelo o una separación.
Si sabe que se avecina un gran trastorno, como una mudanza, hable con su hijo de lo que va a ocurrir y por qué.
Practica técnicas de relajación con tu hijo antes de que se encuentre en situaciones difíciles. Si se acostumbra a hacerlas con calma, le resultará más fácil cuando se encuentre en una situación estresante. Un ejemplo sencillo es hacer tres respiraciones lentas y profundas, inspirando hasta contar tres y espirando hasta contar tres.
Las técnicas de distracción pueden ser útiles para los niños pequeños. Por ejemplo, si están ansiosos por ir a la guardería, jueguen a "veo veo" o canten juntos al ritmo de la música.
Haz una caja de "preocupaciones" con cualquier caja vieja que tengas, como una caja de cereales o de zapatos. Pídele que escriba o dibuje sus preocupaciones en un papel y que las "meta" en la caja. Luego podéis mirar juntos la caja y hablar de lo que han escrito.
Cuándo acudir al médico
Si la ansiedad de tu hijo es grave, persiste e interfiere en su vida cotidiana, conviene pedir ayuda.
Una visita al médico de cabecera es un buen punto de partida. Si la ansiedad de tu hijo está afectando a su vida escolar, es buena idea hablar también con su colegio.
Los padres y cuidadores pueden obtener ayuda y asesoramiento sobre la salud mental de los niños en el teléfono gratuito de ayuda a padres de Young Minds, el 0808 802 5544, de lunes a viernes, de 9.30 a 16.00 horas.
Tratamientos de la ansiedad en niños
Si su ansiedad afecta a su vida cotidiana, existen varias opciones para tratar la ansiedad en niños y jóvenes. El tratamiento que se ofrezca dependerá de varios factores, como la edad y lo que ya se haya probado. Algunos tratamientos los ofrecen los servicios locales de salud mental infantil y otros pueden ofrecerlos organizaciones de apoyo como Barnado's o MIND (una organización benéfica de salud mental).
Terapia familiar
Toda la unidad familiar es importante en esta terapia hablada. Se tiene en cuenta cómo funciona la familia y las relaciones entre sus miembros. El terapeuta ayuda a los miembros de la familia a expresar pensamientos y emociones difíciles de forma segura. Esto ayuda a cada miembro a comprender las experiencias y puntos de vista de los demás. Puede ser útil para abordar problemas que afectan a toda la familia.
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La TCC es un tipo de terapia hablada que suele utilizarse para ayudar a las personas a afrontar su ansiedad. Ayuda a la persona ansiosa a gestionar sus problemas cambiando su forma de sentir, pensar y actuar. El objetivo de la terapia es encontrar formas prácticas de afrontar los problemas de una manera más positiva, dividiéndolos en partes más pequeñas: situaciones, pensamientos, emociones, sensaciones físicas y acciones. Para que un niño o un joven participe con éxito en este tipo de terapia se necesita un cierto nivel de comunicación y madurez.
Mindfulness
La atención plena consiste en prestar atención en cada momento a lo que ocurre dentro de tu cuerpo y a lo que sucede a tu alrededor. Parece sencillo, pero es increíblemente fácil distraerse.
Medicación
La medicación sólo se considera cuando los tratamientos psicológicos no mejoran o mejoran muy poco. La medicación utilizada es la misma que para los adultos y suele ser uno de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Los prescriben los médicos especialistas de los servicios de salud mental infantil.
Lecturas complementarias y referencias
- Ansiedad Reino Unido
- James AC, James G, Cowdrey FA, et alTerapia cognitivo-conductual para los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes (Revisión Cochrane traducida). Cochrane Database Syst Rev. 2015 Feb 18;2:CD004690. doi: 10.1002/14651858.CD004690.pub4.
- Young Minds: Organización benéfica británica comprometida con la mejora del bienestar y la salud mental de los niños, la capacitación de los jóvenes, la formación de profesionales, el apoyo a los padres, el cambio de actitudes y la mejora de la salud mental.
- Gale CK, Millichamp JTrastorno de ansiedad generalizada en niños y adolescentes. BMJ Clin Evid. 2016 Jan 13;2016. pii: 1002.
- Hofmann SG, Gómez AFIntervenciones basadas en Mindfulness para la ansiedad y la depresión. Psychiatr Clin North Am. 2017 Dec;40(4):739-749. doi: 10.1016/j.psc.2017.08.008. Epub 2017 Sep 18.
Historia del artículo
La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.
Fecha límite de la próxima revisión: 29 mar 2028
31 mar 2023 | Publicado originalmente
Autores:
Dra. Hayley Willacy, FRCGPRevisado por expertos
Dr. Krishna Vakharia, MRCGP

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