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dislexia

¿Su hijo tiene dislexia?

Una de cada 10 a 20 personas en el Reino Unido puede tener algún grado de dislexia, que puede causar problemas de lectura, escritura y ortografía. ¿Cómo pueden los padres asegurarse de que su hijo reciba el diagnóstico correcto y desarrolle todo su potencial en la escuela? Preguntamos a un experto.

Pocos temas han suscitado más controversia en la medicina, la educación y la sociedad en general durante el último medio siglo que la dislexia, y sin embargo los expertos y defensores de la dislexia parecen incapaces de ponerse de acuerdo sobre una definición precisa.

Y si nadie se pone de acuerdo sobre lo que es la dislexia, ¿cómo se espera que los padres preocupados porque su hijo pueda estar perdiendo hitos clave del aprendizaje en la escuela detecten las señales, se aseguren un diagnóstico sólido y establezcan un plan de intervención eficaz?

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Un problema de definición

La dislexia se ha utilizado de diversas formas para describir a la minoría de la población que, a pesar de tener capacidades cognitivas normales, experimenta dificultades de alfabetización a lo largo de su vida.

El 10% de la población es disléxica; el 4% lo es gravemente. Sin embargo, si se pregunta al ciudadano de a pie, lo más probable es que hable vagamente de "problemas de lectura", citando a celebridades como Jamie Oliver y Richard Branson, que han triunfado a pesar de que se les diagnosticó la enfermedad.

El multimillonario de Virgin ha descrito su dislexia como una "enorme ventaja". La asociación benéfica British Dyslexia Association (BDA ) señala que las personas con dislexia también tienen puntos fuertes en otras áreas, como el diseño, la resolución de problemas y las habilidades creativas, interactivas y orales.

Sin embargo, algunos incluso han refutado su existencia. En el polémico libro de 2014 The Dyslexia Debate, el profesor Julian Elliot, de la Universidad de Durham, y Elena Grigorenko argumentaron que la dislexia era un término sin sentido clínico y con una base científica limitada.

Defensores como Sue Flohr MBE, responsable de política de la BDA, señalan que tales investigaciones han sido ampliamente desacreditadas y que la dislexia está incluida en la definición de discapacidad de la Ley de Igualdad de 2010.

En su influyente informe de 2009 sobre la Identificación y Enseñanza de Niños y Jóvenes con Dislexia y Dificultades de Lectoescritura, Sir Jim Rose describió la dislexia como: "Una dificultad de aprendizaje que afecta principalmente a las habilidades implicadas en la lectura de palabras y la ortografía precisas y fluidas".

Describió los rasgos característicos de la dislexia como dificultades en la conciencia fonológica (los sonidos de las palabras), la memoria verbal y la velocidad de procesamiento verbal.

Una persona con dislexia también puede tener problemas de coordinación motora, cálculo mental, concentración y organización personal, pero éstos no son, por sí solos, indicadores de dislexia.

Síntomas y diagnóstico

La BDA considera, basándose en numerosas investigaciones, que la dislexia es una dificultad de aprendizaje específica en la medida en que hay algo concreto que impide a una persona desarrollar todo su potencial.

Por lo general, las personas presentan déficits en la memoria de trabajo o en la velocidad de procesamiento que repercuten en su rendimiento.

Dificultades de alfabetización

"Los síntomas más evidentes suelen ser las dificultades de lectura y escritura, que pueden repercutir en el comportamiento de los niños de distintas maneras", explica Flohr. "El rendimiento académico de un niño puede verse obstaculizado, ya que una alfabetización deficiente puede afectar a su compromiso con la materia. Pueden malinterpretar la información o no interpretarla en absoluto".

Actuar distraído

"Por ejemplo, tendrán que esforzarse más que sus coetáneos para lograr un buen resultado y esto puede desmotivar a un niño: pueden distraerse con facilidad, desconectar y distraer a los demás".

Luchas sociales

"Por otra parte, pueden convertirse en objetivos vulnerables cuando los demás notan su debilidad y desarrollan una baja autoestima", revela Flohr. "La interacción social puede verse afectada, en el sentido de que si tienen mala memoria de trabajo puede que no siempre asimilen lo que se dice y no respondan y/o parezcan insolentes. O pueden malinterpretar lo que se dice y parecer traviesos. Su vocabulario también puede ser limitado debido a una exposición limitada".

Aunque el diagnóstico de la dislexia puede hacerse antes de la escolarización mediante una serie de pruebas diferentes, sólo es posible un diagnóstico más preciso una vez que el niño alcanza la edad escolar, cuando se introducen pruebas de alfabetización adicionales.

"Antes de los siete años, no es posible afirmar que un niño está por debajo del nivel esperado para la alfabetización", confirma Flohr. "Después de los siete se puede tener una idea más clara".

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¿Qué puedo hacer si mi hijo tiene dislexia?

La dislexia no es una afección médica, por lo que no se pueden administrar medicamentos. Tampoco está reconocida como problema de salud, lo que significa que en el Reino Unido no se puede obtener ayuda del SNS.

"Sin embargo, los padres pueden comprobar cualquier dificultad concurrente que pudiera ser un factor contribuyente", aconseja Flohr. "Por ejemplo, problemas de oído, nariz y garganta y otitis media adhesiva; dificultades de visión y ojo dominante; problemas de habla y lenguaje; y dificultades de coordinación".

Flohr recomienda a los padres que sean proactivos a la hora de evaluar las necesidades educativas especiales (NEE) de los centros escolares locales y la mejor forma de apoyar los estudios de sus hijos en casa.

"Los padres deben consultar el documento informativo del centro, que ofrece información sobre cómo puede ayudar el centro", dice. "Suelen estar disponibles en la página web del centro o en la secretaría.

"Si la escuela no realiza una evaluación, podrían obtener una independiente para informarse del alcance de la dificultad. Podrían establecer cuál es el plan de estudios para el trimestre siguiente y reforzarlo fuera de la escuela".

La BDA aboga por utilizar un programa estructurado multisensorial especializado con la enseñanza de un profesor especialista cualificado.

"Los padres de los niños pueden encontrar ayuda en el profesor de su clase, en el coordinador de necesidades educativas especiales (SENCo) del colegio o en la asociación local de dislexia", dice Flohr. "Pero se necesita más financiación para CPD para ayudar a los profesores a ser capaces de identificar y apoyar a las personas con dislexia en el aula".

Historia del artículo

La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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