
¿Enferman los aviones y los trenes?
Revisado por la Dra. Sarah Jarvis MBE, FRCGPEscrito por Gillian HarveyPublicado originalmente el 10 de diciembre de 2017
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A la mayoría de nosotros nos hace ilusión viajar al extranjero o coger el tren. Pero, dado que uno de cada cinco de nosotros desarrolla síntomas de resfriado después de volar y que los asientos de los trenes parecen estar llenos de gérmenes, ¿podríamos estar enfermando al viajar? Analizamos los mitos, los hechos y cómo mantenerse a salvo.
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Mala calidad del aire
Cuando se trata de volar, muchos de nosotros creemos que el aire que circula en un avión nos hace más propensos a coger un resfriado. Sin embargo: "No hay pruebas que sugieran que el aire acondicionado del avión contribuya a enfermar", tranquiliza la Dra. Eleanor Atkins, de Bupa UK. "El aire que respiramos en un avión, se compone de una combinación de aire fresco y recirculado, por lo que no es sólo aire reciclado".
¿Demasiado cerca?
Sin embargo, antes de que respire aliviado, hay otras formas en las que contraer un resfriado común o un virus puede ser más probable cuando se viaja. Estar en contacto con un gran número de personas aumenta el riesgo de contraer la enfermedad, al igual que estar atrapado en un vagón con ellas durante horas y horas. "Si se viaja en autobús, tren o avión, el riesgo de propagación de gérmenes es mayor porque se está en un espacio reducido", explica Atkins.
"Los aviones son probablemente el medio de transporte más arriesgado cuando se trata de propagar enfermedades. A menudo te mezclas con gente de todo el mundo, lo que te pone en contacto con bichos que tu sistema inmunitario no ha conocido antes", añade el Dr. Dan Robertson, de la plataforma de videoconsulta Push Doctor.
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Un momento conmovedor
Cuando se trata de la transmisión de gérmenes, el riesgo puede aumentar desde el momento en que se entra en una estación, una terminal de autobuses o un aeropuerto. Las pantallas táctiles, los mostradores de facturación, los tiradores de las puertas e incluso las hebillas de los cinturones de seguridad pueden estar plagados de bacterias.
"Las bacterias que nos hacen enfermar pueden vivir en las superficies hasta ocho horas, y estas superficies pueden ser tocadas por miles de personas", explica Atkins. "Las superficies que se manipulan con regularidad, como el pomo de una puerta o el botón de un ascensor, transportan muchos gérmenes porque las usa mucha gente".
¿Un soplo en el aire?
¿Recuerdas a tu madre advirtiéndote de que te abrigaras para estar bien? Resulta que sabía de lo que hablaba. Pasar tiempo tiritando en el andén de una estación, esperando en una estación de autobuses con corrientes de aire o incluso sintiendo el frío de unos sistemas de aire acondicionado demasiado entusiastas puede aumentar el riesgo de enfermar o empeorar los síntomas existentes. "Las temperaturas corporales más bajas pueden debilitar el sistema inmunitario y favorecer la proliferación de algunos virus", afirma Atkins.
La falta de humedad al volar también puede aumentar el riesgo de infección. A gran altitud hay menos humedad en el aire, lo que podría afectar a nuestras barreras mucosas naturales y aumentar las posibilidades de que los virus se arraiguen.
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Combatir la fatiga
A menudo, los viajes implican madrugar, cambiar de zona horaria o incluso pasar la noche, por lo que es probable que nos sintamos fatigados. Según un estudio reciente, la falta de sueño puede debilitar nuestro sistema inmunitario. Esto significa que incluso los viajes en coche, en los que podríamos sentirnos a salvo de otros riesgos asociados a los desplazamientos, pueden hacernos más susceptibles a las infecciones si alteramos nuestros patrones habituales de sueño al conducir de noche.
Crucero por un hematoma
En los últimos años, los cruceros han sido objeto de críticas en la prensa por los brotes de enfermedades estomacales como el norovirus. Sin embargo, más que la náutica, lo que contribuye a este riesgo es la proximidad de otras personas, junto con los servicios de restauración a gran escala y los bufés.
"Cuando muchas personas están juntas en un espacio reducido, las enfermedades pueden propagarse más fácilmente. Basta con que una persona que trabaje con alimentos no respete las prácticas de higiene adecuadas, o siga trabajando mientras padece un virus, o vuelva al trabajo demasiado pronto después de estar enferma, para que cientos de personas enfermen", explica Robertson.
Comer bien
Ya sea en estaciones de servicio o comprando tentempiés en una máquina expendedora, es demasiado fácil tomar malas decisiones alimentarias cuando se viaja. Por desgracia, una mala alimentación "puede perjudicar el desarrollo celular, lo que inevitablemente aumenta las probabilidades de contraer una enfermedad, sobre todo si se trata de un hábito habitual cuando se viaja en coche", explica Robertson.
Seguridad
¿Quiere evitar los peores males de los viajes? A continuación te explicamos cómo protegerte en tus desplazamientos.
Lávese las manos
La higiene de las manos es clave para mantenerse sano, por lo que usar guantes o lavárselas con regularidad puede ser de gran ayuda. "Los gérmenes pueden entrar en el cuerpo a través de los ojos, la nariz y la boca", explica Atkins. "Lavarse las manos con agua caliente y jabón eliminará los gérmenes de las manos".
Utilizar gel antibacteriano (pero sólo si es necesario)
"Si no tienes acceso a agua y jabón, puedes utilizar un gel antibacteriano, pero no te protegerá contra todas las enfermedades (especialmente los virus), así que no hay nada mejor que lavarse bien las manos, sobre todo antes de comer", añade Robertson.
Aguanta el calor
¿Siente frío? Merece la pena sacar la bufanda. "Abrigarse puede ayudarte a evitar la tos, los resfriados y la gripe. Si hace mucho frío, ponte una chaqueta, una bufanda y guantes. Cuando viajes, procura sentarte lejos de zonas con corrientes de aire, sobre todo si el viaje es largo", explica Atkins.
Comer bien
"Para intentar mantenerse sano durante el viaje, opte por un puñado de bayas y frutos secos en lugar de una bolsa de patatas fritas. También es importante mantenerse bien hidratado y asegurarse de que circula aire fresco por todo el vehículo", aconseja Robertson.
Los inconvenientes de la bebida
¿Conoces esas tentadoras ofertas de alcohol gratis que te hacen cuando vuelas? Tienen un claro inconveniente. En el mejor de los casos, el alcohol puede exacerbar los efectos del jet lag. En el peor de los casos, la combinación de deshidratación y sueño alimentado por el alcohol en un avión puede aumentar el riesgo de trombosis venosa profunda o TVP. Por tanto, no consuma bebidas alcohólicas y levántese y camine por la cabina con regularidad.
Evitar la propagación de gérmenes
Si usted también está resfriado o tiene un virus, proteja a los demás pasajeros tapándose la boca con un pañuelo al toser o estornudar y mantenga siempre una buena higiene de manos.
Historia del artículo
La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.
10 dic 2017 | Publicado originalmente
Autores:
Gillian HarveyRevisado por expertos
Dra. Sarah Jarvis MBE, FRCGP

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