
Cómo es ser un adicto al sexo en recuperación
Revisado por la Dra. Sarah Jarvis MBE, FRCGPÚltima actualización por Sarah GrahamÚltima actualización: 23 de agosto de 2018
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Desde julio, el comportamiento sexual compulsivo está reconocido oficialmente como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más comúnmente conocido como "adicción al sexo", se trata de un trastorno complejo, difícil de definir y diagnosticar. Aunque la idea de ser adicto al sexo es objeto de burla y sensacionalismo en los medios de comunicación y la cultura popular, la enfermedad puede ser debilitante para quien la padece, y la vergüenza y el estigma no hacen sino empeorar las cosas.
En este artículo:
"Los hombres siempre solían ser una distracción", dice Alice*, de 32 años, adicta al sexo y al amor. "Utilizaba el sexo, el amor y el romance para medicar sentimientos incómodos como la culpa, el estrés o el miedo, y esa búsqueda constante y obsesiva del consuelo masculino se apoderó de mi vida. Si no tenía una pareja sexual, sentía que me asomaba a un abismo negro".
No fue hasta que se vio inmersa en una relación especialmente destructiva cuando Alice se dio cuenta de que tenía un problema.
"Yo era la otra mujer, así que había muchos secretos y era una relación muy sexual", explica. "Los dos éramos muy adictos el uno al otro y, aunque él me maltrataba, yo no podía dejarlo. Era una atracción magnética, como nunca había experimentado. Solía sentir mucha ansiedad si no estaba cerca de él, o si tenía que pasar un par de semanas sin sexo".
Esta experiencia llevó a Alice a Adictos al Sexo y al Amor Anónimos(SLAA), un programa de apoyo entre iguales de 12 pasos basado en Alcohólicos Anónimos.
"La gente tiene experiencias muy diferentes antes de entrar en SLAA, pero creo que muchos, como yo, se unen tras una relación bastante obsesiva", reflexiona. "Era como si buscara constantemente a alguien que me arreglara o resolviera mis problemas".
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¿Adicto al amor?
Parte de la dificultad de definir una conducta sexual adictiva o compulsiva es que todo es relativo y depende mucho de la relación de cada individuo con esa conducta.
"Las principales preguntas que siempre hago son: ¿Te hace daño a ti? ¿Hace daño a otra persona? ¿Está fuera de control? ¿Y has intentado dejarlo?", explica el terapeuta psicosexual Ian Baker, miembro del College of Sexual and Relationship Therapists(COSRT) y presidente de la Association for the Treatment of Sexual Addiction and Compulsivity(ATSAC).
"Se trata de trabajar la relación de alguien con lo que está fuera de control, no patologizarlo, tener en cuenta los aspectos culturales y religiosos, y comprender la culpa y la vergüenza antes de etiquetar a alguien", añade. "Yo empezaría a trabajar con alguien analizando los desencadenantes, el papel de la fantasía, el papel del orgasmo, la anticipación y el bienestar general de la persona. Puedes descubrir que la gente utiliza la excitación y la adicción de lo que está haciendo para medicar su propia ansiedad, así que se vuelve bastante complejo".
Por ello, explica Baker, no existe un tratamiento único.
"Cualquier recuperación no es abstinencia; la recuperación son nuevos comportamientos, nuevos hábitos, nuevos estilos de vida. Si haces abstinencia sin hacer ningún trabajo de recuperación, tu cerebro se cansa y recaerás", afirma. "Al principio, se trata de poner los pilares de apoyo, encontrar cuáles son los retos y luego pasar a la etapa relacional más profunda".
Superar la vergüenza
Como es comprensible, al principio Alice sintió mucha vergüenza de buscar ayuda para su adicción.
"Cuando empecé a ir a los grupos de SLAA, pensaba: 'Dios mío, ¿y si alguien se entera? Es tan embarazoso, ¿qué pensará la gente? También me preguntaba qué tipo de gente iba a asistir a una reunión de Adictos al Sexo y al Amor Anónimos. Cuando entré por la puerta, me sorprendió que todo el mundo pareciera normal. La gente era muy acogedora y amable", dice.
Alice ha estado asistiendo a varias reuniones a la semana desde marzo de 2016, y ahora está en el paso 10 de 12.
"Al principio me resultaba bastante difícil escuchar a la gente hablar de fantasías, relaciones destructivas, autoestima y autosabotaje, pero sabía que estaba en el lugar adecuado", añade. "La red de apoyo y los 12 pasos me han cambiado la vida. Esa sensación de no estar sola es tan reconfortante, y venir a SLAA ha cambiado mi perspectiva sobre tantas cosas."
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Recuperar el control
Cada paso, explica, aborda un aspecto diferente de la adicción, y cómo recuperar el control sobre tu vida.
"Los 12 pasos te ayudan a resolver los problemas que subyacen al comportamiento adictivo", explica Alice. "La fantasía también puede ser un gran problema: tener romances de fantasía y usar la fantasía para evitar la realidad, así que una gran parte de la recuperación es anhelar estar realmente presente en la realidad".
Además del programa de 12 pasos, Alice también acude a un terapeuta, y afirma que ambos tratamientos se complementan.
"El programa es muy lógico en lo que se refiere a resolver los problemas y asumir la responsabilidad de las propias acciones, mientras que la terapia me ayuda a comprender un poco más mi propia psicología y a saber de dónde he sacado ciertos rasgos", afirma.
A pesar de sus progresos, Alice sigue describiéndose como una adicta al sexo y al amor.
"Tengo el cerebro de un adicto en lo que se refiere a la intensidad del deseo, y sigo luchando mucho contra la estabilidad y el deseo de utilizar a los hombres para cambiar la forma en que me siento", explica. "No creo que sea tan sensato sentir que estás curada -es algo que requiere una vigilancia constante-, pero ya no me avergüenzo de ello. Es como cualquier otra enfermedad mental, y creo que probablemente es mucho más común de lo que mucha gente piensa."
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Historia del artículo
La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.
23 Ago 2018 | Última versión

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