Qué hacer si su peso le deprime

Romper el ciclo de las dietas yo-yo es difícil, sobre todo si se ha convertido en un hábito. Pero cambiar el enfoque del aspecto negativo de perder peso a la mentalidad positiva de elegir alimentos sanos para alimentar el cuerpo puede suponer una gran mejora de la salud mental.

Dietas y depresión

Las dietas pueden afectar mucho a la salud mental, sobre todo porque se basan en normas y restricciones.

La psicoterapeuta Carolyn Karoll explica que la ansiedad y la depresión pueden aumentar cuando clasificamos los alimentos como "buenos" o "malos".

"Comer los alimentos adecuados, perder peso y mantenerlo se considera 'éxito', mientras que 'hacer trampas' en la dieta, no adelgazar e incluso engordar se asocia a la falta de fuerza de voluntad", revela.

Karoll dice que este ciclo es una trampa, con la garantía de dejarte sintiéndote fracasado. "La creencia central de que no eres lo suficientemente bueno es muy a menudo el catalizador de la dieta en primer lugar - fracasar en la dieta simplemente refuerza esta creencia."

Explica que también existe una conexión entre la inestabilidad del estado de ánimo y la desnutrición, y a menudo ve cómo sus pacientes con dietas restrictivas experimentan dificultades para concentrarse, estrés, fatiga y sentimientos de desesperanza.

"La mayoría de las dietas, si no todas, se convierten en atracones, aumento de peso de rebote, ciclos de peso e incluso trastornos alimentarios. Y los que logran suprimir peso con éxito suelen sufrir daños físicos y psicológicos aún más graves como consecuencia de la privación a largo plazo", añade Karoll.

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Formas más sanas de perder peso

Entonces, ¿qué debe hacer si su peso le está afectando, pero está harto de las dietas de choque que parecen llevarle siempre a perder y ganar los mismos 5, 10 o 30 kilos?

En primer lugar, tienes que adoptar la filosofía de que la buena salud se atribuye realmente a un estilo de vida que puedes mantener a lo largo del tiempo. "Si un plan de dieta te lleva a un objetivo, pero no puedes mantenerlo, lo más probable es que tu peso y tus emociones se conviertan en un yoyó", sugiere la nutricionista Amy Goodson.

También debemos recordar que, a medida que envejecemos, nuestro metabolismo se ralentiza y el aumento de peso puede ser una parte normal del proceso; por eso la terapeuta Kimberly Hershenson cree que la clave para una pérdida de peso saludable es la aceptación.

Acepta tus genes

Según Karoll, todos nacemos con un patrón genético y, aunque las dietas o el ejercicio excesivo nos permitan manipular nuestro peso o forma, se trata de un "apaño" temporal con toda una serie de consecuencias negativas para nuestra salud física y mental. En lugar de eso, aprecia la forma y el tamaño naturales de tu cuerpo: son únicos para ti, una especie de legado heredado de tus antepasados.

Recomienda centrar la energía en elecciones saludables que permitan al cuerpo volver a su punto de ajuste natural y dedicar tiempo a aprender a aceptar el cuerpo, apreciarlo, reconectar o, en algunos casos, conectar con él por primera vez.

"Esto implica aceptar la realidad por cómo es ahora mismo, no por cómo quieres que sea", explica Hershenson. Por ejemplo: "No me gusta mi cuerpo, pero acepto dónde estoy hoy".

No se prive

Hershenson afirma que restringir la elección de alimentos a lo que uno tiene "permitido" comer puede conducir a un atracón. Es importante seguir una dieta equilibrada y reconocer que todos los alimentos pueden formar parte de una dieta sana (teniendo en cuenta las alergias y aversiones alimentarias).

Decirte a ti mismo "no puedo comer x" sólo hará que lo desees más. En su lugar, busque cambios realistas y sostenibles que se adapten a su estilo de vida y dedique algún tiempo a aprender a planificar comidas que aporten a su cuerpo los nutrientes que necesita. Esto puede suponer un gran cambio de mentalidad, sobre todo si has pasado años forzando tu estilo de vida para adaptarlo a la dieta que seguías.

Alimentación consciente

Presta atención, utilizando todos tus sentidos, para elegir alimentos que satisfagan y nutran tu cuerpo. Karoll dice que esto significa reconocer las respuestas a la comida (lo que nos gusta o lo que no) sin juzgarla (es decir, buena, mala, que engorda, cargada de azúcar, etc.). También aconseja aprender a estar en sintonía con las distintas fases del hambre y la saciedad físicas para poder escuchar las señales que guiarán las decisiones de planificar la comida, comer y dejar de comer.

No compare

Hay que pensar en la forma física como el resultado, no como el objetivo. Karoll recomienda encontrar un movimiento que sea divertido, meditativo o social y evitar los regímenes de ejercicio competitivos, ya que comparar tus capacidades con las de los demás suele llevar a la desesperación. Goodson aboga por planificar en tu calendario tres o cuatro días a la semana en los que te centres en "mejorar tu cuerpo y tu energía". Si estás cansado, toma una clase de yoga en lugar de cardio. "Dirige tu atención a cómo el ejercicio da energía a tu cuerpo y te ayuda a hacer las cosas que te gustan".

Karoll nos recuerda que la salud abarca tanto el bienestar físico como el emocional, y que el peso no es necesariamente una medida de la salud. "Comprender que la salud y la realización en la vida provienen de vivir de acuerdo con tus valores y no de alcanzar un objetivo de peso, es verdaderamente liberador".