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¿Por qué las personas transexuales tienen dificultades para acceder al cribado del cuello uterino?

¿Por qué las personas transexuales tienen dificultades para someterse a un cribado de cuello de útero?

El cáncer de cuello uterino se puede prevenir en gran medida. En el Reino Unido, nuestro eficaz programa de cribado cervical permite detectar precozmente los cambios celulares anormales y el VPH. Sin embargo, las personas trans, no binarias e intersexuales se enfrentan a dificultades y discriminación que les impiden someterse a las pruebas de cérvix que necesitan.

El cribado del cuello uterino es un buen ejemplo de las dificultades que tienen las personas transgénero, no binarias e intersexuales en la atención sanitaria. Las personas que tienen cuello uterino pero no se identifican como mujeres se enfrentan a barreras a la hora de acceder a pruebas que podrían salvarles la vida debido a problemas con los sistemas informáticos, discriminación por parte del personal y miedo a cómo serán tratadas.

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¿Pueden las personas trans contraer cáncer de cuello de útero?

Cualquier persona que tenga cuello uterino, incluidas las personas trans, no binarias e intersexuales, puede padecer cáncer de cuello uterino.

No hay muchos datos sobre el número de personas trans, no binarias e intersexuales que acuden a las revisiones de cérvix porque el control de la condición trans aún no es obligatorio en el SNS. Sin embargo, hay datos anecdóticos que demuestran que muchas evitan, no son invitadas o son rechazadas en las revisiones cervicales por su identidad de género.

Algunas personas encuentran el proceso estresante, traumático o desencadenante de su disforia de género. Cuando existen estudios sobre las experiencias o las necesidades de las personas trans, no binarias e intersexuales, suelen ser muestras pequeñas que no son representativas de toda la población.

Experiencias variadas

"En general, he tenido experiencias bastante positivas en torno a los servicios ginecológicos, pero lo pongo en perspectiva con algunas de las historias de terror que he oído de amigos, en lugar de compararlo con las mejores prácticas", explica una persona con la que hablé.

Gran parte de su atención ha sido prestada por servicios especializados en transexuales, como CliniQ en Londres y Clinic T en Brighton. Muchas personas de la comunidad LGBTQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y queer) eligen las clínicas de salud sexual en lugar de los servicios de ginecología para someterse a pruebas de detección, ya que tienden a ser más abiertamente inclusivos y están preparados para atender diferentes necesidades.

"Probablemente, lo más frustrante que me ha ocurrido es la reiterada insistencia, ya sea por teléfono o en persona, en que estoy en el lugar equivocado o llamando por algo equivocado cuando he intentado acceder al diagnóstico y tratamiento de síntomas ginecológicos inusuales", prosiguen.

"Trabajo en el sistema sanitario y, de todos modos, las personas trans suelen tener mucha experiencia en la autodefensa y la investigación de sus problemas de salud. Pero si la recepcionista se hubiera tomado el tiempo de mirar la carta que le entregué antes de intentar rechazarme, ¡habría visto que sin duda estaba en el lugar adecuado!".

Hay una falta de conocimiento -y de investigación a gran escala- sobre los efectos de las terapias hormonales y las cirugías para las personas trans, no binarias e intersexuales. Esto significa que los profesionales sanitarios no siempre son conscientes o no están seguros de cómo pueden afectar al tratamiento o a las enfermedades. Y la falta de comprensión de las razones por las que alguien puede decidir no someterse a terapia hormonal o a cambios quirúrgicos físicos puede dar lugar a preguntas invasivas para los pacientes.

"Hace unos años, pasé por meses de derivaciones y pruebas invasivas sin llegar a ninguna conclusión. Clínicos y profesionales no sabían lo suficiente sobre los efectos que los tratamientos hormonales podían tener en nuestra salud reproductiva como para poder explicar qué estaba pasando", explican.

Otra persona, que aún no ha acudido a un cribado de cuello de útero, explica su preocupación por cómo la percibirían los demás. "Me da miedo ir a una futura revisión cervical y que se dirijan a mí como mujer o con un aspecto más masculino -dependiendo de a dónde me lleve mi transición médica- y que me pregunten por qué estoy allí", explican.

"También me preocupa incomodar a las mujeres que quizá no quieran a una persona con aspecto más masculino en la sala de espera con ellas. Aún no sé cómo encontrar la manera de evitarlo. La seguridad de otras personas que intentan acceder a estos importantes servicios es algo que realmente me preocupa."

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Error del sistema

A nivel administrativo, las tecnologías de la información y los sistemas utilizados por el SNS no siempre funcionan para las personas que no son cisgénero (personas que se identifican con el sexo que se les asignó al nacer). Si una persona transgénero cambia de sexo en los registros del SNS -por ejemplo, de mujer a hombre-, corre el riesgo de que no se le envíe una carta convocándola a un cribado de cuello de útero.

Sin embargo, si no lo hacen, corren el riesgo de que se les asigne un género erróneo en los servicios y en la comunicación dentro de la atención sanitaria. Y el funcionamiento del sistema implica que las mujeres transexuales que no tienen cuello uterino y las mujeres cisgénero a las que se les ha extirpado el cuello uterino pueden recibir llamadas innecesarias para someterse a pruebas de detección.

"Sólo se llamará para una prueba de cribado cervical a las personas que tengan un marcador 'F' en su historial médico. Si alguien solicita un frotis de todos modos y su muestra está marcada con una 'M' cuando llega al laboratorio, es probable que sea rechazada", afirma Harri Weeks, de The National LGB&T Partnership. Esta organización benéfica trabaja actualmente en proyectos con el NHS y Public Health England para mejorar el control de género y la inclusividad de los programas de cribado.

Educar a los profesionales

No cabe duda de que los profesionales sanitarios necesitan más formación para atender mejor a los pacientes trans, no binarios e intersexuales y sentirse cómodos haciendo las preguntas adecuadas.

"Es posible que los médicos no sepan cómo hablar con respeto a los pacientes que se salen de la norma, ya sea por su sexo, anatomía o actividad sexual. Esto, o incluso sólo el miedo y las expectativas, puede hacer que la gente dude a la hora de buscar atención", explica Weeks. "Los médicos pueden no saber, por ejemplo, que el uso de testosterona puede tener efectos en los tejidos de la vagina y el cuello uterino. Eso dificulta la recogida de una muestra para el cribado cervical y a veces hace más incómodo el uso del espéculo."

Gran parte de esto se reduce a la comunicación y a hacer las preguntas adecuadas para que los pacientes se sientan cómodos. "Sencillamente, la atención al paciente debe centrarse siempre en la persona. La mayoría de las recomendaciones sobre una buena atención a las personas trans, no binarias e intersexuales son simplemente una extensión de esto", explican.

"Pregunte a la gente si tiene alguna preocupación, hágala sentir bienvenida, cómoda y segura. Explíqueles lo que tiene que ocurrir y por qué, y coménteles los ajustes que puedan ser necesarios. Es importante seguir aprendiendo, pero igual de importante es no tratar a los pacientes trans, no binarios o intersexuales como una oportunidad educativa: están ahí para recibir atención".

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Lenguaje inclusivo

En el pasado, las organizaciones benéficas y sanitarias han dirigido las campañas de cribado cervical a las mujeres. Se está avanzando gradualmente hacia un enfoque neutro desde el punto de vista del género para animar a todos los grupos de riesgo a someterse a las pruebas. El lenguaje utilizado en las campañas, en la información sanitaria y por los profesionales de la salud puede marcar la diferencia para las personas que desean someterse a un cribado de cuello de útero. Así lo señaló un hombre con el que hablé.

"Como alguien que tiene la regla pero no se identifica como mujer, puede sentirse muy solo al ver campañas sobre 'salud femenina' cuando lo que se discute también me afecta a mí, pero no soy una mujer", dice Alex. Alex considera que se está avanzando para que las organizaciones sean más inclusivas. Pero las reacciones negativas en los medios de comunicación y en Internet pueden disuadir a otros de hacer lo mismo, además de poner a las personas trans en el extremo receptor del odio.

La organización benéfica contra el cáncer ginecológico The Eve Appeal acaba de publicar una serie de consejos dirigidos a las personas trans, no binarias e intersexuales y a los profesionales sanitarios que las tratan. Su objetivo es facilitar la detección del cáncer de cuello de útero y combatir la falta de información inclusiva. Entre sus consejos figuran:

  • Pidiendo el espéculo más pequeño disponible.

  • Utilizar una crema hidratante vaginal antes de la cita.

  • No sentirse presionado para completar el cribado en la primera visita.

Cambiar el lenguaje utilizado en el asesoramiento puede ser tan fácil como decir "personas con cérvix" en lugar de mujeres: no todas las mujeres tienen cérvix y no todas las personas con cérvix son mujeres. Este sencillo cambio puede suponer una gran diferencia a la hora de llevar a las personas adecuadas al servicio adecuado.

"Al fin y al cabo, todos queremos lo mismo: una asistencia sanitaria accesible para todos que no excluya ni perjudique a nadie", explica Alex.

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La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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