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Artroscopia y cirugía artroscópica

La artroscopia es un procedimiento quirúrgico que utiliza un fino telescopio con una fuente de luz (artroscopio) para observar el interior de las articulaciones. Además de poder observar el interior, el cirujano puede utilizar el artroscopio para realizar una cirugía mínimamente invasiva. La artroscopia se utiliza sobre todo para investigar o tratar problemas de rodilla. También puede utilizarse en otras articulaciones, como el hombro, la cadera, el codo, la muñeca y el tobillo, e incluso en problemas de la mano o el pie.

Nota: la información que figura a continuación es sólo una guía general. Las modalidades y la forma de realizar las pruebas pueden variar de un hospital a otro. Siga siempre las instrucciones de su médico o del hospital local.

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¿Qué es una artroscopia?

La artroscopia es un procedimiento para observar el interior de una articulación mediante un artroscopio. Un artroscopio es como un telescopio fino con una fuente de luz. Se utiliza para iluminar y ampliar las estructuras del interior de una articulación. El artroscopio se introduce en la articulación a través de un pequeño corte (incisión) en la piel.

La artroscopia puede realizarse para investigar síntomas como dolor, hinchazón o inestabilidad de una articulación. Una artroscopia puede mostrar daños en el cartílago o los ligamentos de una articulación, fragmentos de hueso o cartílago que se han desprendido (cuerpos sueltos) o signos de artritis.

¿Qué es la cirugía artroscópica?

Además de simplemente mirar dentro, el médico puede utilizar instrumentos finos que también se introducen en la articulación a través de una pequeña incisión en la piel (cirugía endoscópica). Estos instrumentos se utilizan para cortar, recortar, tomar una muestra para estudiarla al microscopio (biopsia), agarrar, etc., dentro de la articulación. La cirugía artroscópica puede utilizarse para diversos procedimientos, entre los que se incluyen:

  • Extracción de pequeños trozos de hueso o cartílago que se han desprendido en el espacio articular.

  • Reparación o extracción de ligamentos rotos.

  • Eliminación del cartílago dañado.

  • Eliminación del tejido que rodea la articulación (sinovial), que se ha inflamado.

Aproximadamente 17 de cada 20 artroscopias se realizan en la rodilla, 2 de cada 20 en el hombro y un pequeño número en otras articulaciones, como el tobillo, el codo, la muñeca y la cadera.

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¿Por qué se hace?

La cirugía artroscópica permite a menudo tratar o reparar articulaciones sin necesidad de una cirugía abierta más tradicional de una articulación, que implica un gran corte (incisión). Por regla general, en comparación con la cirugía tradicional de una articulación, con la cirugía artroscópica suele haber:

  • Menos dolor tras la intervención.

  • Menos riesgo de complicaciones.

  • Una estancia hospitalaria más corta (a menudo se realiza como procedimiento ambulatorio).

  • Una recuperación más rápida.

¿Cómo se hace?

La artroscopia y la cirugía artroscópica pueden realizarse con anestesia local o general. El tipo de anestesia elegido depende de la articulación que se examine y de otras consideraciones. Se limpiará la piel de la articulación. Se le pedirá que adopte la posición más adecuada para el procedimiento.

Por ejemplo, puede que tenga que tumbarse boca arriba con la rodilla doblada para las intervenciones de rodilla, o tumbarse de lado para las intervenciones de hombro, etc. Para la artroscopia de rodilla puede colocarse una banda de presión (torniquete) alrededor de la parte superior de la pierna para restringir el flujo sanguíneo.

El cirujano hace un pequeño corte (incisión) junto a la articulación, de apenas unos milímetros. El fino telescopio con una fuente de luz (el artroscopio) se introduce en la articulación a través de la incisión. El artroscopio utilizado para la articulación de la rodilla tiene aproximadamente la anchura de un lápiz. Para articulaciones más pequeñas, como la muñeca o el tobillo, se utiliza uno más fino. Se practican una o varias incisiones separadas para que el cirujano pueda introducirlo:

  • Una sonda de exploración fina en la articulación; o bien

  • Instrumentos finos utilizados en cirugía; o

  • Líquido para facilitar la visión y enjuagar la junta.

El artroscopio transmite imágenes a través de una cámara acoplada a una pantalla de visualización. Mirando la pantalla, el cirujano puede ver el interior de la articulación, incluidos los extremos de la sonda o los instrumentos quirúrgicos. Así pues, durante gran parte del tiempo, el cirujano está mirando la pantalla de visualización para guiarse en la manipulación de los instrumentos dentro de la articulación.

Una vez finalizada la intervención, se retiran el artroscopio y los demás instrumentos. Las incisiones pueden necesitar uno o dos puntos de sutura, pero a menudo no son necesarios, ya que las incisiones son muy pequeñas. Se coloca un apósito estéril sobre las incisiones. Puede aplicarse una bolsa de hielo durante un tiempo para minimizar la inflamación. Dependiendo de lo que se haya hecho y del problema que tenga, la articulación de la rodilla puede cubrirse con un vendaje grande u otro tipo de soporte para la rodilla.

Muchas personas pueden irse a casa poco después de la intervención. El tipo de problemas difiere. Por lo tanto, las instrucciones para el seguimiento y lo que debe y no debe hacer se las dará un médico o una enfermera. (Por ejemplo, si debe hacer fisioterapia, o si debe guardar reposo, o si debe hacer ejercicio, etc.).

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Recuperación

La recuperación de una artroscopia puede durar desde una semana hasta varios meses, dependiendo del procedimiento que se haya realizado, de la articulación que se haya operado, de si ha habido complicaciones y de su estado general de salud.

Comprender las articulaciones

Diagrama de sección transversal de una junta normal

Diagrama de sección transversal de una junta normal

El lugar donde se unen dos huesos se llama articulación. Las articulaciones permiten el movimiento y la flexibilidad de varias partes del cuerpo. El movimiento de los huesos lo provocan los músculos, que tiran de los tendones que están unidos al hueso.

El cartílago recubre el extremo de los huesos. Entre el cartílago de dos huesos que forman una articulación hay una pequeña cantidad de líquido espeso llamado líquido sinovial. Este líquido lubrica la articulación, lo que permite un movimiento suave entre los huesos.

El líquido sinovial está formado por el tejido que rodea una articulación (la membrana sinovial). La parte externa de la membrana sinovial se denomina cápsula. Es resistente, da estabilidad a la articulación e impide que los huesos se muevan "fuera de la articulación". Los ligamentos y músculos circundantes también contribuyen a dar soporte y estabilidad a las articulaciones.

En la articulación de la rodilla, el cartílago que recubre la parte inferior de la articulación está engrosado en la parte interna y externa de la articulación. Estas dos zonas de cartílago se denominan a veces meniscos. Los meniscos actúan como amortiguadores en la rodilla y a veces se desgarran tras una lesión de rodilla. Además, hay dos fuertes ligamentos en forma de cruz (cruzados) en medio de las articulaciones de la rodilla, que están unidos a los extremos del hueso de la pantorrilla (tibia) y del hueso del muslo (fémur). Estos ligamentos también pueden romperse tras una lesión de rodilla.

¿Existen posibles complicaciones?

En la mayoría de los casos el procedimiento se realiza sin problemas. Las complicaciones suelen ser poco frecuentes, pero pueden incluir:

  • Daños accidentales a estructuras dentro o cerca de la junta.

  • Sangrado excesivo en el interior de la articulación que puede causar mucha hinchazón y dolor.

  • Infección en la articulación: puede ser grave.

  • Como en cualquier operación, existe el riesgo de alergia a los anestésicos locales o de complicaciones de la anestesia si se utiliza anestesia general.

Después de una artroscopia o cirugía artroscópica, acuda urgentemente al médico si:

  • Tiene dolor o hinchazón en la articulación, que empeora. En particular, si la articulación también está caliente, sensible y roja. (Esto puede indicar hemorragia o infección en la articulación).

  • Desarrollar una alta temperatura.

  • Ver que sale líquido, pus o sangre del lugar del corte (incisión).

  • Desarrollar entumecimiento u hormigueo cerca de la articulación (lo que puede indicar daño nervioso).

Lecturas complementarias y referencias

Historia del artículo

La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.

  • Fecha prevista para la próxima revisión: 19 oct 2027
  • 20 Oct 2024 | Última versión

    Última actualización

    Dra. Rachel Hudson, MRCGP

    Revisado por expertos

    Dr. Toni Hazell, MRCGP
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