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Formas de mejorar su relación con la comida

Formas de mejorar su relación con la comida

¿Qué opina de la comida? Quizá le preocupa no comer suficiente fruta. ¿O quizá años de dieta le han quitado el placer de darse un capricho con un trozo de tarta?

Sea cual sea la respuesta, es poco probable que tus sentimientos sean neutrales. Sin embargo, si lo desmenuzamos todo, la comida es simplemente el combustible que utilizamos para nutrirnos y llenarnos de energía. Trabajar nuestra reacción emocional ante lo que comemos es una forma estupenda de mejorar nuestra relación con la comida.

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¿Qué es una relación sana con la comida?

Yo describiría una relación sana con la comida como la capacidad de comer cuando se tiene hambre y parar cuando ya se ha comido suficiente", dice la terapeuta principal Sally Baker, coautora de"7 sencillos pasos para dejar de comer emocionalmente". "Comer comida de verdad y poder disfrutarla sin ningún autojuicio negativo ni darle demasiadas vueltas".

Si sientes una punzada de culpabilidad al coger la lata de galletas o te arrepientes de haberte comido el último trozo de pizza, es señal de que no estás en contacto con las necesidades de tu cuerpo y de que comes por razones equivocadas.

¿Por qué asociamos las emociones con la comida?

Lo más probable es que tu conexión emocional con la comida empezara en la infancia.

"Los niños adquieren emociones en torno a la comida hacia los 3 o 4 años", explica Baker. "Todo el régimen de comidas de la familia se imprime pronto en la mente receptiva del niño. Sabrán si están siendo buenos o quisquillosos o qué respuestas obtienen de sus cuidadores si rechazan la comida. Es raro que un niño coma dentro de casa sin tener algún tipo de emoción cargada".

¿Cómo podemos volver a lo básico?

Es posible que hayas oído hablar de la expresión"alimentación intuitiva", según la cual las personas intentan sintonizar con su cuerpo y comer lo que realmente les apetece sin juzgarse a sí mismas.

El problema, según Baker, es que muy pocas personas pueden practicar con éxito una verdadera alimentación intuitiva. "Comer intuitivamente significa ser muy comedido y neutral con la comida. Estar en contacto con el cuerpo. Es algo que hay que intentar conseguir, pero a mucha gente le resulta casi imposible", explica.

Para empezar a "resetear" nuestra relación con la comida, Baker recomienda que primero reconozcamos cuándo -y, lo que es más importante, por qué- comemos cuando lo hacemos. "Es útil llevar un diario de alimentos y estados de ánimo durante un par de semanas", dice.

"Cuando tengas ganas de comer, calcula en una escala del 0 al 10 el hambre que tienes. A continuación, comprueba cómo te sientes: ¿aburrido, enfadado, triste, solo, feliz? Empieza a ser más consciente e intuitivo. ¿Qué emociones te provocan el deseo de comer?".

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Encontrar el porqué

Al final de las dos semanas, deberíamos ser capaces de identificar los momentos en los que recurrimos a la comida reconfortante: la dosis de azúcar que nos hace sentir bien cuando estamos deprimidos o las patatas fritas que devoramos por la noche porque estamos aburridos.

Sin embargo, si notas que, en lugar de sentir una emoción fuerte, buscas el chocolate por un auténtico bajón de energía, merece la pena que vayas al médico. "Hay razones físicas por las que podemos estar buscando un estímulo", coincide Baker. "Merece la pena hablar con el médico de cabecera y hacerse un chequeo de la tiroides, por ejemplo".

A menudo asociamos la idea de tener una relación negativa con la comida con quienes comen en exceso o tienen una dieta poco nutritiva. Pero el diario de alimentos también puede revelar que no comemos lo suficiente. "Puede que descubras que no comes hasta las ocho o las diez, casi vorazmente hambriento", dice Baker. "Es importante alimentar el cuerpo y no llevarlo al extremo".

Otros pueden darse cuenta de que apenas dejan que el hambre les afecte antes de buscar una cura. "Algunas personas comen cuando apenas tienen hambre, quizá un 1 o un 2", dice Baker. "A menudo descubrimos que estas personas han crecido en una situación de 'caos alimentario', en la que los horarios de las comidas no eran regulares o los alimentos escaseaban. Esto significa que han desarrollado un miedo a la sensación de hambre".

Empezando a curarse

Aquellos que simplemente quieren averiguar por qué pican entre comidas o intentan limitar su consumo de patatas fritas, pueden descubrir que basta con identificar cuándo y por qué ceden a los desencadenantes de la alimentación emocional para mejorar su relación con la comida. Pero a otros les puede venir bien el asesoramiento psicológico. "La terapia puede introducir a las personas en una serie de técnicas que pueden ayudar y apoyar este proceso", coincide Baker.

Algunas personas también pueden beneficiarse de hablar con un dietista, que puede trabajar con ellas para elaborar un plan de comidas que se adapte a su estilo de vida y sus necesidades.

Una cosa es darse cuenta de que uno tiende a recurrir al chocolate cuando está estresado o de que come más de lo necesario cuando ve EastEnders. Pero, ¿qué debemos hacer cuando identificamos momentos en los que corremos el riesgo de recurrir a la comida reconfortante?

Según Baker, la clave está en encontrar algo que sustituya a esa muleta emocional que nos da la comida. "Por ejemplo, podrías sentirte solo: ¿podrías llamar a un amigo o hablar con tu pareja? "Si no tienes hambre, pero buscas algo, intenta averiguar qué es".

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El camino hacia el descubrimiento

Comprendernos a nosotros mismos y saber por qué comemos es una parte fundamental para aprender a desarrollar una relación más sana con la comida. Sin embargo, como ocurre con muchas cuestiones emocionales, aprender sobre nosotros mismos es sólo una parte del proceso para desarrollar una relación más sana con la comida.

También es importante recordar que a veces está bien disfrutar de la comida y comer por motivos distintos al hambre. "A veces la gente me pregunta si está bien comer tarta en una celebración", dice Baker. "Yo les digo que por supuesto que sí. La comida puede darnos mucho placer y es una parte importante de nuestra cultura. Lo importante es entender el cuándo y el por qué para eliminar los malos hábitos y avanzar hacia una actitud más sana ante la comida."

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La información de esta página ha sido revisada por médicos cualificados.

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