Amebiasis
Revisado por Dr Hayley Willacy, FRCGP Última actualización por Dr Colin Tidy, MRCGPÚltima actualización 18 Ene 2023
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¿Qué es la amebiasis?
La amebiasis está causada por el protozoo Entamoeba histolytica.1 La amebiasis suele ser asintomática, pero puede causar disentería y enfermedad invasiva extraintestinal.2 Entamoeba dispar, otra especie, se ha considerado en el pasado no patológica, pero experimentos in vitro e in vivo sugieren que es capaz de causar daños hepáticos.3
El ser humano es el único reservorio, y la infección se produce por ingestión de quistes maduros en alimentos o agua, o en las manos contaminadas por heces.4
Los quistes de E. histolytica penetran en el intestino delgado y liberan parásitos amebianos activos (trofozoítos), que invaden las células epiteliales del intestino grueso, provocando úlceras en forma de frasco. La infección puede propagarse de los intestinos a otros órganos, como el hígado, los pulmones y el cerebro, a través del sistema venoso.
Los portadores asintomáticos eliminan quistes en las heces y el estado de portador asintomático puede persistir indefinidamente. E. dispar es el parásito más frecuente en estos portadores. Los quistes permanecen viables hasta dos meses.
La amebiasis invasiva suele causar un absceso hepático amebiano, pero puede afectar al pulmón, el corazón, el cerebro, las vías urinarias y la piel.5
¿Es frecuente la amebiasis? (Epidemiología)6
E. histolytica infecta aproximadamente a 50 millones de personas en todo el mundo, de las que aproximadamente 100.000 mueren anualmente.7
Es la tercera causa más común de muerte (después de la esquistosomiasis y la malaria) por infecciones parasitarias.8
La mayoría de los casos de amebiasis se dan en países en vías de desarrollo. En los países industrializados, los grupos de riesgo son las personas inmunodeprimidas y las poblaciones institucionalizadas.4
La disentería amebiana se transmite en zonas donde un saneamiento deficiente permite la contaminación del agua potable y los alimentos con heces. En estas zonas, hasta el 40% de las personas con diarrea pueden tener disentería amebiana.
Las estimaciones sobre la prevalencia de la infección por Entamoeba spp. oscilan entre el 1% y el 40% de la población en América Central y del Sur, África y Asia, y entre el 0,2% y el 10,8% en zonas endémicas de países desarrollados como Estados Unidos. Sin embargo, estas estimaciones son difíciles de interpretar, principalmente porque la infección puede permanecer asintomática o no notificarse, y porque muchos informes antiguos no distinguen E. histolytica de la especie no patógena y morfológicamente idéntica E. dispar.
Se observa un aumento de la prevalencia en los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que practican sexo oral-anal.9
También corren peligro las personas itinerantes e inmigrantes y los residentes en instituciones.10
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Síntomas de la amebiasis6
El periodo de incubación puede ser tan corto como siete días y la invasión de tejidos se produce principalmente durante los primeros cuatro meses de la infección.
Alrededor del 90% de las infecciones son asintomáticas y el 10% restante produce un espectro de enfermedad.2
Los síntomas incluyen disentería grave y complicaciones asociadas. Las infecciones crónicas graves pueden provocar otras complicaciones como peritonitis, perforaciones y la formación de granulomas amebianos (ameboma). Los abscesos hepáticos amebianos son la manifestación más frecuente de la amebiasis extraintestinal. También pueden producirse abscesos pleuropulmonares, abscesos cerebrales y lesiones necróticas en la piel perianal y los genitales.4
Amebiasis intestinal
El tipo más común de infección amebiana es el paso asintomático de quistes, que se encuentra principalmente asociado a la infección por E. dispar .2
Los pacientes sintomáticos presentan inicialmente dolor abdominal bajo y diarrea, y más tarde desarrollan disentería (con sangre y mucosidad en las heces).
Colitis amebiana con disentería: heces blandas con sangre fresca. El paciente suele encontrarse bien, con dolor abdominal leve o moderado. Los síntomas suelen fluctuar a lo largo de semanas o incluso meses y el paciente se debilita.
Sensibilidad abdominal en una o ambas fosas ilíacas, pero puede ser generalizada. El intestino está palpablemente engrosado y la fiebre es baja. Los pacientes más graves presentan distensión abdominal y a veces defecan cantidades relativamente pequeñas de heces.
Colitis amebiana sin disentería: cambio del hábito intestinal, heces sanguinolentas, flatulencia y dolor cólico, sensibilidad en la fosa ilíaca derecha u otros lugares sobre el colon. Puede desaparecer o evolucionar hacia la disentería.
Hemorragia rectal: en ocasiones puede ser el único signo, con o sin tenesmo (frecuente en niños).
Amoeboma:
Masa abdominal, que suele estar en la fosa ilíaca derecha.
Puede ser doloroso y sensible.
Fiebre, alteración del hábito intestinal y puede haber disentería intermitente.
Pueden ser síntomas de obstrucción intestinal parcial o intermitente.
Colitis fulminante: es más probable en niños y en pacientes que toman corticoides; fiebre alta, dolor abdominal intenso, aumento de la distensión abdominal con vómitos y diarrea acuosa. Ausencia de ruidos intestinales. La radiografía puede mostrar gas peritoneal libre con dilatación gaseosa aguda del colon.
Perforación localizada y apendicitis: la úlcera profunda puede causar una perforación repentina con peritonitis o puede filtrarse causando un absceso pericólico o una infección retroperitoneal. También puede parecerse a una apendicitis simple, a menudo con signos de disentería.
Amebiasis hepática
No suele haber disentería en la actualidad y, a menudo, tampoco antecedentes de disentería.
Suele aparecer entre ocho semanas y un año después de la infección.
Se presenta con sudoración y pirexia, hígado o diafragma dolorosos, junto con pérdida de peso que suele aparecer de forma insidiosa, pero el dolor puede aparecer de forma brusca.
La fiebre suele remitir con una subida vespertina prominente con breves rigores y sudoración profusa.
A menudo hay anemia y tos seca y dolorosa.
El hígado está aumentado de tamaño, con sensibilidad localizada en el hipocondrio derecho, el epigastrio y los espacios intercostales que recubren el hígado.
Puede encontrarse una masa epigástrica procedente de una lesión del lóbulo izquierdo.
El agrandamiento hacia arriba puede causar abombamiento de la pared torácica derecha con aumento del nivel superior del hígado matizado a la percusión. Pueden oírse ruidos respiratorios reducidos o crepitaciones en la base pulmonar derecha.
El absceso puede extenderse a estructuras adyacentes, generalmente el tórax derecho, el peritoneo y el pericardio. Si se extiende al pulmón, produce una fístula hepatobronquial con expectoración de tejido hepático pardusco y necrótico. También puede causar peritonitis, pericarditis, absceso cerebral o enfermedad genitourinaria.
Diagnóstico diferencial
Otras causas de colitis infecciosa, colitis ulcerosa, cáncer colorrectal.
En caso de infección crónica, otros diagnósticos posibles son la enfermedad de Crohn, la tuberculosis ileocecal, la diverticulitis, el linfogranuloma venéreo anorrectal.
El absceso hepático amebiano debe diferenciarse del absceso piógeno, que puede producirse sobre todo en pacientes de edad avanzada con una enfermedad intestinal subyacente o tras una intervención quirúrgica.
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Investigaciones11
Hemograma (leucocitosis), VSG elevada, pruebas de función hepática anormales (fosfatasa alcalina y transaminasas elevadas).2
Examen de heces:
El examen microscópico de las heces en busca de trofozoítos debe realizarse en pacientes con diarrea. El examen de 3 a 6 muestras de heces y las técnicas de concentración pueden ser necesarias debido a la baja especificidad.
E. histolytica debe diferenciarse de otras Entamoeba spp.4 La Organización Mundial de la Salud recomienda ahora que la amebiasis intestinal se diagnostique mediante pruebas específicas de E. histolytica en heces (por ejemplo, cultivos, pruebas de antígenos o PCR) en lugar de examinar las heces en busca de óvulos y parásitos.
Serología: las pruebas de anticuerpos son positivas en casi el 100% de los casos de absceso hepático, en el 89-100% de los casos de enfermedad intestinal invasiva y en casi el 100% de los pacientes con ameboma.12 13
Pruebas PCR (heces, aspirado de absceso u otros tejidos).
Los estudios con bario están contraindicados en la colitis amebiana aguda por el riesgo de perforación.
La ecografía, la tomografía computarizada y la resonancia magnética del abdomen pueden ser útiles para diagnosticar la amebiasis hepática.
Aspiración de abscesos hepáticos guiada por ecografía o TC.
Proctoscopia, sigmoidoscopia o colonoscopia: raspados mucosos para biopsia y pruebas de E. histolytica.
Los abscesos se resuelven lentamente y pueden aumentar de tamaño durante el tratamiento, por lo que la respuesta clínica, más que las exploraciones repetidas, es más importante para controlar la evolución.
Tratamiento de la amebiasis2
Puede ser necesaria la reposición de líquidos y electrolitos, la aspiración gástrica y la transfusión de sangre.
El furoato de diloxanida es el fármaco de elección para los pacientes asintomáticos con quistes de E. histolytica en las heces (el metronidazol y el tinidazol son relativamente ineficaces).
El metronidazol es la primera opción para el tratamiento de la disentería amebiana invasiva aguda. El tinidazol también es eficaz.
El tratamiento con metronidazol o tinidazol va seguido de un ciclo de 10 días de furoato de diloxanida para destruir las amebas del intestino.
El furoato de diloxanida también se administra en un ciclo de 10 días para las infecciones crónicas.
Abscesos amebianos del hígado:
El metronidazol y el tinidazol son eficaces para los abscesos amebianos del hígado.
El furoato de diloxanida no es eficaz contra la amebiasis hepática, pero debe administrarse un tratamiento de 10 días al final del tratamiento con metronidazol o tinidazol para destruir las amebas presentes en el intestino.
El drenaje quirúrgico de un absceso hepático amebiano no complicado es innecesario y debe evitarse.
No obstante, el absceso debe drenarse si existe riesgo de que se rompa o si el metronidazol no produce mejoría tras 72 horas de tratamiento.
La aspiración está siendo sustituida en gran medida por el drenaje percutáneo con catéter.14
En pacientes no aptos para el drenaje percutáneo (ancianos, frágiles, shock séptico, quistes multiloculares) la laparoscopia es la opción preferida.15
La laparotomía suele ser necesaria en caso de rotura de un absceso hepático, pero en ocasiones puede tratarse mediante drenaje percutáneo con catéter guiado por ecografía.16
Complicaciones6 17
La disentería amebiana fulminante suele ser mortal. Otras complicaciones son la perforación del colon, las úlceras colónicas, el ameboma o la portación crónica.
La colitis amebiana puede desembocar en una colitis fulminante o necrotizante, un megacolon tóxico, un ameboma o una fístula rectovaginal.
Absceso hepático amebiano: puede extenderse y/o romperse en el abdomen o el tórax, o diseminarse y causar un absceso cerebral.
Pronóstico2
En la enfermedad no complicada, la tasa de mortalidad es inferior al 1%, pero es mucho mayor en la enfermedad grave complicada, por ejemplo, colitis amebiana fulminante, afectación torácica o amebiasis cerebral.
La enfermedad es más grave en niños (especialmente neonatos), inmunodeprimidos, desnutridos, durante el embarazo y el posparto.
La recurrencia es frecuente si las amebas no se erradican por completo.
El intestino se cura rápida y completamente; los abscesos hepáticos suelen desaparecer en un plazo de 8 meses a 2 años.
Prevención de la amebiasis
El éxito del control de la amebiasis depende de la prevención de la infección mediante un saneamiento adecuado, agua y alimentos seguros y una buena higiene personal de la población.
Todavía no existe ninguna vacuna, pero se ha avanzado en la identificación de posibles candidatos, la vía de aplicación y la comprensión de la respuesta inmunitaria. Se espera que esto conduzca al desarrollo de una vacuna en los próximos años.18
Lecturas complementarias y referencias
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- Stanley SL JrAmoebiasis. Lancet. 2003 Mar 22;361(9362):1025-34.
- Ximenez C, Moran P, Rojas L, et alNovedades sobre la amebiasis: una enfermedad tropical desatendida. J Glob Infect Dis. 2011 Abr;3(2):166-74. doi: 10.4103/0974-777X.81695.
- Dolabella SS, Serrano-Luna J, Navarro-García F, et al.Producción de abscesos hepáticos amebianos por Entamoeba dispar. Ann Hepatol. 2012 Jan-Feb;11(1):107-17.
- AmebiasisDPDx, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
- Moran P, Rojas L, Cerritos R, et alCaso clínico: Amebiasis cutánea: la importancia del diagnóstico molecular de una enfermedad parasitaria emergente. Am J Trop Med Hyg. 2013 Jan;88(1):186-90. doi: 10.4269/ajtmh.2012.12-0278. Epub 3 de diciembre de 2012.
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Historia del artículo
La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.
Fecha de la próxima revisión: 22 de diciembre de 2027
18 Ene 2023 | Última versión

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