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Síndrome de realimentación

El síndrome de realimentación se describió por primera vez en prisioneros del Lejano Oriente después de la segunda guerra mundial, cuando desarrollaron insuficiencia cardiaca tras empezar a comer de nuevo después de un periodo prolongado de inanición.

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¿Qué es el síndrome de realimentación?

El síndrome de realimentación es un cambio peligroso y potencialmente mortal de líquidos y sales corporales (electrolitos) que puede producirse cuando los pacientes desnutridos reciben tratamiento con realimentación. Estos desplazamientos provocan complicaciones graves como un bajo nivel de fosfato corporal, un equilibrio anormal de sodio y líquidos, cambios en el metabolismo de la glucosa, las proteínas y las grasas, niveles bajos de vitaminas, en particular de tiamina (vitamina B1), bajo nivel de potasio y bajo nivel de magnesio.

Empezar a comer de nuevo tras un periodo de inanición prolongada también puede provocar complicaciones graves, como insuficiencia cardiaca y problemas pulmonares, hepáticos y cerebrales, que pueden ser mortales. La reversión repentina de la inanición prolongada mediante la reintroducción de alimentos conduce a cambios rápidos de electrolitos en las células. Las lesiones musculares (miopatía) y la descomposición rápida del músculo (rabdomiólisis) también son complicaciones reconocidas.

Síntomas del síndrome de realimentación

El síndrome de realimentación suele comenzar en las 72 horas siguientes al inicio de la realimentación, con un intervalo de 1 a 5 días, pero luego puede progresar rápidamente. Sin embargo, puede aparecer más tarde (hasta 18 días) en los casos de desnutrición más grave. Los síntomas del síndrome de realimentación incluyen:

  • Dolor abdominal, cambios intestinales.

  • Confusión.

  • Dificultad para respirar.

  • Fatiga.

  • Palpitaciones, aumento del ritmo cardíaco, tensión arterial baja.

  • Dolor muscular, debilidad.

  • Náuseas, vómitos.

  • Hinchazón (edema), aumento rápido de peso (por retención de líquidos).

  • Parálisis.

  • Convulsiones.

Si no se reconoce y trata rápidamente, el síndrome de realimentación puede provocar un coma o incluso la muerte.

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¿A quién afecta el síndrome de realimentación?

Las personas con mayor riesgo de padecer el síndrome de realimentación son los ancianos y las personas con:

  • Índice de masa corporal muy bajo, por ejemplo, anorexia nerviosa.

  • Ingesta mínima o nula de alimentos durante más de 3-4 días consecutivos (cuanto mayor sea la duración, mayor será el riesgo y la gravedad del síndrome de realimentación).

  • Pérdida de peso superior al 15% en los últimos 3 meses.

  • Niveles químicos (electrolitos) anormales.

  • Afecciones médicas como neumonía u otras infecciones graves, insuficiencia cardíaca o cardiopatías, o daños hepáticos (por ejemplo, antecedentes de dependencia del alcohol) antes de la realimentación.

  • Otros riesgos son una diabetes mal controlada, recibir quimioterapia o recuperarse de una intervención quirúrgica.

El síndrome de realimentación es menos frecuente en niños que en adultos, pero puede producirse.

Causas del síndrome de realimentación

El síndrome de realimentación se produce en personas desnutridas, sobre todo en las que han estado hospitalizadas. Otras causas de desnutrición son la incapacidad para ingerir alimentos por vía oral debido a una lesión o afección como problemas dentales o cirugía oral, la incapacidad para tragar, una enfermedad gastrointestinal que afecte a la digestión (malabsorción) o una intervención quirúrgica para perder peso.

Además, el hambre, la enfermedad, la pobreza, la discapacidad o la vejez pueden causar problemas de acceso a alimentos nutritivos y provocar desnutrición. Una persona puede sufrir malnutrición con cualquier peso.

Cuando el organismo no recibe una cantidad adecuada de alimentos y agua, se ve obligado a utilizar las reservas de grasa, y finalmente de músculo, para obtener energía. Cuanto más dure la inanición, más utilizará el cuerpo estas reservas. El desgaste muscular y la pérdida de reservas de grasa debilitan los órganos vitales del cuerpo, especialmente el corazón. A medida que progresa la desnutrición, la persona se vuelve más vulnerable a lesiones y enfermedades.

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Diagnóstico del síndrome de realimentación

Las personas gravemente desnutridas suelen ingresar en un hospital de cuidados intensivos para iniciar la realimentación y la reposición de líquidos. Esto permite una estrecha vigilancia de las constantes vitales y análisis de sangre para diagnosticar rápidamente el síndrome de realimentación. Los análisis de sangre, como los niveles de electrolitos, a menudo pueden mostrar complicaciones potencialmente mortales antes de que aparezcan los síntomas. El equipo médico vigilará de cerca los niveles de glucosa, sodio, potasio y otros electrolitos.

Tratamiento del síndrome de realimentación

Durante la realimentación, es necesario un seguimiento constante. Algunos cambios metabólicos potencialmente mortales (como los niveles bajos de potasio) pueden producirse de forma repentina. La nutrición y la ingesta de líquidos, la diuresis, el peso y la masa corporal también se vigilarán estrechamente durante la realimentación.

La realimentación y la reposición de líquidos y electrolitos deben ser lentas y deliberadas, para que el organismo tenga tiempo suficiente para adaptarse. También serán necesarios suplementos vitamínicos para corregir cualquier deficiencia (especialmente una deficiencia de tiamina).

Dependiendo de la causa subyacente de la desnutrición, pueden ser necesarias otras intervenciones, como un tratamiento para un problema intestinal. También puede ser necesario un tratamiento si el síndrome de realimentación provoca alguna complicación, como insuficiencia cardiaca, insulina para controlar la glucemia alta o corrección de las bajadas de potasio, fosfato o magnesio.

Además de un equipo de médicos y enfermeras, el tratamiento del síndrome de realimentación necesitará otros profesionales sanitarios, en función de las necesidades de cada persona. Dietistas y especialistas en nutrición intervendrán para garantizar que se proporciona la cantidad y el contenido correctos de la nutrición sustitutiva.

La atención de seguimiento a largo plazo de las personas que han recibido tratamiento por desnutrición deberá incluir a muchos profesionales sanitarios diferentes en función de la causa subyacente, incluidos profesionales de la salud mental, especialistas y dietistas.

¿Puede prevenirse el síndrome de realimentación?

Es esencial mantener una reposición lenta y constante de líquidos y calorías y disponer de un plan específico de líquidos y nutrición para cada persona. Una estrecha vigilancia de la ingesta de alimentos y líquidos, del peso corporal y de los análisis de sangre también garantizará el reconocimiento precoz de los problemas y el tratamiento temprano para prevenir el síndrome de realimentación.

Lecturas complementarias y referencias

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La información de esta página ha sido redactada y revisada por médicos cualificados.

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