Prueba de Coombs

¿Qué es la prueba de Coombs?

Los dos tipos de prueba de Coombs son los siguientes:

• La prueba de Coombs directa consiste en observar directamente los glóbulos rojos presentes en una muestra de sangre. La prueba de Coombs directa se denomina a veces prueba de antiglobulina directa (DAT).

• La prueba de Coombs indirecta examina la parte líquida de la sangre (el plasma). La prueba de Coombs indirecta a veces se denomina prueba de antiglobulina indirecta (IAT).

Ambos tipos de prueba de Coombs buscan anticuerpos que puedan atacar a los glóbulos rojos y provocar su destrucción.

¿Para qué sirve la prueba de Coombs?

La prueba de Coombs directa puede utilizarse si los médicos sospechan que una persona padece un tipo de anemia denominada anemia hemolítica. La anemia hemolítica es una afección en la que no hay suficientes glóbulos rojos en el organismo porque algo en el cuerpo los está destruyendo. La prueba de Coombs se realiza para ver si es el sistema inmunitario el que puede estar provocando la destrucción de los glóbulos rojos.

La prueba de Coombs indirecta se utiliza para asegurarse de que la sangre donada es compatible con el paciente que va a recibirla. También se utiliza para comprobar que la sangre de una madre embarazada no contiene anticuerpos que puedan causar daño a su bebé. Consulte el folleto titulado Análisis de sangre.

¿Cómo funciona la prueba de Coombs?

Prueba de Coombs directa

En una prueba de Coombs directa se añade un anticuerpo especial a una muestra de sangre. Esta prueba comprueba si hay anticuerpos que ya se hayan adherido a la superficie del glóbulo rojo. Si los anticuerpos que se añaden se unen a los anticuerpos de la superficie de la célula, la prueba es positiva. Esto hace que los hematíes se agrupen en el tubo de ensayo. Una prueba positiva muestra que parte del sistema inmunitario está provocando la destrucción de los glóbulos rojos.

Prueba de Coombs indirecta

La prueba de Coombs indirecta se realiza en una muestra de la parte líquida de la sangre. Busca anticuerpos en el torrente sanguíneo que no estén unidos a los glóbulos rojos, pero que podrían unirse a determinados glóbulos rojos y destruirlos.

Respuesta de anticuerpos

Los glóbulos rojos tienen ciertas proteínas en su superficie, denominadas antígenos. Además, el plasma contiene un tipo especial de proteínas denominadas anticuerpos, que atacan a determinados antígenos si están presentes.

Los antígenos son como banderas para nuestro sistema inmunitario. Suelen identificar una sustancia que no debe estar en el cuerpo (extraña). Pueden encontrarse en la superficie de los gérmenes (bacterias), pero también en sustancias que no causan enfermedades. Por ejemplo, pueden encontrarse en el polen, la sangre o los órganos trasplantados.

La presencia de un antígeno no producido por el organismo provoca la actuación del sistema inmunitario. Esto se denomina respuesta de anticuerpos. Es una de las formas que tiene nuestro organismo de protegernos de las enfermedades. Reconoce bacterias y virus por sus antígenos y los destruye mediante anticuerpos. Sin embargo, en algunas afecciones, conocidas como enfermedades autoinmunes, el propio organismo puede destruir los propios glóbulos rojos.

Reacción transfusional

La sangre humana se agrupa por los diferentes tipos de antígenos que se encuentran en la superficie de los glóbulos rojos. Si recibe una transfusión de sangre, la sangre transfundida debe ser del mismo grupo (tipo) sanguíneo que la suya. Debe tener los mismos antígenos que sus glóbulos rojos.

Si recibe una transfusión de sangre con antígenos diferentes a los suyos (sangre incompatible), su sistema inmunitario destruye las células sanguíneas transfundidas. Esto se denomina reacción a la transfusión y puede causar una enfermedad grave o incluso la muerte. Por eso es tan importante la compatibilidad de los grupos sanguíneos.

¿Qué ocurre durante una prueba de Coombs?

La prueba de Coombs consiste en tomar una muestra de sangre. La muestra de sangre se envía al laboratorio, donde se realiza la prueba de Coombs.