Lo que hay que saber sobre los pensamientos intrusivos y el TOC

Tener "pensamientos intrusivos" es un término que engloba todos los pensamientos no deseados: pensamientos sexuales o violentos, pensamientos de hacer, decir o ver algo tabú, o imágenes o mensajes mentales no deseados en general.

Los pensamientos intrusivos en sí mismos no son una afección ni un síntoma de nada. Un estudio de 2014 sugirió que el 94% de las personas creían haberlos experimentado. Son desagradables y no invitados, pero en casi todos los casos aparecen y desaparecen sin consecuencias.

Pero en las personas con trastorno obsesivo-compulsivo, la experiencia es totalmente distinta. El TOC es un trastorno mental crónico y (aunque quizás infradiagnosticado) es mucho menos frecuente que los pensamientos intrusivos. Según las estimaciones actuales, el 1,2% de la población se ve afectada por el TOC en un periodo de 12 meses (sin incluir a sus seres queridos, que podrían verse afectados por apoyarlos). Esto significa que, en un momento dado, más de 750.000 personas padecen TOC en el Reino Unido.

Vivir con TOC y pensamientos intrusivos

El diagnóstico de TOC es el resultado de la combinación de dos síntomas: pensamientos obsesivos y comportamiento compulsivo. Cuando una persona con TOC experimenta pensamientos intrusivos, siente el impulso de hacer algo para hacer frente a lo que esos pensamientos le hacen sentir. El impulso puede consistir en realizar una tarea verbal o física (pedir que le tranquilicen o lavarse las manos), pero también puede consistir en llevar a cabo un proceso de pensamiento (pensar exhaustivamente en un suceso).

Las memorias de David Adam sobre su experiencia con el TOC, El hombre que no podía parar, se convirtieron en un bestseller del Sunday Times tras su publicación en 2016.

En él, David cuenta la historia de cómo desarrolló el TOC. En el verano siguiente a su primer año de universidad, empezó a tener pensamientos intrusivos al tocar objetos que podrían haber estado en contacto con sangre cargada de VIH. Tras estos pensamientos, David empezó a comprobar una y otra vez los objetos que había tocado como forma de intentar tranquilizarse. (Nota: el VIH no se transmite simplemente tocando una superficie. En el Reino Unido, la mayoría de las infecciones se producen por mantener relaciones sexuales sin protección con una persona seropositiva que no sigue un tratamiento eficaz).

Al principio, dice David, la terapia que recibió para el TOC no fue de mucha ayuda. Pero tras volver a tratamiento, recibió terapia cognitivo-conductual (TCC) y le recetaron medicación para tratar el TOC.

"Lo que me enseñaron en la TCC es que los pensamientos intrusivos son realmente comunes, y casi todo el mundo los tiene", dice David. "Pero la forma en que respondes a estos pensamientos y los procesas es donde reside la patología del TOC".

¿Cuáles son las causas del TOC?

El TOC suele aparecer al final de la adolescencia (común en los hombres) o a principios de la veintena (común en las mujeres), pero puede aparecer en niños. OCD UK calcula que una cuarta parte de los casos comienzan antes de los 14 años. La aparición después de los 35 años es poco habitual, pero se da, por ejemplo, en el TOC postnatal.

A diferencia de enfermedades como la diabetes tipo 2 o el TEPT, no puede decirse que el TOC tenga una causa concreta. El riesgo de desarrollar TOC está influido tanto por una predisposición genética a la ansiedad como por factores ambientales como el estrés o los traumas, pero no está causado directamente por ninguno de ellos.

Para David, el TOC apareció de la nada.

"Era el verano siguiente a mi primer año de universidad y estaba muy contento", recuerda. "Me lo estaba pasando muy bien y estaba deseando volver a la universidad. No puedo situar un incidente, un factor estresante o una experiencia traumática que se desencadenara en aquel momento.

"Como digo en el libro, ese primer pensamiento intruso estaba tan fuera de lugar, era como si un copo de nieve hubiera caído del cielo en pleno verano. Era tan extraño y fuera de lugar".

Selección de pacientes para Trastorno obsesivo compulsivo

Salud mental

Cuestionario: ¿Tengo TOC?

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) puede adoptar muchas formas, desde pensamientos intrusivos hasta comportamientos repetitivos. A continuación te planteamos unas sencillas preguntas que pueden ayudarte a ver si presentas alguno de los síntomas de este trastorno.

por Victoria Raw

Comportamiento compulsivo

El comportamiento compulsivo del TOC puede ser tan sutil que parezca invisible, incluso para las personas que lo padecen. Las compulsiones pueden ser físicas (limpiarse o tocarse), pero también mentales (pensamientos, tareas o rituales privados). Las compulsiones también pueden incluir "comprobar" o pedir seguridad.

Las compulsiones parecen "adictivas" porque alivian temporalmente la ansiedad. Pero por muy bien que parezcan funcionar en ese momento, las compulsiones no resuelven la ansiedad. Las personas pueden buscar ayuda para el TOC cuando el impulso de controlar o realizar una determinada acción se interpone en su trabajo o en las tareas escolares, o preocupa a sus amigos o familiares. El NICE aconseja que las personas con TOC reciban intervenciones terapéuticas, y algunos pacientes también descubren que la medicación, como los antidepresivos, también disminuye los síntomas.

Hace un par de años, se debatió si existía un tipo de TOC que se caracterizara por ser "puramente" una obsesión con pensamientos intrusivos, sin compulsiones (lo que comúnmente se denomina "TOC puro").

Pero los médicos se muestran escépticos, y OCD-UK ha publicado una declaración en la que aclara que la organización benéfica no considera que se trate de una forma de TOC. En su"cazador de mitos", OCD-UK aclara que algunos comportamientos compulsivos en el TOC pueden ser más sutiles que otros, por ejemplo, los rituales mentales, la comprobación/reafirmación o la evitación de personas o lugares. No obstante, las compulsiones "invisibles" siguen dominando los pensamientos intrusivos de la persona.

Vivir con pensamientos intrusivos

David sigue considerando que padece TOC, pero sus síntomas están bien controlados. Vive en Londres y trabaja como redactor y editor científico para periódicos nacionales.

"Cuando la gente me pregunta cómo me siento ahora, siempre digo que tengo días buenos y días malos, y eso es mucho mejor que tener sólo días malos", explica. "Sigo teniendo pensamientos raros sobre el VIH y el sida, pero resisto mejor el 'bucle' de compulsión, que es lo que impulsa el TOC".

La Dra. Lynne Drummond es psiquiatra y cuenta con 35 años de experiencia. Recientemente ha trabajado como médico jefe del Servicio Nacional de TOC/TDC del Reino Unido.

En el libro de la Dra. Drummond, Obsessive Compulsive Disorders (Trastornos obsesivo-compulsivos), explica que cuando las personas con TOC cuentan a sus amigos y familiares lo que les preocupa, sus preocupaciones pueden parecer exageradas o difíciles de entender. Al principio, la gente puede sentirse tentada a utilizar el humor o a restar importancia a las preocupaciones, pasando por alto la realidad emocional a la que se enfrenta la persona con TOC.

"Estos pensamientos son profundamente perturbadores para el individuo con TOC", escribe Drummond, y por lo tanto son extremadamente graves en su mente. Aunque se den cuenta de que sus pensamientos son irracionales o exagerados, el miedo que los acompaña es muy real y son incapaces de 'salir de él'".

Insta a la gente a buscar más ayuda para los síntomas que no cambian después de la TCC o el asesoramiento.

"Tanto yo como mis colegas psiquiatras nos damos cuenta de que rara vez atendemos a personas con TOC, a pesar de que afecta al 1-3% de la población", afirma. Creo que la gente acude a los servicios de Mejora del Acceso a las Terapias Psicológicas (IAPT, por sus siglas en inglés) y, si después de eso no mejoran, tienden a creer que no hay nada más para ellos".

"El TOC puede ser muy grave. Puede afectar a toda la familia y arruinar la vida. Pero existen tratamientos eficaces".