¿Empeora el estrés los problemas cutáneos?

Durante la última década, Alice Lang, de 24 años, ha luchado contra un acné severo. Esta afección, que en su adolescencia no la hacía destacar, se convirtió en el centro de su vida cuando persistió en la edad adulta, causándole una gran angustia. Los frecuentes brotes de granos y el estigma asociado al acné tuvieron un impacto negativo en su autoestima, haciéndola sentir a menudo ansiosa e impotente con el paso de los años.

"El acné ha sido una de las mayores causas de estrés en mi vida. Puede sonar superficial para algunos, pero debido a la constante afluencia de caras bonitas y perfectas en las redes sociales y en la publicidad, sentía que no era lo suficientemente buena. Hizo que mi autoestima cayera por los suelos, así que no tenía confianza en nada de lo que hacía", explica Lang, que ahora intenta empoderar a otros con un blog sobre su viaje por el acné.

No es la única. Muchas personas que padecen acné grave como ella, pero también personas con otras enfermedades cutáneas como la psoriasis, afirman que la baja autoestima y la ansiedad forman parte de su vida cotidiana.

Un vínculo complejo

Existe un fuerte vínculo entre el bienestar mental y la salud de la piel, que se remonta a la infancia, desde el primer contacto piel con piel entre las madres y sus bebés. Los profesionales de la salud han establecido que el acné y otros problemas cutáneos pueden causar estrés y mala salud mental. Sin embargo, se trata de una relación compleja, y desentrañar causa y efecto no es tarea fácil.

"La relación entre estrés y afecciones dermatológicas es difícil de estudiar en humanos. Se ha sugerido que algunos problemas cutáneos se ven exacerbados por el estrés. Sin embargo, también se ha demostrado lo contrario. Si los pacientes tienen afecciones cutáneas graves, se estresarán más", explica el Dr. Anton Alexandroff, dermatólogo consultor y portavoz de la Fundación Británica de la Piel.

En una reciente encuesta a pacientes, el 90% de los profesionales sanitarios coincidieron en que el estrés puede agravar los problemas cutáneos. El 92 % afirmó que los problemas cutáneos también pueden empeorar problemas de salud mental como el estrés, la ansiedad y la depresión.

Esto es algo con lo que Lang está familiarizado. Su acné es grave y persistente, y en un principio no estaba causado por el estrés. Sin embargo, a lo largo de los años ha observado una correlación entre su estado emocional y la gravedad de sus problemas cutáneos.

"Creo que el estrés de sentirme tan mal conmigo misma y tan preocupada todo el tiempo aumentó la gravedad de mi acné. De vez en cuando se me aclaraba la piel, pero luego me salía un granito y me pasaba el día preocupada porque me volvían a salir, y a la mañana siguiente me salían cinco nuevos", explica.

¿Qué demuestra la investigación?

Hasta ahora, la investigación se ha centrado sobre todo en el estrés como resultado de los problemas dermatológicos, más que como causa. En concreto, los científicos han investigado algunas de las afecciones dermatológicas más comunes, como el acné, el eccema, la alopecia o la psoriasis.

"Sin embargo, es importante señalar que este grupo de pacientes se ha mostrado más dispuesto que otros a la hora de comunicarse. Hay "lagunas" en la investigación de otras enfermedades cutáneas que pueden revelar experiencias emocionales y estresantes similares", afirma Simon Oates, director general de Mind & Skin, una organización benéfica que trabaja para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Pero a lo largo de los años también han surgido estudios que investigan el papel del estrés en el desencadenamiento de problemas cutáneos. Ya a finales de la década de 1970, se demostró que los pacientes con acné declaraban un empeoramiento de la afección tras pasar por un acontecimiento estresante. En las décadas siguientes, pequeños estudios basados en cuestionarios lo han confirmado, demostrando que el acné puede agravarse en épocas de estrés, como los periodos de exámenes. Lo mismo se ha sugerido con otras afecciones como el eczema o, en menor grado, la psoriasis.

El problema es que muchos de estos estudios siguen adoleciendo de limitaciones, como el pequeño tamaño de las muestras y la dificultad de realizar experimentos en el laboratorio para evaluar el impacto del estrés en la vida real.

Los mecanismos biológicos que relacionan el estrés y las afecciones cutáneas tampoco se han explicado aún con claridad. Pero los científicos ya han establecido que el estrés crónico puede interferir en el sistema inmunitario y en la permeabilidad de la piel, haciéndola menos eficaz a la hora de mantener alejadas las sustancias nocivas.

Además, existen pruebas de que el estrés está asociado a la producción de determinadas hormonas o a la secreción de sustancias que favorecen la inflamación del organismo.

"Las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, son producidas por las personas cuando experimentan altos niveles de ansiedad. Pueden afectar a la piel y provocar problemas", afirma Alexandroff.

Cómo afrontar el estrés de los problemas cutáneos

No tengas miedo de buscar ayuda médica

Los problemas de piel suelen ir de la mano de la vergüenza y el estigma, sobre todo porque se trata de afecciones que son inmediatamente visibles. Una relación abierta con tu médico es el primer paso para combatir la afección y el estrés que conlleva. Esto incluye acudir al médico por la afección en sí, pero también a un profesional de la salud mental si la carga de los problemas cutáneos se vuelve demasiado pesada.

"Aconsejaría a todos los pacientes que fueran más abiertos en la comunicación con su médico. También es importante entender que no siempre hay una 'cura' y que la recuperación de los síntomas dermatológicos puede tardar en mejorar. También sugeriría a los pacientes que preguntaran por los servicios de salud mental. Por desgracia, puede que tengan que armarse de paciencia debido a la falta de servicios y a la gran demanda", señala Oates.

Ábrase a sus allegados

Ser transparente con amigos y familiares sobre cómo te hacen sentir tus problemas de piel puede ser útil para tener algo de perspectiva.

"El mero hecho de hablar de los sentimientos y del acné me ayudó mucho; a veces, necesitas a otra persona que te ayude a ver las cosas de forma un poco más racional y te recuerde que eres mucho más que tu piel", dice Lang.

Recurrir al apoyo de los compañeros y a organizaciones benéficas

Talk Psoriasis Support Community es un buen ejemplo de plataforma que puede inspirar a los pacientes a compartir sus historias, y a fomentar el bienestar mutuo mediante la conexión, el intercambio de información y el encuentro con nuevos amigos.

También puede ser una buena opción acudir a organizaciones benéficas como Changing Faces, que están haciendo mucho para concienciar y luchar contra el estigma, y unirse a sus campañas. También se pueden encontrar recursos interesantes en el sitio web de la Asociación Británica de Dermatólogos y en Mind & Skin, con mucha información actualizada, desde podcasts a artículos, para orientar a los pacientes, incluso con la gestión del estrés.

Pero es la concienciación sobre el acné lo que realmente ha aumentado mucho en los últimos años, con las redes sociales actuando como una poderosa plataforma para difundir el mensaje. En Instagram y YouTube hay interesantes canales dedicados a hablar del acné y del estrés que genera. Cada vez hay más gente que cuelga fotos de granos, rojeces y cicatrices para mostrar la realidad de vivir con acné, así como videodiarios, testimonios y consejos sobre tratamientos.

Sé tú mismo

Las mejoras más significativas vendrán de que los pacientes se den cuenta de su valía como personas, con o sin problemas cutáneos.

"Uno de mis mejores consejos es que dejes de obsesionarte con tu rostro. Mirarte en el espejo cada hora sólo te hará caer en la tentación de rascarte la piel y obsesionarte con el más mínimo cambio, lo que te provocará estrés. Intenta no preocuparte por lo que piense la gente. De lo que me he dado cuenta al hacerme un poco mayor es de que a las buenas personas que se preocupan de verdad por ti no les importan tus problemas de piel", afirma Lang.