Por qué no necesitas desintoxicarte

La respuesta es no. En lugar de centrarse únicamente en un consumo extremadamente bajo en calorías, debería tener en cuenta el papel crucial que desempeña su cerebro en la regulación del peso corporal.

El Dr. Jason McKeown, profesor visitante de Neurociencia en el Centro de Cerebro y Cognición de la Universidad de California en San Diego, afirma que la mayoría de los métodos tradicionales de dieta y desintoxicación -como las desintoxicaciones a base de zumos, la sopa de col o la eliminación de carbohidratos- son ineficaces a largo plazo.

"Cuando la gente deja de hacer dieta, es casi seguro que todo esto provoque un'rebote' significativo: algunos recuperan todo el peso que acaban de perder", explica. "En última instancia, el cerebro controla automáticamente el peso que necesitamos tener, por lo que hacer una desintoxicación intensa durante unas semanas casi nunca conduce a una pérdida de peso significativa a largo plazo".

Durante una dieta de desintoxicación, se eliminan grupos enteros de alimentos y se restringen la cafeína, el alcohol, el azúcar y los alimentos procesados. La mayor parte del peso perdido será agua, glucógeno almacenado y productos de desecho, y la mayor parte -si no todo- el peso se recuperará al volver a los hábitos alimentarios "normales".

¿Es necesaria la desintoxicación?

La evidencia científica sugiere que las dietas de desintoxicación y las limpiezas no son ni necesarias ni valiosas. Su cuerpo es perfectamente capaz de eliminar los contaminantes no deseados. El hígado, los riñones y el sistema digestivo, así como las enzimas de las células, descomponen continuamente las toxinas y los residuos internos.

La Dra. Tuya Chuluuntulga, médico de cabecera residente en Londres (Reino Unido), explica que el organismo dispone de un potente sistema de depuración que ayuda a eliminar los residuos metabólicos y las toxinas nocivas.

"Cuando masticamos los alimentos, las enzimas amilasa producidas por la saliva ayudan a descomponer los carbohidratos", dice Chuluuntulga. "Las proteasas descomponen las proteínas en el estómago y el intestino delgado. Las lipasas descomponen la grasa y el aceite en el intestino delgado. Estas enzimas digestivas descomponen los nutrientes en pequeñas moléculas solubles que pueden absorberse.

"El hígado filtra diversos productos de desecho. Los riñones eliminan los residuos y toxinas del organismo. El colon reabsorbe líquidos y se deshace de los alimentos que sobran tras absorber los nutrientes y otros residuos. No necesitamos desintoxicarnos porque no ofrece ningún beneficio para la salud clínicamente probado."

"No hay estudios que demuestren que mejoran los resultados de salud, como la tensión arterial o el colesterol", afirma. "Tampoco hay pruebas que sugieran que tengan un efecto duradero sobre el peso".

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Cuestiones de seguridad

Además, algunas dietas de desintoxicación son extremas y si se siguen durante mucho tiempo pueden tener efectos negativos en el organismo.

Embarcarse en una nueva dieta, incluso una desintoxicación, le obliga a evaluar su alimentación, a la vez que le motiva más para aumentar la cantidad de fruta y verdura que come, beber más agua y reducir la comida basura, el alcohol y la cafeína.

Sin embargo, se trata de esfuerzos a largo plazo que deben formar parte de un régimen alimentario saludable. No son una solución rápida para perder peso.

Una alternativa más eficaz

Se recomienda adoptar un enfoque a largo plazo que permita al cerebro adaptarse a la pérdida de peso.

McKeown aconseja mantener una pérdida de peso lenta y saludable, mediante cambios moderados en el estilo de vida.

"Éstos son mucho más sostenibles y, por tanto, es menos probable que provoquen un aumento de peso de rebote", explica.

Las dietas de desintoxicación afirman que ayudan a eliminar toxinas del organismo y a perder peso, al tiempo que favorecen la salud y el bienestar. Sin embargo, no existen pruebas clínicas que respalden tales afirmaciones.

Aunque pueden ser útiles a corto plazo, lo cierto es que el peso perdido durante la desintoxicación se recuperará al volver a los hábitos alimentarios habituales. En cambio, los médicos y nutricionistas recomiendan un enfoque a largo plazo de la pérdida de peso que permita al cuerpo y al cerebro adaptarse a un estilo de vida más sano, que incluya una dieta rica en fruta y verdura y ejercicio regular.