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Pie diabético

Profesionales médicos

Los artículos de referencia profesional están diseñados para uso de los profesionales de la salud. Están escritos por médicos del Reino Unido y se basan en pruebas de investigación y directrices británicas y europeas. Quizás le resulte más útil el artículo sobre las úlceras del pie diabético, o alguno de nuestros otros artículos sobre la salud.

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¿Qué es el pie diabético?1

Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de padecer arteriopatía periférica y neuropatía diabética, así como un mayor riesgo de desarrollar infecciones y una menor capacidad para eliminarlas. Por tanto, las personas con diabetes son propensas a sufrir problemas frecuentes y a menudo graves en los pies y un riesgo relativamente alto de infección, gangrena y amputación.

Las fibras motoras, sensoriales y autonómicas pueden verse afectadas en personas con diabetes mellitus.

  • Debido a los déficits sensoriales, no hay síntomas protectores que protejan contra la presión y el calor, por lo que un traumatismo puede iniciar el desarrollo de una úlcera en la pierna.

  • La ausencia de dolor contribuye al desarrollo del pie de Charcot (véase más adelante), que deteriora aún más la capacidad de soportar la presión.

  • Las anomalías de las fibras motoras provocan un estrés físico excesivo y el desarrollo de otras deformidades anatómicas (pie arqueado, dedos en garra), y contribuyen al desarrollo de infecciones.

  • Cuando la infección complica una úlcera del pie, la combinación puede poner en peligro la extremidad o la vida.

  • La detección y la vigilancia de la neuropatía diabética son una parte rutinaria esencial de la revisión anual del diabético.

¿Cuán frecuentes son los problemas del pie diabético? (Epidemiología)2

  • Las complicaciones del pie son frecuentes en las personas con diabetes. Se calcula que el 10% de los diabéticos tendrá una úlcera de pie diabético en algún momento de su vida.

  • En una gran encuesta comunitaria realizada en el Reino Unido se detectó una incidencia anual del 2,2% y de hasta el 7,2% en pacientes con neuropatía.

  • Se calcula que la neuropatía diabética dolorosa afecta a entre el 16% y el 26% de los diabéticos.3

  • La diabetes es la causa más frecuente de amputación no traumática de extremidades, y las úlceras de pie diabético preceden a más del 80% de las amputaciones en personas diabéticas.

  • La incidencia de amputación grave oscila entre 0,5 y 5,0 por cada 1.000 personas con diabetes.

  • Tras una primera amputación, las personas con diabetes tienen el doble de probabilidades de sufrir una amputación posterior que las personas sin diabetes.

Factores de riesgo4

  • Entre los factores de riesgo de ulceración del pie se incluyen la enfermedad arterial periférica, la neuropatía periférica, la amputación previa, la ulceración previa, la presencia de callo, la deformidad articular, los problemas de visión y/o movilidad y el sexo masculino.

  • Los factores de riesgo de la enfermedad arterial periférica son el tabaquismo, la hipertensión y la hipercolesterolemia.

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Etiología5

  • Las personas con diabetes desarrollan úlceras en los pies debido a la neuropatía, la isquemia o ambas.

  • La lesión inicial puede deberse a un traumatismo mecánico o térmico agudo o a una tensión mecánica aplicada de forma repetitiva o continua:

    • La neuropatía periférica en las personas con diabetes provoca la aplicación de fuerzas anormales sobre el pie, que la isquemia diabética hace que la piel sea menos capaz de resistir.

    • Otras complicaciones que contribuyen a la aparición de úlceras son la mala visión, la movilidad limitada de las articulaciones y las consecuencias de las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.

    • Sin embargo, el factor desencadenante más frecuente son los traumatismos accidentales, especialmente los causados por calzado inadecuado.

  • Una vez que la piel se rompe, muchos procesos contribuyen a una cicatrización defectuosa, como la infección bacteriana, la isquemia tisular, los traumatismos continuos y un tratamiento deficiente.

  • La infección puede dividirse en:

    • Superficial y local.

    • Tejidos blandos y propagación (celulitis).

    • Osteomielitis.

  • Normalmente, hay más de un organismo implicado, incluidas especies grampositivas, gramnegativas, aerobias y anaerobias. Staphylococcus aureus es el patógeno más frecuente en la osteomielitis.

Síntomas de las úlceras del pie diabético

  • Las úlceras del pie diabético suelen ser indoloras, perforadas en zonas de callo grueso ± infección sobreañadida, pus, edema, eritema, crepitación, mal olor.

  • Las úlceras neuroisquémicas tienden a producirse en los márgenes del pie; las úlceras neuropáticas tienden a producirse en la superficie plantar del pie.

  • El pie neuropático tiende a ser caliente, con piel seca, pulsos saltones, venas distendidas, disminución de la sensibilidad y callosidad alrededor de la úlcera.

  • El pie neuroisquémico tiende a ser frío y rosado, con piel atrófica y ausencia de pulsos; el pie puede ser doloroso y hay poco callo.

Pie de Charcot

Véase también el artículo separado Articulaciones Neuropáticas (Articulaciones de Charcot).

El pie de Charcot es un proceso neuroartropático con osteoporosis, fractura, inflamación aguda y desorganización de la arquitectura del pie. La sospecha de una neuroartropatía de Charcot del pie es una urgencia y debe derivarse inmediatamente a un equipo multidisciplinar del pie.4

  • El pie de Charcot se caracteriza por una degeneración ósea y articular que puede provocar una deformidad devastadora. Suele presentarse como un pie hinchado y caliente tras un traumatismo menor.

  • Un traumatismo leve desencadena la fractura de un hueso debilitado, lo que aumenta la carga sobre los huesos adyacentes, provocando una destrucción macroscópica. El proceso es autolimitado, pero la deformidad persistente aumenta enormemente el riesgo de ulceración secundaria.

  • La radiografía simple puede ser normal, pero una gammagrafía ósea puede mostrar un punto caliente.

  • El daño y la deformidad en desarrollo deben limitarse inmovilizando el pie con una escayola; la artrodesis de realineación del pie posterior puede evitar a veces la amputación.

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Evaluación2

En el caso de los adultos diabéticos, hay que evaluar el riesgo de que desarrollen un problema de pie diabético en los siguientes momentos:

  • Cuando se diagnostica la diabetes y, a partir de entonces, al menos una vez al año.

  • Si surge algún problema en los pies.

  • En cualquier ingreso hospitalario y, mientras esté hospitalizado, si se produce algún cambio en su estado.

Cuando examine los pies de una persona con diabetes, quítele los zapatos, los calcetines, los vendajes y los apósitos. Examine ambos pies en busca de evidencias de los siguientes factores de riesgo:

  • Neuropatía (utilice un monofilamento de 10 g como parte de un examen sensorial del pie).

  • Isquemia de las extremidades.

  • Ulceración.

  • Callo.

  • Infección y/o inflamación.

  • Deformidad.

  • Gangrena.

  • Artropatía de Charcot.

Evaluar el riesgo actual de la persona de desarrollar un problema de pie diabético o de necesitar una amputación utilizando la siguiente estratificación del riesgo:

Riesgo bajo
No existen factores de riesgo, salvo el callo por sí solo.

Riesgo moderado

  • Deformidad ; o

  • Neuropatía ; o

  • Isquemia de extremidades no crítica.

Alto riesgo

  • Ulceración previa ; o

  • Amputación previa ; o

  • En tratamiento renal sustitutivo ; o

  • Neuropatía e isquemia no crítica de las extremidades juntas; o

  • Neuropatía en combinación con callo y/o deformidad; o

  • Isquemia no crítica de las extremidades en combinación con callo y/o deformidad.

Problema de pie diabético activo

  • Ulceración ; o

  • Propagar la infección; o

  • Isquemia crítica de las extremidades ; o

  • Gangrena; o

  • Sospecha de una artropatía de Charcot aguda, o un pie caliente, rojo e hinchado inexplicable, con o sin dolor.

Los niños diabéticos menores de 12 años y sus familiares o cuidadores deben recibir consejos básicos sobre el cuidado de los pies. En el caso de los jóvenes diabéticos de entre 12 y 17 años, el equipo de atención pediátrica o el equipo de cuidados transitorios deben evaluar los pies del joven como parte de su evaluación anual y proporcionarle información sobre el cuidado de los pies. Si se detecta o sospecha un problema de pie diabético, el equipo de atención pediátrica o el equipo de cuidados transitorios deben remitir al joven a un especialista adecuado.

Tratamiento del pie diabético2

Para las personas con un riesgo bajo de desarrollar un problema de pie diabético, seguir realizando evaluaciones anuales de los pies, insistir en la importancia del cuidado de los pies y advertirles de que podrían pasar a un riesgo moderado o alto. Remitir al servicio de protección del pie a las personas con riesgo moderado o alto de desarrollar un problema de pie diabético.

El tratamiento del pie diabético incluye:

  • Educación, incluida la importancia de los cuidados podológicos preventivos rutinarios y el uso de calzado adecuado. La persona debe revisarse los pies todos los días y notificar cualquier llaga o corte que no cicatrice, cualquier hinchazón o inflamación y cualquier sensación de calor en la piel al tacto.

  • Control de la glucosa, la tensión arterial y el colesterol; abandono del tabaco y control del peso.

  • Evaluación de riesgos.

  • Intervenciones mecánicas en los pies para prevenir la ulceración.

  • Antibióticos para controlar y prevenir las infecciones.

  • Tratamiento de la enfermedad arterial periférica, incluida la cirugía de bypass.

  • Tratamiento de las heridas, incluido el mantenimiento de la herida seca y el desbridamiento del tejido muerto.

Educación del paciente2

  • Métodos para ayudar a la autoexploración/vigilancia; examen diario de los pies para detectar problemas (cambio de color, hinchazón, roturas en la piel, dolor o entumecimiento).

  • La importancia de un calzado cómodo y bien ajustado; la comprobación periódica del calzado para detectar zonas que puedan causar fricción u otros problemas; la búsqueda de ayuda de un profesional sanitario si el calzado causa dificultades o problemas; el uso de calzado especializado si se ha prescrito/suministrado.

  • Higiene (lavado diario y secado cuidadoso); hidratación de las zonas de piel seca.

  • Cuidado de las uñas.

  • Peligros asociados a prácticas como la extirpación de la piel; peligros asociados a los preparados de venta libre para los problemas de los pies.

  • Cuándo acudir a un profesional sanitario: si hay cambios de color, hinchazón, roturas en la piel, callos o durezas, dolor o entumecimiento, o si el autocuidado y la vigilancia no son posibles o resultan difíciles (por ejemplo, por movilidad reducida).

  • Posibles consecuencias de descuidar los pies: complicaciones potenciales y ventajas de la prevención y la detección y el tratamiento rápidos.

  • Para personas con un riesgo elevado o elevado de úlceras en los pies; además de lo anterior:

    • Si hay neuropatía, es necesario extremar la vigilancia y el cuidado, con precauciones adicionales para mantener los pies protegidos.

    • El paciente no debe andar descalzo.

    • Buscar ayuda para tratar las posibles quemaduras de los pies entumecidos: comprobar la temperatura del baño; evitar las bolsas de agua caliente, las mantas eléctricas, los spas para pies y sentarse demasiado cerca del fuego.

    • Consejos adicionales sobre el cuidado de los pies en vacaciones: no usar zapatos nuevos; planificar periodos de descanso adecuados para evitar un estrés adicional en los pies; la importancia de subir y bajar pasillos cuando se viaja en avión; usar protector solar en los pies; tener un botiquín de primeros auxilios y cubrir cualquier lugar dolorido con un apósito estéril; buscar ayuda si aparecen problemas.

  • Para personas con úlceras en los pies:

    • La importancia de la detección precoz y el tratamiento rápido.

    • Reposo adecuado del pie/pierna.

    • Informar de cualquier cambio en la úlcera o en la piel circundante, secreción, olor de pies, hinchazón o malestar general y/o mal control de la glucosa.

Evaluación del pie como parte de la atención rutinaria al diabético2

  • Una asistencia eficaz implica la colaboración entre pacientes y profesionales. Todas las decisiones deben ser compartidas.

  • Organizar un sistema de retirada. Organizar la retirada y la revisión anual como parte de la atención continuada.

  • Como parte de la revisión anual, personal formado debe examinar los pies de los pacientes para detectar factores de riesgo de ulceración. Todas las personas con diabetes deben ser examinadas periódicamente para evaluar su riesgo de desarrollar una úlcera en el pie.4

  • El examen de los pies de los pacientes debe incluir:

    • Pruebas de sensibilidad del pie, utilizando un monofilamento de 10 g o vibración.

    • Palpación de los pulsos del pie.

    • Inspección de cualquier deformidad del pie y del calzado.

    • Clasificación del riesgo del pie como (si el paciente ha tenido alguna úlcera o deformidad previa en el pie o cambios en la piel, gestionarlo como de alto riesgo): bajo riesgo actual, riesgo moderado, alto riesgo y problema de pie diabético activo.

  • Estratificación del riesgo: la guía de la Scottish Intercollegiate Guidelines Network (SIGN) clasifica el riesgo en:4

    • Bajo: no hay factores de riesgo, por ejemplo, no hay pérdida de sensibilidad, no hay signos de enfermedad arterial periférica y no hay otros factores de riesgo.

    • Moderado: un factor de riesgo presente - por ejemplo, pérdida de sensibilidad, o signos de enfermedad arterial periférica sin callo o deformidad.

    • Alta: ulceración o amputación previa o presencia de más de un factor de riesgo - por ejemplo, pérdida de sensibilidad, o signos de enfermedad arterial periférica con callo o deformidad.

    • Activo: presencia de ulceración activa, infección que se extiende, isquemia crítica, gangrena o pie caliente, rojo e hinchado inexplicable con o sin presencia de dolor.

  • Para las personas con bajo riesgo de desarrollar un problema de pie diabético, siga realizando evaluaciones anuales de los pies, insista en la importancia del cuidado de los pies y adviértales de que podrían pasar a un riesgo moderado o alto.

  • Para las personas con un riesgo moderado o alto de desarrollar un problema de pie diabético, el servicio de protección del pie debe:

    • Evalúe los pies.

    • Aconsejar y proporcionar cuidados de la piel y las uñas de los pies.

    • Evaluar el estado biomecánico de los pies, incluida la necesidad de proporcionar calzado especializado y ortesis.

    • Evaluar el estado vascular de las extremidades inferiores.

    • Colaborar con otros profesionales sanitarios (por ejemplo, el médico de cabecera de la persona) sobre el control de la diabetes y el riesgo de enfermedad cardiovascular.

  • En función del riesgo de que la persona desarrolle un problema de pie diabético, realice reevaluaciones en los siguientes intervalos:

    • Anualmente para las personas de bajo riesgo.

    • Con frecuencia (por ejemplo, cada 3-6 meses) para las personas que presentan un riesgo moderado.

    • Con mayor frecuencia (por ejemplo, cada 1-2 meses) para las personas de alto riesgo, si no existe una preocupación inmediata.

    • Con mucha frecuencia (por ejemplo, cada 1-2 semanas) para las personas de alto riesgo, si existe una preocupación inmediata.

    • Considere la posibilidad de realizar reevaluaciones más frecuentes en el caso de las personas con un riesgo moderado o alto y de las personas que no puedan controlar sus propios pies.

Cada revisión debe incluir la inspección de los pies del paciente, incluido el cuidado de la piel y las uñas, la consideración de la necesidad de una evaluación vascular, la evaluación del calzado del paciente y el aprovechamiento de la oportunidad para mejorar la educación sobre el cuidado de los pies.

Remisión2

Si una persona tiene un problema de pie diabético que pone en peligro sus extremidades o su vida, remítala inmediatamente a los servicios de agudos e informe al servicio multidisciplinar de cuidados del pie. Algunos ejemplos de problemas de pie diabético que ponen en peligro la vida o las extremidades son:

  • Ulceración con fiebre o cualquier signo de sepsis.

  • Ulceración con isquemia de las extremidades.

  • Preocupación clínica de que exista una infección ósea o de partes blandas profundamente arraigada (con o sin ulceración).

  • Gangrena (con o sin ulceración).

Para todos los demás problemas activos del pie diabético, remita a la persona en el plazo de un día laborable al servicio multidisciplinar de cuidados del pie o al servicio de protección del pie (de acuerdo con los protocolos y vías locales) para su triaje en el plazo de otro día laborable.

Sospeche de artropatía de Charcot aguda si hay enrojecimiento, calor, hinchazón o deformidad (en particular, cuando la piel está intacta), especialmente en presencia de neuropatía periférica o enfermedad renal crónica. Hay que pensar en una artropatía de Charcot aguda aunque no haya deformidad o no se manifieste dolor. Para confirmar el diagnóstico de artropatía de Charcot aguda, remita a la persona en el plazo de un día laborable al servicio multidisciplinar de cuidados del pie para que se realice un triaje en el plazo de otro día laborable. Ofrecer tratamiento sin carga de peso hasta que el servicio multidisciplinar de cuidados del pie pueda iniciar el tratamiento definitivo.

Úlcera de pie diabético2 6

Las úlceras del pie diabético se asocian a una morbilidad y mortalidad significativas y pueden conducir a la hospitalización y la amputación de miembros inferiores si no se reconocen y tratan a tiempo.

Si una persona tiene una úlcera de pie diabético, evalúe y documente el tamaño, la profundidad y la posición de la úlcera. Utilice un sistema normalizado para documentar la gravedad de la úlcera del pie, como el SINBAD(localización, isquemia, neuropatía, infección bacteriana, superficiey profundidad) o el sistema de clasificación de la Universidad de Texas. No utilice el sistema de clasificación de Wagner para evaluar la gravedad de una úlcera de pie diabético.

Ofrecer 1 o más de los siguientes como cuidados estándar para el tratamiento de las úlceras del pie diabético:

  • Descarga.

  • Control de la infección del pie.

  • Control de la isquemia.

  • Desbridamiento de heridas.

  • Apósitos para heridas.

Ofrecer una escayola no desmontable para descargar las úlceras diabéticas plantares neuropáticas, no isquémicas, no infectadas en el antepié y el mediopié. Ofrecer un dispositivo de descarga alternativo hasta que se pueda proporcionar la escayola. En consonancia con la directriz del NICE sobre úlceras por presión, utilizar dispositivos y estrategias de redistribución de la presión para minimizar el riesgo de aparición de úlceras por presión. Al tratar las úlceras del pie diabético, el desbridamiento en la comunidad sólo debe ser realizado por profesionales sanitarios con la formación y las habilidades pertinentes, continuando con los cuidados descritos en el plan de tratamiento de la persona.

Considerar el tratamiento de heridas con presión negativa tras el desbridamiento quirúrgico de las úlceras de pie diabético, siguiendo el consejo del servicio multidisciplinar de cuidados del pie. Al decidir sobre los apósitos y la descarga de la herida en el tratamiento de las úlceras del pie diabético, tenga en cuenta la evaluación clínica de la herida y las preferencias de la persona, y utilice los dispositivos y apósitos con el menor coste de adquisición adecuado a las circunstancias clínicas. Considerar los sustitutos dérmicos o cutáneos como complemento de los cuidados habituales en el tratamiento de las úlceras del pie diabético, sólo cuando la cicatrización no haya progresado y con el asesoramiento del servicio multidisciplinar de cuidados del pie.

No ofrezca lo siguiente para tratar las úlceras del pie diabético, a menos que forme parte de un ensayo clínico:

  • Terapia de estimulación eléctrica, gel de plasma autólogo rico en plaquetas, matrices regenerativas para heridas y dalteparina.

  • Factores de crecimiento: factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF), factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF), factor de crecimiento epidérmico (EGF) y factor de crecimiento transformante beta (TGF-β).

  • Oxigenoterapia hiperbárica.

A la hora de decidir la frecuencia del seguimiento como parte del plan de tratamiento, tener en cuenta la salud general de la persona con diabetes, cómo ha progresado la curación y cualquier deterioro. Asegurarse de que la frecuencia de seguimiento establecida en el plan de tratamiento individualizado de la persona se mantiene tanto si la persona con diabetes está siendo tratada en el hospital como en la comunidad.

Parche 3C7

3C Patch® es un dispositivo médico de un solo uso que se utiliza como parte del tratamiento de las úlceras de pie en personas con diabetes. 3C Patch® se utiliza en combinación con la centrifugadora 3CP. Juntos, el dispositivo y la centrifugadora se denominan sistema 3C Patch®. El sistema se utiliza para fabricar un parche biológico individual a partir de la propia sangre de una persona. El parche es una matriz en capas en forma de disco de fibrina, leucocitos y plaquetas, y actúa como fuente concentrada de células, factores de crecimiento y moléculas de señalización, que se cree que favorecen la cicatrización de las heridas.

3C Patch® no está recomendado por el National Institute for Health and Care Excellence (NICE) como opción económica para las úlceras del pie diabético.

Infección del pie diabético2

Si se sospecha una infección del pie diabético y hay una herida, envíe una muestra de tejido blando o hueso de la base de la herida desbridada para su examen microbiológico. Si no puede obtenerse, tome un hisopo profundo porque puede proporcionar información útil sobre la elección del tratamiento antibiótico.

Piense en una radiografía del pie (o pies) afectado(s) de la persona para determinar el alcance del problema del pie diabético. Piense en la osteomielitis si la persona con diabetes tiene una infección local, una herida profunda en el pie o una herida crónica en el pie. La osteomielitis puede estar presente en una persona con diabetes a pesar de que los marcadores inflamatorios, las radiografías o las pruebas de sonda ósea sean normales.
Si se sospecha osteomielitis en una persona con diabetes pero no se confirma con una radiografía inicial, considere la posibilidad de realizar una resonancia magnética para confirmar el diagnóstico.

Todos los centros hospitalarios, de atención primaria y comunitarios deben disponer de directrices sobre antibióticos, que abarquen la vía asistencial para el tratamiento de las infecciones del pie diabético y tengan en cuenta los patrones locales de resistencia. No ofrecer antibióticos para prevenir las infecciones del pie diabético.

Inicie el tratamiento antibiótico para la sospecha de infección del pie diabético lo antes posible. Tomar cultivos y muestras antes, o lo más cerca posible, del inicio del tratamiento antibiótico. Elegir el tratamiento antibiótico en función de la gravedad de la infección del pie diabético, el entorno asistencial y las preferencias de la persona, su situación clínica y su historial médico. Decidir el régimen antibiótico específico para las infecciones del pie diabético, basándose en la respuesta clínica a los antibióticos y en los resultados del examen microbiológico. No ofrecer tigeciclina para tratar las infecciones del pie diabético a menos que otros antibióticos no sean adecuados.

Para las infecciones leves del pie diabético, ofrecer inicialmente antibióticos orales con actividad contra organismos Gram-positivos. No utilice un tratamiento antibiótico prolongado (más de 14 días) para el tratamiento de las infecciones leves de tejidos blandos del pie diabético. Para las infecciones moderadas y graves del pie diabético, ofrecer inicialmente antibióticos con actividad frente a organismos Gram-positivos y Gram-negativos, incluidas las bacterias anaerobias, como se indica a continuación:

  • Infecciones moderadas: basar la vía de administración en la situación clínica y la elección del antibiótico.

  • Infecciones graves: comenzar con antibióticos intravenosos y luego reevaluar, en función de la situación clínica.

Ofrecer un tratamiento antibiótico prolongado (normalmente seis semanas) a las personas con diabetes y osteomielitis, de acuerdo con los protocolos locales.

Tratamiento de la neuropatía dolorosa

Véase también el artículo sobre el dolor neuropático y su tratamiento.

  • Proporcionar apoyo emocional por la naturaleza deprimente e incapacitante de la enfermedad.

  • Considere inicialmente:

    • Reposapiés para problemas nocturnos.

    • Analgesia simple tomada antes de los síntomas diurnos.

    • Apósitos de contacto.

  • Considerar ensayos terapéuticos de:4

    • Los antidepresivos tricíclicos (ATC), que deben utilizarse como tratamiento de primera línea en la neuropatía diabética dolorosa.

    • Carbamazepina, que también es eficaz.

    • Gabapentina, que también se recomienda en la neuropatía diabética dolorosa y se asocia a menos efectos secundarios que los ATC y los anticonvulsivantes más antiguos.

    • Capsaicina tópica, que debería considerarse para el alivio del dolor neuropático localizado.

Pronóstico

Las tasas de mortalidad tras la ulceración y amputación del pie diabético son elevadas: hasta el 70% de las personas mueren en los cinco años siguientes a la amputación y alrededor del 50% fallecen en los cinco años siguientes a la úlcera del pie diabético. Se cree que esta elevada tasa de mortalidad está asociada a las enfermedades cardiovasculares, y subraya la importancia de un buen control del riesgo diabético y cardiovascular.2

  • Las úlceras en los pies de los diabéticos tienen un alto riesgo de requerir amputación.

  • Las tasas de recurrencia de las úlceras son elevadas; sin embargo, la educación adecuada de los pacientes, la vigilancia periódica, la provisión de calzado post-curado y el cuidado regular de los pies pueden reducir las tasas de reulceración.

  • La detección precoz y el tratamiento eficaz de las úlceras del pie diabético pueden reducir las complicaciones, incluidas las amputaciones evitables y la posible mortalidad.8

  • Incluso una vez curado, el pie diabético debe considerarse una afección de por vida y tratarse en consecuencia para evitar su reaparición.9

  • Los esfuerzos a largo plazo han reducido las tasas de amputación entre un 37% y un 75% en diferentes países europeos a lo largo de 10-15 años.9

  • La supervivencia tras una amputación es escasa. La mortalidad perioperatoria es del 10-15% en el Reino Unido.

Lecturas complementarias y referencias

  1. Volmer-Thole M, Lobmann RNeuropatía y síndrome del pie diabético. Int J Mol Sci. 2016 Jun 10;17(6). pii: E917. doi: 10.3390/ijms17060917.
  2. Problemas del pie diabético: prevención y tratamiento; Directrices del NICE (agosto de 2015 - última actualización octubre de 2019)
  3. Dolor neuropático: tratamiento farmacológico: El tratamiento farmacológico del dolor neuropático en adultos en entornos no especializados.; Directriz clínica del NICE (noviembre de 2013, última actualización septiembre de 2020).
  4. Control de la diabetes; Scottish Intercollegiate Guidelines Network - SIGN (marzo 2010 - actualizado noviembre 2017)
  5. Brocco E, Ninkovic S, Marin M, et al.Tratamiento del pie diabético: enfoque multidisciplinar para el rescate de lesiones avanzadas. J Cardiovasc Surg (Torino). 2018 Oct;59(5):670-684. doi: 10.23736/S0021-9509.18.10606-9. Epub 2018 mayo 29.
  6. Reardon R, Simring D, Kim B, et al.La úlcera del pie diabético. Aust J Gen Pract. 2020 May;49(5):250-255. doi: 10.31128/AJGP-11-19-5161.
  7. 3C Parche para el tratamiento de las úlceras del pie diabéticoNICE Medical technologies guidance, marzo de 2022
  8. Alavi A, Sibbald RG, Mayer D, et al.Úlceras del pie diabético: Parte II. Manejo. J Am Acad Dermatol. 2014 Jan;70(1):21.e1-24; quiz 45-6. doi: 10.1016/j.jaad.2013.07.048.
  9. Vuorisalo S, Venermo M, Lepantalo MTratamiento de las úlceras del pie diabético. J Cardiovasc Surg (Torino). 2009 Jun;50(3):275-91.

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Historia del artículo

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